Cuando Córdoba resistió a los extraterrestres nazis en la serie 'V'

Alegoría contra la opresión

'V', que en principio iba a relatar cómo un partido nazi tomaba el poder en EEUU, homenajeó a la única capital con ayuntamiento comunista en la España de 1984, con Julio Anguita al frente

El último tanguillo de Diana, la muy lagarta

Julio Anguita y el 'sorpasso'

Tres de los protagonistas de la serie 'V', Donovan, Diana, la mala, y su sicario
Tres de los protagonistas de la serie 'V', Donovan, Diana, la mala, y su sicario

Gene Roddenberry, creador de Star Trek, llegaba con la lección aprendida, ya en los años 60. Si su serie policíaca El teniente (de 1963), presentaba al primer detective de raza negra, lo que creó malestar e incluso rechazo en parte de la audiencia de entonces, su siguiente proyecto iba a tratar del racismo y la convivencia intercultural. Seguro que si en lugar de una persona de raza negra se inventaba un personaje de raza vulcaniana como Mr. Spock el mensaje iba a calar más profundamente en los jóvenes de 1966. En la calle había mucha tensión por los derechos de las minorías. La ciencia ficción se convertía en alegoría de la tolerancia y la lucha por la justicia. Que se lo pregunten a George Lucas.

A principios de los 80 ya se oteaban los problemas que iba a acarrear la globalización en los estertores de la Guerra Fría. De nuevo la convivencia, la intolerancia, el control de las masas, el peligro de la propaganda.

Hace 40 años la cadena NBC tenía sobre la mesa la adaptación de una novela de los años 30, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, en la que un partido de ideología nazi se hacía con el poder en Estados Unidos. Kenneth Johnson traía bajo el brazo la adaptación de Storm Warnings, Alerta de Tormenta, basada en el libro It Can't Happen Here, Eso no podía pasar aquí, de Sinclair Lewis, publicado sólo dos años después del rocambolesco ascenso del dictador nazi.

En la competencia, la ABC, se estaba preparando una superproducción sobre la entrada de EEUU tras el ataque a Pearl Harbor, Vientos de guerra, con Robert Mitchum. La conflagración contra nazis y japoneses había sucedido poco menos de 40 años atrás y parecía tan lejana que había que tenerla más presente.

Diana, la líder de los visitantes en 'V'
Diana, la líder de los visitantes en 'V'

El fulgurante éxito de los fascismos en los años 30 estaba siendo revisitado en los años 80 y de ahí que Storm Warnings fuera un proyecto interesante. Pero no, había que pensar en una audiencia generalista, un proyecto de tono más familiar y mensaje más evidente, buenos contra malos. ¿Y si en lugar de invasores nazis los convertimos en invasores extraterrestres? A Lucas le habían funcionado los marcianos en los cines. Spielberg había rematado algo de un E.T.. Vale, aceptamos el cambio: Alienígenas.

Marcianos, pero nazis. Que detrás de su apariencia de buenas personas disciplinadas se escondiera la apariencia real de reptiles dispuestos a devorarnos y destruir el mundo. Elegantes uniformes rojos, botas y armas. Bajo la excusa de pedirnos una mano a para tener agua se nos tomaba el brazo de dominar todo el planeta y servirles de comida.

El cartel de propaganda de los visitantes para los incautos humanos
El cartel de propaganda de los visitantes para los incautos humanos

La serie V, que sobrecogió a los espectadores de todo el mundo, tenía apariencia de serie divertida e intrigante de ciencia ficción, de Star Wars, pero al rascar el pellejo de rayos láser, chicas estupendas (Diana, Jane Badler, la jefa de los malos) y ratones devorados se nos aparecía una fábula sobre la fragilidad de la democracia y el estado de bienestar, sobre la resistencia por las causas justas y el debate de ser o no colaboracionistas con los opresores.

Los rebeldes, la disidencia, se convierte en la única esperanza para que la justicia triunfe. Por cierto, es un periodista el que descubre el pastel, Michael Donovan (Marc Singer). Y todavía hay quien duda del valor del periodismo en la democracia. Además, ahora que se estilan las películas y series de mujeres empoderadas, V, daba sitio al liderazgo femenino hace ya 39 años, tanto entre los invasores como en la resistencia, con la científica Juliet, a cargo de Faye Grant.

