"Carlos Herrera tiene la capacidad de leer donde otros no leen"
Entrevista a Pilar García Muñiz
La periodista madrileña relata la actualidad diaria en 'Mediodía COPE' tras 'Herrera en COPE'
En2019 la que había sido presentadora de España Directo o los Telediarios fichaba por el equipo de Carlos Herrera para el matinal Herrera en COPE. Pilar García Muñiz (Madrid, 1974) se ha incorporado en esta temporada al posterior Mediodía COPE.
–¿Cómo valora esta nueva etapa de su vida profesional?
–En una entrevista le preguntaron a Luis Rojas Marcos, el reconocido psiquiatra, qué palabras llevaba en su botiquín y él dijo que su palabra más importante a nivel personal y profesional era ‘cuéntame’. En mi caso, si tuviera que valorar esta nueva etapa profesional en Mediodía COPE estaría muy ligada a esa palabra a la que aludía el doctor Rojas Marcos porque esté donde esté, en la televisión o en la radio, mi trabajo y esfuerzo se enfocan en contar. Contar historias, contar la actualidad y hacerlo de una manera interesante y útil para el oyente.
–Fue Carlos Herrera quien ‘tiró’ de usted. Cuéntenos cómo es Carlos.
–Necesitaría horas enteras para hablar de Carlos porque es un enorme profesional con muchísimas virtudes. Carlos es una persona generosa de la que aprendes cada minuto algo nuevo. Tiene una gran capacidad de análisis, de leer donde otros no leen, de improvisación y una maestría única para pasar de lo serio a lo informal. Todo esto hace que sea el comunicador por excelencia en la radio española. Su credibilidad y su versatilidad le han convertido en un referente, capaz de entrevistar por ejemplo al Papa Francisco y capaz también de entretener de la forma más divertida a la audiencia.
–Ya está más que instalada de nuevo en la radio ¿echa de menos que le vean?
–Más que me vean, lo que siempre me ha preocupado es que me crean. Contar las cosas bien, con rigor. Creo que el debate no debe estar entre imagen o audio, tele o radio. Cada lenguaje tiene su fortaleza y su debilidad. Pero en ambos medios hay que perseguir la credibilidad, es fundamental, especialmente en este contexto en el que el ciudadano recibe tantísimos inputs.
–¿Ha cambiado horarios en la nueva temporada?
–Sí, cada programa exige un horario y el de Herrera en COPE es muy distinto al de Mediodía. Eso te obliga a modificar las horas de entrada a la radio y también a cambiar tu organización diaria y tu sueño. En Herrera dormía de día y trabajaba de madrugada. Es un horario duro que te obliga a ser muy disciplinado y a mantener unas rutinas porque no se duerme ni se descansa igual durante el día que durante la noche.
–La radio es artesanal pero sus contenidos informativos abarcan muchas emisoras y compañeros ¿Cómo es la coordinación de este trabajo?
–Si algo nos ha demostrado todo lo que está pasando con el volcán en La Palma es la fortaleza de los medios regionales o locales. En el caso de COPE, tres minutos después del inicio de la erupción, nuestros compañeros de Canarias ya estaban poniendo en marcha un programa especial. ¡Tres minutos después! En el día a día, las emisoras son fundamentales. Hay gran talento en ellas y todos asumen la redacción como un proyecto único que ofrezca valor al oyente.
–¿Se nos ha acelerado la agenda en estos tiempos virales?
–La pandemia lo ha acelerado todo. Muchas empresas han hecho en cuatro meses lo que tenían previsto en cinco años. El ejemplo más claro lo encontramos en la vacuna contra el Covid. Pero precisamente por esa celeridad que nos desborda, cada vez pienso más que tenemos que detenernos en las cosas y en el contexto digital en el que vivimos, el quid ya no estará en tener acceso a la conexión sino a la desconexión. No tener acceso a la música o a la conversación sino al silencio en determinados momentos, no a la información inmediata sino a la reflexión.
–¿Cómo podríamos digerir mejor tanta actualidad?
–Quizás el problema esté en que cada vez se habla más en mayúsculas. Necesitamos cambiar la conversación. En España hubo un tiempo en el que los titulares duraban un día. Ahora enseguida estamos buscando reacciones a todo. Está todo tan acelerado que algunos necesitan exagerarlo para captar la atención. Yo soy más partidaria de otro tipo de periodismo. Un periodismo riguroso que apueste más por el porqué. En el día a día hay mucho “qué” y poco “porqué”. Y el ciudadano necesita contexto, que le expliquemos por qué sucede lo que sucede y cómo le afecta.
–¿Se puede escapar de los temas ‘obligados’ de primera plana?
–Sí, de hecho, en Mediodía COPE lo hacemos cada día. Le contamos al oyente lo interesante y lo importante. No es incompatible.
–¿Qué temas le gustaría abordar más en profundidad?
–No se trata de mí, se trata del oyente. Y si algo tengo claro yo y COPE es la estrategia: oyentecentrismo. La persona que nos escucha siempre está en el centro con sus preocupaciones, con sus preguntas … Cada vez que preparamos un programa, pensamos en él. Si lo que le ofrecemos le es útil, lo utilizará. Si lo que escucha es previsible, prescindirá de nosotros. Y ahí nos jugamos la confianza, el puente que construimos cada día con la audiencia.
–¿Cómo cree que recordará pasados los años esos meses de pandemia tan difíciles?
–Con emoción. La pandemia nos ha enseñado muchas cosas. Entre otras nos ha puesto delante del espejo y nos ha mandado un mensaje claro: el ser humano es frágil y además, debe saber convivir con la incertidumbre. Decía el físico y divulgador Jorge Wagensberg que el progreso no es otra cosa que un avance hacia la complejidad. La sociedad, las empresas… todos avanzamos hacia situaciones complejas. Y como personas y como sociedad creo que la pandemia nos ha enseñado a instalarnos en esa tarea de repensar y repensarnos.
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