Dani Mateo, el revólver más rápido del Oeste (pese a sus 'haters')
Semblanza
Pese a que no entró con buen pie en 2019, relevando a Frank Blanco, se ha convertido en el alma de 'Zapeando'
El día de Halloween en 'Zapeando' ¿reconoces a todos? (
La Opinión de francisco andrés gallardo | 'Zapenando'
Todavía le dan la barrila con lo de la bandera, vaya por Dios. En estos días, tal vez aún más.
No se lo merece ni el asunto lo merecía. Cuando en 2019 (sustituyendo a Frank Blanco) le pasaron a Zapeando fue una medida de cierto riesgo, y mal planteada en principio, porque de aquel chaparrón del sketch el piso estaba húmedo, pero ha sido un acierto. Alguien que lleva la comedia en las venas, el humor y su respuesta en cada palabra, en cada gesto, debía aprovecharse para esa presencia diaria en la sobremesa.
Dani Mateo reparte juego cada tarde de Zapeando. Hay un guion en el teleprompter pero él lo amplía y mejora sobre la marcha y los demás también contribuyen. Sólo con el tono, un chiste pillado por los pelos por los guionistas se convierte en réplicas de risas vivas, en jaleo bueno. Compañeros como Valeria Ros o Quique Peinado están aún más sueltos. Tiran de hilos y el presentador, en el centro, levanta el ovillo entero. Zapeando es mucho mejor así e incluso invitados del extinto Sálvame como el maestro Joao o el hasta ahora insufrible Torito son capaces de adaptarse con un poquito más de tiento y mucho más pulidos.
Es difícil, aunque cada vez es más posibles, que espacios así se eternicen con naturalidad en la parrilla pero en este caso su presencia en La Sexta no es por obligación de no tener la alternativas a la vista. Zapeando es un formato maleable y permite todo tipo de cambios sin alterar ni la esencia ni la marca. Ahora que los programas (sobre todo los de tarde) se parecen demasiado unos a otros, el de Mateo tiene su personalidad propia y sus reglas. Con Dani tiene mucha cuerda pero cualquiera de la mesa lo podría relevar, como se probó este verano, sin que el espacio se viera perjudicado a la larga.
La televisión en abierto puede haberse estancado en horarios estelares pero en el day time hay espacios con gancho de hábito y fortaleza de experiencia. Zapeando es una cantera, un creador de hábitos y una galería de nombres que terminarán en otros proyectos. Tiene su sentido en la parrilla (sacando punta además sin herir a la propia televisión) y da sentido (del humor) a La Sexta.
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