Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
Desconexión, discriminación positiva
Lo que ocurre en TVE es un poema. La discriminación positiva hacia Cataluña, por ejemplo, es delirante. Cuando tomó mando en casa Enric Hernández, ex director de El Periódico, se propuso aumentar las desconexiones y la producción propia en ese territorio. Y ni corto ni perezoso, contando con la connivencia de Rosa María Mateo, así lo hizo. Fichando para ello a algunos nombres de peso entre el público catalán, y bien conocidos en el resto de España, como Javier Sardá o Gemma Nierga.
Pero las audiencias cantan. Café de las Ideas (Café d’idees, su nombre original), espacio que se emite de lunes a viernes de 8 a 10 de la mañana en La 2, registra en muchas de sus entregas un 0% en su segmento previo (un cero redondo de espectadores entre las 8.00 y las 8.30 horas) y un 0’1% después (una horquilla ambigua, entre 1.000 y 5.000).
Pese a todo, el programa, hay que reconocerlo, es una delicia, con colaboradores de relumbrón. Y nos hace preguntarnos por qué tiene que haber españoles de primera y españoles de segunda. Mientras La 2 ha pasado 2020 en coma, repitiendo documentales a troche y moche, y sin que en sus 24 horas hubiese ni un solo minuto de programación en directo, por qué sólo los catalanes han tenido derecho a estas ventanas de televisión viva, en exclusiva, por las mañanas y por las tardes. No es coherente.
La idea de Hernández y Mateo, imagino, sería la de posicionar TVE en el mapa audiovisual catalán, arañando dígitos a TV3 (que tiene 15% de audiencia). Pero los resultados son ridículos. El Café de las Ideas no ha pasado de los 5.000 espectadores en sus días buenos con su 0,1% de cuota (qué cifra más lamentable), mientras el catalán Alfonso Arús, a la misma hora, lograba un 15% nacional en La Sexta.
¿Y acaso los 8 millones de andaluces, la comunidad más poblada de España, no merecemos una desconexión territorial amplia por parte de TVE, una gracia, un guiño cómplice de Rosa María Mateo?
Otrosí.
Si es por la coartada de la lengua propia y por el catalán, la teoría no se sostiene: la discriminación positiva con Cataluña huele. Y los resultados no evidencian que ni el interés ni el esfuerzo de la corporación púbica se vean recompensados por la atención de la audiencia catalana. Hacer un programa en desconexión por La 2 sólo para una comunidad autónoma y que no se vea adquiere tintes de despilfarro.
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