Carambola en 'MasterChef': Perico Delgado y Lucía Dominguín dicen adiós

Crónica de la gala

Gonzalo Miró se colocó el pin de la inmunidad y La Terremoto de Alcorcón se peleó con el microondas en una gala un poco desganada

Perico Delgado y Lucía Dominguín en la sala de expulsión
Perico Delgado y Lucía Dominguín en la sala de expulsión / RTVE

Cada concursante de MasterChef sufre un bajón anímico, tarde o temprano, que le condena a marcharse o a remontar para alcanzar mucho más de lo que se imaginaba. La propia edición del espacio de La 1, con una quinta entrega paralizada la semana pasada por el fútbol, ha sufrido en este marte una entrega un tanto reiterativa, perezosa sin perder intrigas, un poco desganada que fue el sentimiento del que se contagió Perico Delgado, tal vez pensando ya en ponerse a comentar las vueltas ciclistas de la tardía temporada. El segoviano prácticamente se autoeliminó este martes con una tarta de diez pisos que debía replicar y que redujo a un muffin marchito.

También hizo las maletas Lucía Dominguín, Celia Villalobos y Ainhoa Arteta se quedan sin alfiler para estar pinchándose a cada momento, la hermana de Miguel Bosé no encontró nunca la motivación para mostrar sus dotes caseras de cocinera hacendosa y deja la herencia en su sobrino, Nicolás Coronado, discreto y silencioso finalista en potencia que estará acopiando fans en cada noche.

En la prueba eliminatoria han quedado evidentes quiénes irán detrás en las eliminaciones: Laura Sánchez, que sigue sin rematar nada y que se salvó por unos rivales aún más nefasos. Y Raquel Meroño, embridando las rimas y a la que agradaron con un publirreportaje extenso de su chiringuito en Tarifa montado con su entonces marido y ahora ex.

Hasta Perico se arrancó con un "mi arma".

Entre la levantera se montó la prueba por equipos donde los mejores y las dos divas (Celia y Ainhoa) coincidieron en el mismo equipo y vencieron en el duelo arenoso con cierta facilidad. El carisma de Juanjo Ballesta volvió a resaltar, con Flo cansado. Pero eso sí, si Celia le pone en bandeja un reto, Florentino se crece.

Hablamos de que se clasificaron los mejores reunidos. Bueno,el mejor de todos es Josie, muy personaje, singular y el más trabajador cuando es necesario. Es quien se esforzó de manera más notoria de los eliminados en la dichosa prueba de la tarta de diez pisos, entre cremas, bizcochos y cementos gelificados y crujientes.

"El foso", estar siempre en el abismo de la eliminación, le curte. Además de la bruma ha impuesto su suspiro de angustia que ha convertido en grito de guerra y animación. Oigs.

La Terremoto fue la más nerviosa de ese postre que condenó a Perico y su renuncia a confeccionar una tarta. A la pestaña en movimiento se le quemó el chocolate en el microondas y entre carreras casi se da ella el disgusto de eliminarse.

La noche había comenzado con la asistencia de El Monaguillo, que sabe de cocina lo mismo que sabía Kung Fu de calzado valenciano, pero ya se postula para un próximo celebrity. Lo pasaremos bien con él. La prueba de apertura se abordó con ingredientes, técnicas y emplatados echados a suerte y de ahí salieron Gonzalo Miró y la señora Arteta. Compitieron con Iván, el finalista del pasado MasterChef, y acordaron montar un plato de merluza. La soprano deja sin existencias de perejil a El Corte Inglés, pero maltrató tanto la salsa como al pobre pescado.

Gonzalo confeccionó un plato primoroso que le dio el pin de la inmunidad. Junto a su amigo Nicolás ambos cabalgan juntos a la fase final.

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