Fernando Sánchez Dragó y uno de los momentazos ochenteros: "el 'mineralismo' va a llegar" de Arrabal

Al grano. "El mineralismo va a llegar". Lo pronunció el verso suelto de Fernando Arrabal, con un par de copitas encima, en una de las tertulias noctámbulas, de esas que se inventó Pilar Miró, que a las dos de la madrugada daba paso a una película. Aquella noche del 89, el 5 de octubre de 1989, pocos días antes de la caída del Muro de Berlín, el dramaturgo se asomaba al abismo del milenarismo y de las catástrofes que nos iban a sobrevenir lamiéndonos las llagas en vísperas del fin del mundo.

Fue una noche divertida de TVE, involuntaria, en un momentazo de la TVE del monopolio, sin filtros. Arrabal, amarillo piolín, espíritu libérrimo y trastabillado, descalzo, llegó a estamparse contra una cámara y a punto estuvo a punto de partir la central mesa de cristal sobre la que se tumbó. Hace pocos años se pudo rescatar aquel programa conducido por Fernando Sánchez Dragó, fallecido hoy 10 de abril. Era uno de los anfitriones que se rotaban en aquellos encuentros noctívagos, La noche, con el subtítulo personal de La noche por montera. Aquí está la tertulia completa, dedicada al milenarismo apocalíptico y las profecías. Arrabal comenzó a liarla a partir de la hora (una y media de la madrugada).

Sánchez Dragó tuvo una trayectoria literaria tan errática como su propia andadura mediática. Fue renovador en el concepto de los formatos culturales, siempre entregado al debate y a polémicas elitistas. En la evolución de sus intereses políticos acabó de editor del informativo de trasnoche de Telemadrid en los tiempos más afilados de la presidenta Esperanza. Su primer programa en TVE fue Encuentros con las letras, en 1977, en el UHF, espacio creado por Carlos Vélez en plena oleada de cambios con la transición; y el último fue 40 años después, Libros con uasabi, revista literaria, en La 2.

Tal vez el más memorable, porque era el formato que iba tras la programación infantil de las mañanas de los sábados, fue Biblioteca Nacional, en 1982, con su canción de la cabecera, "Todo está en los libros...", entonada por Luis Eduardo Aute.

Formó parte de la rotación de La tarde y volvió a destacar por su plantel de invitados en las mencionadas tertulia nocturnas, más allá de los bandazos proféticos de Arrabal. Como autor literario su nombre fue declinando a lo largo de todos estos años lo que compensaba con su carácter mediático y nombre provocador.

En La 2 de la competencia con las privadas también vivió otro momentazo en Negro sobre Blanco, programa nocturno sobre autores que se mantuvo en la parrilla de 1997 a 2004 (hasta la llegada de Zaapatero). En una de esas noches literarias el presidente José María Aznar llegó a aparecer para hablar de su afición a la lectura y en otra entrega se produjo la fuerte discusión entre el poeta Vicente Molina Foix y el crítico Manuel García Viñó, que ya venía alterado de casa. Acabaron a guantazos al terminar una tertulia que estaba dedicada a la muerte de la novela. A través de internet el fallecido novelista extendió su labor y contacto a través de Las noches blancas.