Fallece Maruja Callaved, la primera redactora de informativos de TVE
Fue la directora de un espacio icónico de la TV de la transición, 'Gente hoy'
Fue la primera periodista que pisó la sede de TVE en el Paseo de la Habana y se incorporó a los pioneros Telediarios. Fue la primera redactora de la cadena pública y durante muchos años su labor de locución era para asuntos de "inauguraciones o juegos florales". Sólo los hombres (por entonces David Cubedo, Eduardo Sancho o Jesús Álvarez) podían informar en pantalla sobre política o noticias internacionales. Hasta las actuales editoras de los informativos la historia de las mujeres en TVEcomienza con la jacetana Maruja Callaved, que fallecía este martes en Madrid a los 97 años.
Se incorporó al embrión de los Servicios Informativos en 1957, fichada por el director del ente, José Luis Colina, tras pasar una prueba como locutora. Se graduó en Magisterio y posteriormente obtuvo la titulación de periodista. Entró en TVE estando casada y con dos hijos, algo insólito en aquellos tiempos.
Callaved comenzó a ser popular entre el público con Panorama de actualidad, con Tico Medina, y cuando apareció en el programa Vamos a la mesa, entre 1967 y el 68, primer espacio dedicado a la gastronomía, la cocina y la alimentación, aunque las recetas como tal no llegarían hasta los años 80.
Vamos a la mesa, antesala en directo del Telediaro de las tres de la tarde estaba realizado por Pilar Miró y los dibujos los elaboraba a diario Guillermo Summers. En esa misma franja, donde estuvo Panorama, es donde esta periodista y académica estuvo más años de manera continua, dirigiendo el magacín Aquí, ahora (1975), con José Luis Uribarri y Julio César Fernández, que dio paso en 1976 a Gente Hoy, que presentaron dos iconos de la TV de la transición, Isabel Tenaille y Mari Cruz Soriano, descubiertas ambas por Callaved. El espacio se prolongó hasta 1981. Posteriormente fue la jefa del departamento de locución de TVE, hasta su jubilación.
Esta fue la entrevista que Maruja Callaved brindó a este periódico en la primavera de 2007.
-No sería cómodo para una mujer de entonces, en 1957, trabajar en una redacción de informativos...
-Las mujeres tenían prohibido tratar temas políticos y por eso no presentaban los informativos. Como voz en off sólo podía narrar inauguraciones, juegos florales. Las noticias de Política o de Internacional eran para los hombres, para aquellos presentadores tan respetables como David Cubedo, Eduardo Sancho o Jesús Álvarez. Se aceptaba como algo normal porque el papel de la mujer en TVE era el mismo que cumplía en aquella sociedad.
-¿No podía usted rebelarse con esa misión secundaria?
-En aquellos años nadie podía rebelarse contra nada. Y las mujeres, menos.
-Peleando además contra la censura y la autocensura...
-La censura era lo peor, pero los censores no tenían tanto trabajo porque nadie era capaz de pasarse de la raya. En televisión fuimos traspasando las fronteras poco a poco...
-¿Fue complicado que los redactores fueran logrando mayor libertad de expresión?
-Fue un proceso lento porque TVE también hizo su Transición, como espejo de nuestro tiempo, al compás de la sociedad. Las libertades se fueron logrando de forma pausada.
-¿Le parece por eso increíble la televisión que se hace ahora?
-La televisión ha roto con todos los límites. Se ha llegado muy lejos y también muy bajo. No aguanto los realitys, por esa falta de protección de la intimidad que transmiten.
-¿Qué programas le gustan?
-Yo veo los informativos, pero también me gusta la tertulia política de Ana Rosa Quintana, que es de lo mejorcito. Hay dos series que me encantan, House y Cuéntame. Pero no veo mucho más.
-Algunos la recuerdan como la primera cocinera que apareció en la televisión, pero su espacio 'Vamos a la mesa' era de divulgación gastronómica y dietética...
-Todavía hay quienes me dicen lo bien que salían mis recetas. Yo nunca di una receta porque no soy una experta en cocina. Vamos a la mesa era un programa muy sencillo, que iba delante del Telediario de sobremesa en el que se hablaba de los alimentos, consumo, nutrición. Hay que tener en cuenta que en los 60 nos dirigíamos a unas familias que en general no disfrutaban de una economía boyante. Había que adaptarse a esas circunstancias. Eran cinco minutos en directo donde no cabía la improvisación y Guillermo Summers me dibujaba sobre el tema que iba a tratar.
-Era usted entonces una famosa de salir en las portadas de las revistas...
-A veces no podía ni salir a la calle, pero por supuesto no tenía paparazzi en la puerta. En estos tiempos, cualquiera sabe...
-¿No quiso aprovechar su fama?
-Le cuento. Un día me llamó una editorial inglesa proponiéndome que escribiera un libro sobre los contenidos de mi programa que aparecería en el Reino Unido y en España. Se lo comenté al entonces director general, Adolfo Suárez, y no me dio autorización. Por incompatibilidad, nadie que apareciera en TVE podía utilizar su popularidad para su propio beneficio.
-Justo lo contrario de lo que sucede en la actualidad. ¿Cómo era Adolfo Suárez al frente de TVE?
-Muy severo, como todos los directores generales que ha tenido TVE. Debía acatar entonces el rol que se le encomendaba.
-El programa que usted dirigía en los años de la Transición, 'Gente Hoy', hablaba de los famosos, pero sólo en su vertiente profesional...
-Hablábamos del mundo del espectáculo y de temas de interés general, pero sin entrar en las intimidades de cada cual. Gente Hoy era un riesgo porque se hacía en directo, un problema entonces. Había que pulir con cada entrevistado de qué íbamos a hablar. Estando vivo Franco, un torero, por ejemplo, se empeñó en hablar de la casta de los toros, con todas las palabras. Tuve que convencerlo y dijo que la bravura de las reses estribaba en "lo que les cuelga". Al final pasó desapercibida la expresión, que hoy pecaría de ingenua. Tengo que reconocer que nadie abusó de su intervención en directo pero, claro, sólo invitábamos a profesionales. A actores, cantantes, médicos, directivos, nada que ver con muchos invitados de los magacines actuales. Gente Hoy duraba además media hora, no había que estirarlo.
-Isabel Tenaille, desde Gente hoy, se convirtió en la presentadora favorita de la Transición...
-La elegí personalmente porque tenía una imagen rompedora, muy moderna para su tiempo. Podía haber llegado mucho más lejos, pero no tenía afán de convertirse en una estrella de la televisión y quería preservar su intimidad. Se llevó muchos años en el canal internacional porque allí se encontraba a gusto.
-Su otra presentadora emblemática fue Mari Cruz Soriano.
-Llegó desde el centro territorial de Bilbao y siempre lo hizo muy bien. Me hace gracia que, como esposa de Belloch, fuera la 'alcaldesa consorte' de Zaragoza.
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