Dani Mateo: "La vida es vivible si la intentamos endulzar con humor"
Ahora en 'Roast Battle'
El cómico y presentador conduce un formato de batallas dialécticas en Comedy Central que se estrena mañana. Entre sus combatientes estará Pablo Echenique
A insulto y leñazo limpio. Comedy Central estrena mañana por la noche el formato Roast Battle, un espacio de batallas dialécticas en el que hay que destrozar al rival mediante cizaña personal y definiciones hirientes, sin perder el punto de la comedia. Dani Mateo, que no abandona su parcela en la radio y en d es el presentador de este espacio que arranca con la batalla entre Marta Flich y J.J Vaquero. Entre los personajes que acudirán figuran el político de Podemos Pablo Echenique y rostros duros de la comedia como David Broncano o Berto Romero.
–¿La vida es sólo risa?
–Yo soy cómico porque me gusta quitarle hierro a la cosas. La vida es vivible si la intentamos endulzar y el azúcar es el humor. Mi única intención para vivir es ponerle azúcar en la existencia de los demás.
–¿Se siente Mary Poppins?
–Pues sí, yo soy Mary Poppins.La vida está buena con humor. Cuando una hace comedia toma las cosas sagradas, las más serias y respetadas, para reírse de ellas un rato. Hay muy pocas veces que la vida te permita reírse de ella, así que hay aprovecharlo. Es que nuestra existencia es muy hijaputa, hay que tomársela en serio, pero hay veces que la vida te permite reírte de ella y enseñarle el culo. Para eso tenemos a la comedia.
–¿Pero cada vez es más difícil reírse de las cosas serias?
–Cuando tú intentas que la comedia sea seria y recordar el respeto ya no estás entendiendo el humor. Creo que de tanto cuidar las cosas serias nos hemos olvidado de cuidar la risa. La risa es un planta delicada, de invernadero. La debes regar, le tiene que dar la luz. Es como la planta de marihuana de tu vecino, que hay que cuidarla para que dé risa.
–Hay que ser como niños.
–Eso es. Hay ir a la comedia como un niño en un juego. Si vas a jugar a indios y vaqueros tienes que llevar tus pistolas, tus flechas, tus plumas. Si te planteas que estás representando a un colonizador y a un hombre que le están quitando sus tierras te has cargado el juego. Si estás jugando no te puedes plantear la realidad. Tienes que divertirtre, ponerte el disfraz y burlarte del otro. En Cádiz sabéis mucho de eso ¿no?
–Roast Battle es un programa donde se habla mal del otro.
–Es un deporte muy español ¿verdad? El hijoputismo se nos da fenomenal. No se salva nadie. En este programa nos damos unos palos en el lomo fenomenales. Ay, es tan graciososo de ver.
–¿No hay tregua, como decía su primer programa?
–Ninguna. A mí, como presentador, es al que le dan más fuerte. No sé por qué. Nos dicen que tenemos poca cabeza y si miramos a Pablo Echenique no se puede decir que tenga poca cabeza. Hay que estar como una regadera para presentarse a las batallas.
–¿Cómo se prepara el guion para estas peleas de gallos de cachondeo?
–Hay primero un guion, muy bueno. Pero somos nosotros mismos los que añadimos más chistes para hacerlo todo más doloroso. Preguntamos para saber más de los rivales y darles fuerte.
–¿Y dejan margen a la improvisación?
–Están las réplicas espontáneas. Esas pueden ser las peores, porque te salen de dentro, con los reflejos.
–¿A Supernanny, uno de sus personajes favoritos, le iría bien en el Roast?
–No, pobrecita, le iría muy mal. No saldría viva.
–¿Son vivencias reales las que cuenta en sus monólogos?
–Hay verdad y ficción. No todo puede ser realidad. Para contar una historia que sea verdad primero tiene que ser divertida. Tienes que partir de la realidad para después llevarte al disparate. Los buenos contadores de historias no cuentan lo que les ha pasado realmente, sino que añaden ficción para que su relato sea más ‘auténtico’.
–Acaban de incinerar a Franco. ¿En El intermedio tenían ganas de desquitarse de aquella demanda sobre el Valle de los Caídos?
–No, simplemente los guionistas de El intermedio son mis enemigos y hasta que no me paren por la calle para pegarme una paliza ellos no van a parar con Franco y con lo que haga falta.
–Con su carácter, tuvo que sentirse un marciano ante el juez...
–Sí, tuvo su incomodidad. El humor no entiende de facciones políticas. Todos somos un chiste andante, todos somos parodiables y de todo nos podemos reír. Somos unos seres ridículos, patéticos, con nuestros problemas, intentando mantenernos a flote en la tormenta de la vida. Lo de Roast Battle es un ejemplo de todo eso. Quiere recinvindar que todos nos riamos de todos y con todos.
–Su Noche sin tregua era un programa muy malo.
–Yo voy dando tumbos por la vida, haciendo otros programas, con la ilusión de terminar volviendo a hacer Noche sin tregua.
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