Fernando Esteso, "nunca quise ser el rico del cementerio..."
Cuando era el cómico de más éxito
El entonces humorista de más éxito como pareja de cine junto a Andrés Pajares se presentó en el Festival de Benidorm y no lo hizo mal pese a las críticas de entonces
Los videoclubes estaban apenas arrancando cuando Fernando Esteso y Andrés Pajares dominaban las taquillas en España con las películas realizadas al por mayor por Mariano Ozores. Las salas de muchas butacas languidecían y el personal empezaba a interesarse por los vídeos bajo demanda. Como Netflix aún no se había inventando en las tiendas de electrodomésticos alentaban a adquirir a precios estratosféricos un vídeo (VHS, Betamax o 2000, los tres sistemas) y los primeros nombres de interés para ver a domicilio fueron ese dúo de Pajares y Esteso que se acompañaban de señoritas que lo enseñaban todo en cualquier momento mientras desataban situaciones de vodevil costumbrista de lo más evidente.
Esteso, que se encuentra convaleciente, era el nombre de moda sin tener que aparecer demasiado por televisión, que es donde había encontrado la popularidad desde hacía años antes en los especiales de Valerio Lazarov. El cómico maño, el del coñac La Parra y el primero en imitar a Julio Iglesias, yeah, era un nombre de oro a principios de los 80. Los bingueros, Los liantes, Todos al suelo, la parodia Yo hice a Roque III, títulos de la España que empezaba a descubrir la posmodernidad y aspiraba a entrar en el Mercado Común vía Naranjito.
Esteso y Pajares eran los tipos más populares, y diríamos que hasta queridos, de la España de entonces, con una tele escuálida y muchas ganas de bajar al videoclub de la esquina. El zaragozano gozaba además de fama extra por sus éxitos musicales, garabato de la España esencial, en competencia con Los hermanos Calatrava. Desde las sevillanas de Mariquita la Ye-yé Mariquita la Ye-yé(una chica empoderada en el tardofranquismo, "que fuma tabaco negro y también puros habanos y se se pone gafas negras como si fuera verano y siempre mastica chicle como los americanos"), Bellotero Pop o Los niños con los niños y las niñas con las niñas, hasta La Ramona, éxito a costa de la gordofobia que ahora no pasaría ningún filtro, como tampoco Desde que te di el primer zurriagazo. Pero a millones de españoles de entonces se lo pasaban bomba bailando con Esteso. De productor, por cierto, tenía al cansino de Lauren Postigo, el conductor del Cantares. Se llama copa.
En el verano de 1982 el mañico quiso dar un golpe de efecto presentándose con un tema 'serio' en el Festival de Benidorm, que entonces organizaba Radiocadena Española (del organigrama de RTVE). Ya puestos, ojalá por entonces lo hubiéramos podido llevar también a Eurovisión como antecesor del Chikilicuatre. Con la composición de Augusto Algueró, Midas de las baladas de por entonces, Esteso se presentó al festival con Soy un vividor, una romanza animada sobre un tipo que ya el título lo definía: "nunca quise ser el rico del cementerio, moriré feliz y envuelto en un gran misterio", era el estribillo de un inesperado cantante con vozarrón.
A la crítica musical de entonces no le hizo ninguna gracia la propuesta. Esteso le quitaba el hueco a jóvenes cantantes que buscaban su oportunidad en Benidorm. El prefabricado fenómeno musical de Esteso, con una discográfica que agonizaba, la folclórica Belter (su mayor éxito de entonces, Parchís), de todas maneras entró por la gatera en la fase final. La gala que decidiría el ganador se ofrecía un domingo por la noche y Soy un vividor entró (de forma forzada) en los seis finalistas.
Por entonces unas chicas con bellas voces, Jerusalem, intentaban hacerse un hueco. Las conoceríamos en el siglo siguiente como Las Supremas de Móstoles. Juan Antonio Muriel se metía en la final con Princesa.Princesa Canción compuesta por un entonces desconocido Joaquín Sabina, qué cosas, y fue segundo premio.
El ganador fue el chileno Fernando Ubiergo, con Yo pienso en ti, Yo pienso en ti,que sonaría por las emisoras en los meses siguientes, con un cantante que fue acusado de ser demasiado simpatizante de Pinochet.
Y ¿qué pasó con Esteso?
No lo hizo mal, cantó de forma correcta aunque sabía que no era bienvenido a la gala por una parte del público. Se contoneó, lo defendió con formas acentuadas y se llevó el sexto premio que era lo máximo que él y Algueró podían aspirar.
No era una broma, pero la gente se lo tomó así y de la carrera musical poco más se supo, mientras su compadre, Pajares, asaltaba las taquillas con Cristóbal Colón de oficio descubridor. Por separado les iba bien y juntos era imbatibles, aún tendrían un epílogo para las cintas más solicitadas en el videoclub.
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