'Cofraudes', las lecciones de esta canción hecha por inteligencia artificial
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"Cofraudes, cofraudes, pensando siempre en la Semana Santa y un besamanos lleno de ciriales es lo que más le encanta". Es un ripio con cierta guasa que no va a ninguna. Pero si la Inteligencia Artificial (IA) a través de la aplicación Suno le añade una melodía y unas voces de tema comercial profesional, el chiste adquiere carácter de canción pegadiza.
La IA se ha instalado para remover los cimientos técnicos y sobre todo culturales. En el caso musical es capaz de generar por segundo millones de composiciones que se habrían convertido en grandes éxitos en cualquier otra época, una multiplicación del contenido viral sin límites. Lo desarrolla con ciertos parámetros que podemos trazar, pero su capacidad para crear contenidos de forma aleatoria es aún más fascinante.
El vídeo de esta canción de apenas un minuto, Cofraudes (broma sobre los cofrades), es una muestra de cómo compone y funciona la IA con ciertas indicaciones humanas. Es tan serio el resultado que parece que estamos a una producción discográfica comercial en música y voces. El paso del español al francés, con una pronunciación exacta, es asombroso. El usuario ha creado unas estrofas sobre tópicos cofradieros e introduce una temática que nunca ha aparecido en temas bailables y que podría sonar en cualquier parte del mundo animando al público a bailar. El humano propone y la IA dispone pero sin reflexionar en el fondo qué está haciendo.
El creador humano de la canción ha ordenado una melodía de "pop armenio" con rap y ha surgido un machacón ritmo con voces extranjeras, en español y francés, que hacen entonar con involuntario humor lo de "qué me gusta un incensario, unos candeleros y una buena levantaá". Con unas interpretaciones tan perfectas la ironía aflora. La IA presenta su resultado cuidado, con forma robótica y certera, pero es el humano el que decodifica el humor guasón que desprende esa composición. Las emociones siguen siendo nuestras. La aplicación llega a fabricar lo que entiende como emociones, pero sin plantearse qué son.
Cofraudes suena a broma pero tras pocos años de familiarizarnos con la IA las posibilidades de estas aplicaciones hacen asomarnos a un mundo en complicada transformación.
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