Jane Balder y Faye Grant, Diana y Juliet en 'V'
Jane Balder y Faye Grant, Diana y Juliet en 'V'

La serie de los visitantes llegaría a España en febrero de 1985, y sus dos episodios de dos horas se trocearían para que estuviera un mes en la tarde de los sábados y continuar con la secuela La Batalla final, otros tres episodios, estrenada en EEUU un año después, en 1984, y que aquí vimos del tirón. La recién lanzada revista Tele Indiscreta se convirtió en un pelotazo en los quioscos con sus pegatinas con los personajes de la serie y esa atrayente iconografía extraterrestre-nazi de los visitantes. Pepe Da Rosa con su tanguillo de Cádiz sobre los visitante tuvo su último tema de popularidad en el verano del 85, poco antes de fallecer.

¿Y a qué viene lo de que Córdoba resistió a los nazis?

Era inevitable que tras la invasión y victoria inicial sobre los visitantes la cadena NBC cayera en la tentación de proseguir con la historia para extrender tramas y personajes pero ya sin el productor ejecutivo Kenneth Johnson. El proyecto fue cancelado en la entrega 19, no se llegó a emitir el final.

Entre los personajes de la resistencia figuraba la hija alígena-terrícola, cuyas defensas naturales permitieron crear el veneno para exterminar a los visitantes, y un invasor arrepentido, Willie, que interpretaba Robert Englund, que viviría una dichosa década siendo Freddy Krueger para Pesadilla en Elm Street.

La temporada de V como pulso entre invasores y la resistencia era casi un relato rutinario para atender al gran público. Bajó la calidad en todos los aspectos pero se mantuvieron rasgos sutiles del equipo trabajado por Johnson con el que se mantuvo cierta impostura política.

Para dar mayor poso a esta prolongación comercial de V se tomaron conceptos experimentales, como abrir cada capítulo con una inserción informativa que permitiría al espectador sentir más de cerca el terror invasor. ¿Y si el Telediario abriera cada día con el parte de guerra de la invasión, como nos pasa ahora con Ucrania?

(En el minuto 8 aparece la alusión a España)

Esas inserciones informativas se debían hacer lo más realistas posibles, así que la serie de la NBC fichó a un periodista reconocido de verdad. A un periodista que llegó a entrevistar a Hitler y que conoció a gran parte de la cúpula nazi. Ese periodista ese era Howard K. Smith, un septuagenario comunicador que también aliñó su labor profesional con datos y lugares geográficos para hacer más creíbles esas apariciones.

A lo largo de los capítulos de esa floja temporada los boletines de la cadena de la resistencia, Freedom Network, convertían al espectador en cómplice de los buenos, en compañero de la clandestinidad. La frontera entre México y Estados Unidos, China (Pekín), Israel, Filipinas o Italia (Roma) eran ejemplos de esa solidaridad internacional en lucha contra los visitantes.

El periodista Howard K. Smith
El periodista Howard K. Smith

Si los boletines de Smith recurrían a España traía ecos de su juventud en la información de la Guerra Civil, en esos vientos de guerra que llegaban desde nuestro país cuando los fascismos iban a tambalear a las democracias.

Había que incluir a España, que había superado una dictadura, en esa relación, pero ¿cuál ciudad? Para una audiencia que en su mayor parte no sabría ubicar a España en un mapa le había dado igual, pero para la producción de la serie, que hilaba fino en los detalles políticos, ubicó la resistencia contra los extraterrestres en España en la ciudad de Córdoba. En la capital del único ayuntamiento comunista que gobernaba por entonces, con Julio Anguita al frente. Un homenaje indirecto a esa 'resistencia'.

La intervención de Howard K. Smith está grabada en la memoria de aquellos que seguían con atención la serie de TVE en 1985, con el mapa de la península en un recuadro y la ciudad de Córdoba destacada con un explosivo punto rojo.

"Les habla Howard Smith y esta es la situación de la guerra esta noche. Los defensores de Córdoba, la última ciudad libre de España, han rehusado entregarse esta noche a pesar de siete semanas de salvajes luchas callejeras. Nos han informado que cuando los visitantes quisieron negociar Juan Palacios les respondió: "España para los españoles, muerte a los visitantes", sin duda Juan Palacios es un valiente...". En la versión original Smith lo pronuncia en español y a continuación lo traduce al inglés.

Howard Smith, Córdoba, la última ciudad libre de España... en 'V'
Howard Smith, Córdoba, la última ciudad libre de España... en 'V'

Para un periodista estadounidense que vivió tan de cerca la Segunda Guerra Mundial, huyendo de Berlín en cuanto Estados Unidos entró en acción contra Alemania, los ficticios informativos de la resistencia los sentía muy de cerca. Smith falleció en 2002 y tuvo siempre el reconocimiento del gremio estadounidenses pese a esta 'frivolidad' de aparecer en una serie. El detalle de incluir a España y a Córdoba hay que agradecérselo, El país de las guerrillas debía estar presente como ejemplo de resistencia y sufrimiento en la clandestinidad.

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