Efluvios de talento

LA PESTE

Efluvios de talento
Mateo Núñez y Valerio Huertas investigan cuatro asesinatos misteriosos.
P. N.

26 de enero 2018 - 02:00

La Peste engancha. La Peste emite un olor a nuevo mundo, a horizontes de grandeza para el cine español, a nuevos límites, a nuevas figuras, a nuevos lazos de sangre entre los contenidos clásicos y la modernidad de la técnica. Es un trabajo hecho en serio y en serie que rompe definitivamente los absurdos complejos que todavía arrastraba el audiovisual español. Ya nadie dirá: "Esta serie no parece española". Tras la obra bigger than life de Movistar+, aquel lema de la selección española de baloncesto es una realidad también en la cultura española: ser español no es una excusa, es una responsabilidad.

No hay límites para el talento rebosante que procede del sur. Alberto Rodríguez y Rafael Cobos lo han vuelto a hacer. Partiendo de lo local, han pertrechado una historia universal de terror y suspense de la que Hitchcock y Poe se sentirían orgullosos, con una factura visual inmaculada en la que cada encuadre importa. Gracias a la excelente fotografía de Pau Esteve, el tenebrismo de Caravaggio está presente en múltiples escenas en las que Mateo, el personaje encarnado con solvencia por Pablo Molinero, recorre las decadentes calles del centro de Sevilla, repletas de pícaros, fango y muerte.

Era también una época de supersticiones, de intercambios comerciales y de apertura a otras lenguas. Todo ello está reflejado en este descenso a los infiernos de Mateo y su escudero Valerio el inmortal, en el que descubren que las verdaderas ratas van vestidas con ropajes caros. Porque La Peste es una suerte de juego de muñecas rusas en el que, poco a poco, el espectador palpa la trama hasta llegar al endocarpio de la manzana en el último capítulo. Y, como siempre pasa con las buenas series, te quedas con ganas de más. Por eso, Movistar+ acaba de anunciar que habrá segunda temporada en 2019.

Cada vez son más los que no pueden levantarse del sofá y encadenan los seis capítulos de una sentada. En sólo cuatro días, uno de cada cinco consumidores de La Peste (un 20%) ha visto la temporada completa. La conversación en redes ha generado, a día de hoy, más de 39.000 menciones. De hecho, Blanca Portillo, una de las mejores actrices de este país, escribió en Twitter que había visto todos los capítulos de una sentada y se declaró "emocionada" con el resultado final. Por su parte, Javier Cámara destacó "la luz, la ambientación, los tejidos y la dirección de actores", entre otras cosas. En ese sentido, el único pero que se le podría poner a la serie es que, en ocasiones puntuales, la dicción de algunos personajes es mejorable. En concreto, Paco León, que realiza un esfuerzo de contención encomiable para que nos olvidemos del Luisma y de su sempiterno personaje de bobalicón entrañable, tiene algunas escenas en las que sufre de dicción atropellada. Pero ese detalle empequeñece ante la grandiosidad de una superproducción de 300 minutos en la que los pícaros secundarios están interpretados por lo más granado del cine andaluz y por colaboradores habituales de Alberto Rodríguez, que son espejos deformados, la parada de los monstruos de una época tan oscura como apasionante: el siempre efectivo Paco Tous; Antonio Dechent, decadente y maravilloso; un Manuel Solo que lleva dos años en estado de gracia interpretativo; el porte de otro tiempo de José Manuel Poga; el gaditano Manuel Morón como ese Fagin impagable salido de Oliver Twist... Y dos mujeres que suben el nivel, como son Patricia López y Cecilia Gómez. Magnetismo puro. Sumido en la negrura de la Sevilla del siglo XVI, Mateo muestra su sufrimiento descarnado, su insomnio y el misterio que le rodea, que es el interrogante de una era.

La experiencia de la serie se amplía en larutadelapeste.com, la entrada a más de 350 minutos de contenidos extra que profundizan en el contexto histórico real de la serie a través de curiosidades, making of, una youtuber muy especial y recetas de cocina de la época. Además, La Peste se expande por las calles de Sevilla. La Ruta Dorada de La Peste propone un recorrido guiado e interactivo que invita a descubrir una docena de localizaciones reales que guardan relación con la serie y con los personajes que también construyeron su historia.

¿Podrá el ser humano superar sus miedos y sus frustraciones para encarar el nuevo mundo? ¿Prevalecerá el amor y la amistad sobre la mezquindad, la traición y la muerte? ¿Acaso la mujer encontrará un hálito de luz en su marginación histórica? No dejen de ver esta serie para encontrar las respuestas a todos los enigmas.

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