Bosé, el negacionistas, se desborda a sí mismo ante Jordi Évole
'Lo de Évole'
La segunda parte de la entrevista a Miguel Bosé dio pasó a su alter ego del que no se fía y se desató en conjeturas de tono disparatado como un "segundo juicio de Nuremberg" a los responsables que gestionan el control de la pandemia
En el avance del domingo pasado Miguel Bosé ya advertía que "Miguel" era mucho mejor y sensato que "Bosé", el depravado, "un demente, un pirado", el amante bandido (sexo salvaje, drogas). En 2021, con la voz rota y dejadas atrás las sustancias al parecer, Bosé se adentra en el tremendismo, en las teorías de la conspiración, en las angustias de su torre de cristal, a dudar de la vacunación del coronavirus, renegar de la ciencia y augurar juicios por crímenes contra la humanidad de quienes están gestionando los estragos de las pandemia.
Lo de Évole creaba en La Sexta una segunda parte más airada y vehemente del veterano artista desde las alturas mexicanas. Bosé se jactaba de sus conocimientos en torno a la pandemia pero no quiso constratarlos con un científico. Su amigo Jordi Évole le proponía un careo en videollamada con Enrique Bassat, epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona.
El cantante quiso desmarcarse de los pareceres científicos y sí quiso subraya que "van caer todos": “políticos, médicos, farmacéuticas, cómplices” de este azote de covid, su augurio ante quienes defienden todos lo que le vinieron a insultar y mofar en las redes sociales durante meses pasados por ir en contra de "la gran mentira".
Al contrario de mostrar dudas, de revelar un lado cercano, Miguel Bosé insiste en que es poseedor de la verdad, de los reveses del montaje: orgullos de ser negacionista, "con la cabeza alta", desbordando a su propio pasado, alejándose de la ponderación. Tal vez nunca estuvo cerca de la moderación.
Lo de Évole, a propósito de fakes, rescató la polémica sobre el bulo que circuló sobre 1993 en el que se decía que Miguel Bosé estaba agonizando por el sida, lo que le llevó al plató de Mercedes Milá a negarlo cuando incluso en el avión que le llevaba a España hubo quienes se alejaban de él para no contagiarse de la enfermedad sexual. Lanzó, por entonces, algún estornudo, para recordar que de sida era imposible contagiarse por vía aérea.
“Soy un ciudadano que tiene mucha información y que busca información más allá de la que me dan", vino a zanjar en torno a su teoría de la conspiración sobre la pandemia. Si Miguel Bosé en algún momento pretendió brindar una imagen próxima con esta entrevista en doble noche en prime time, nunca aparentó la sensación de que fuera a ser así.
Bosé sigue insistiendo en que si alguna vez en su vida hubiera hecho caso a los demás, no habría llegado a nada. Y sigue empeñado en su afirmación.
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