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Curro Jiménez, el Robin Hood republicano que no podía atacar a los caciques

Historias de la tele

La censura franquista tuteló el proyecto de la serie protagonizada por Sancho Gracia que en 1977 alentó el andalucismo en las urnas aunque el actor pidió el voto para UCD

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Sancho Gracia como 'Curro Jiménez'

Tras el éxito de Los camioneros y la novela Los tres mosqueteros, Sancho Gracia se había convertido en el actor de acción más demandado por el público español cuando apenas había una cadena de televisión. Amigo del entonces director general de RTVE, Adolfo Suárez, y para quien pediría el voto, con sorpresa de los espectadores, en la campaña de 1977, Sancho tenía las puertas abiertas para montar el proyecto que quisiera. Y de su imaginación surgió el Robin Hood del Guadalquivir, el bandolero por excelencia en el imaginario popular al cabo de las décadas, Curro Jiménez.

Surgió en la mente de Sancho Gracia (un completo actor que mostraría todo su calado con los años en producciones diferentes) y apareció en la máquina de escribir de Antonio Larreta, autor de best sellers, cuando faltaba un año para que Franco falleciera. Curro empezó a galopar en el papel en 1974. Y el rodaje de la serie de TVE con el bandolero, un western entre los peñascos y lomos de Sierra Morena, comenzó en la republicana fecha del 14 de abril de 1975. No lo llamen casualidad. En esta ficción había un poso antisistema ante un régimen que quería cobrar caro su agonía.

Sancho Gracia, Curro Jiménez

Pero no estaba el horno para todos los bollos, así que el bandolero no podía actuar contra los españoles. En la primera temporada la censura impidió que Curro se enfrentara a los caciques, a los ricos, y no se quería dar paso a incitaciones para el público de aquellos convulsos años 70.

En los episodios escritos en el tardofranquismo Curro y su banda tenían un enemigo invasor: los franceses en plena Guerra de la Independencia. En la noche de los jueves de La 2 se repone la serie de Curro con su inolvidable banda sonora que nos evoca de inmediato caballos al galope.

Pero se consideraba políticamente incorrecto que el barquero de Cantillana atacara a los banqueros. Ni tampoco que ajustara cuentas con los gobernadores o los alcaldes ¿qué mensaje se habría dado ante la vida real?, imaginaban los censores.

Así que Curro, El Algarrobo (Álvaro de Luna), El Estudiante (Pepe Sancho) y El Fraile (Paco Algora), todos ellos actores ya fallecidos, asaltaban a los franceses en los primeros capítulos. Entre que se estaba desarrollando un evidente éxito para el público y que los primeros compases de la transición obligaban a una prudencia extra, el bandolero aguardó su oportunidad.

Intro de 'Curro Jiménez'

Curro Jiménez comenzó a cabalgar días después del referéndum de la Reforma (tras el harakiri de las cortes franquistas), el 22 de diciembre de 1976 pero no regresó con su segundo capítulo hasta marzo del 77. TVE aguardó a estrenarla cuando ya había dos tandas de episodios grabadas y el ambiente político estaba un poco más claro en dirección hacia la democracia. Curro Jiménez fue el héroe mítico de la pantalla de la transición, en el año de la primeras elecciones generales y la cortes constituyentes. Fueron las historias que acompañaron a los españoles que votaron por la Constitución.

Más allá de las 625 líneas del televisor algunos leyeron reclamaciones andalucistas en Curro Jiménez justo en pleno esplendor del andalucismo. ¿El bandolero ayudó a promover un sentimiento andaluz que se traduciría en escaños para el entonces PSA? Es una pregunta retórica. Sí. Si los personajes hubieran hablado en andaluz y no en castellano neutro (Isabel Pantoja y tantos otros intérpretes andaluces fueron doblados) habrían arrastrado más votos andalucistas.

Del western en Almería se pasó a las aventuras del bueno (Curro-Sancho Gracia), el feo o grande (El Algarrobo-Álvaro de Luna) y el guaperas (El Estudiante-Pepe Sancho), como los personajes del Capitán Trueno. También andaba por allí el piadoso, El Fraile, encarnado por Paco Algora, quien pidió irse a sus películas y le pegaron un tiro en un ajuste entre bandas, en los primeros capítulos.

El Robin Hood de los berrocales, andalucista republicano, estuvo 40 domingos por la noche, tres temporadas, hasta la primavera del 78, blandiendo la navaja y el trabuco para escarmentar a los ricos y redimir a los campesinos andaluces. Pedid tierra y libertad. Entre los directores de los episodios estarían Mario Camus o Pilar Miró que acentuaron el trasfondo sociopolítico de las tramas. Fue un éxito en Checoslovaquia o en la RDA, dictaduras donde sus espectadores soñaban con montarse en un caballo y ajustar cuentas.

La productora Telestar elaboró esta serie que TVE amplió, antes de ser emitidos los primeros 13 capítulos, al sospechar su éxito. No tenía competencia. Otros reconocidos cineastas plasmaron las aventuras penibéticas de don Francisco como Antonio Drove o Francisco Rovira Beleta. En el caso de Pilar Miró estaba llamada poco después, con Felipe González, a ser la directora general de Cinematografía y la directora general de RTVE y fue quien ordenó reponer Curro Jiménez en la mañana de los domingos. En RTVE Play se ve la serie íntegra para cualquier día, pero para seguirla en línea de nuevo, hay que buscarla en La 2, cada verano.

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