Sky incorpora en España la miniserie 'Chernobyl'

La miniserie Chernobyl fue uno de los grandes fenómenos de este verano (se estrenó en junio, en teoría mal momento) y se refrendó con diez premios Emmy. La coproducción de HBO y la británica Sky es una de las recreaciones históricas más logradas de los últimos años en la pantalla, trasladando al espectador al declive de la Unión Soviética a través del escape nuclear acaecido en 1986 en la central de Chernóbil, en la actual Ucrania.

Desde hoy estará disponible en España también para los clientes de la plataforma Sky, sumándose a otras ficciones propias de esta compañía como Catalina la Grande o Temple, los dos principales estrenos de este trimestre. Entre los Emmy que recibió en septiembre esta ficción estaban el de mejor miniserie, mejor guion y mejor dirección. Desde entonces adquirió mayor notoriedad entre los espectadores, con excelentes críticas a raíz de su estreno en HBO.

Además de la narración de los sucesos que desencadenaron el accidente y de qué manera se gestionó la fuga, la ficción plantea más allá sobre la manipulación y ocultación de informaciones y el comportamiento social en una férrea dictadura como la de la URSS. Está protagonizada por Jared Harris, que encarna a Valery Legasov, físico nuclear que destapa las irregularidades de toda índole; Stellan Skarsgård es el viceprimer ministro soviético Boris Scherbina, y Emily Watson, Ulana Khomyuk, física nuclear que investiga el accidente.

Entre las curiosidades, su guionista principal, Craig Mazin, formaba parte de Scary Movie 4. Y también de Rocketman. Sorprendió a propios y extraños con esta ficción. Y tuvo que desmentir que esta historia daba para una segunda temporada.

Las nuevas generaciones, tan seriéfilas, son las que con más entusiasmo se sorprendieron con este relato basado en hechos reales que escapa del simple telefilme narrativo para convertirse en un retrato de las tramas de ocultamientos, mentiras y órdenes sin sentido que se amontonaron sobre un drama del que se quería pasar por alto.

Los espectadores jóvenes no salen de su asombro de ese mundo tan horteramente espartano, del tratamiento general de “camaradas”, palabra que en esta serie antecede a exigencias crueles y en pocas ocasiones a requerimientos sensatos. La repercusión de la miniserie hizo aumentar la curiosidad turística para visitar el lugar de la catástrofe.

Hubo quienes criticaron que la historia no se haya grabado en ruso, por buscarle pegas, y muchos han valorado una ambientación tan certera de la mediocridad y la cutrez en la que estaba instalada la sociedad soviética. Qué menos.

Siendo un acontecimiento tan reciente y con tanto material filmado de su contexto histórico era una obligación. Había que ser fidedignos y verosímiles en la vestimenta, en el mobiliario, en la vida mundana y en plasmar cómo se vivía y respiraba en una superpotencia destinada al fracaso. Si la apariencia es real todo lo demás es creíble y reconocible.