Antena 3 nació en una caseta de la Feria de Abril

Manuel Martín Ferrand en 1966 fue el primer español que se dirigió al entonces Ministerio de Información y Turismo de Manuel Fraga para pedir la concesión de una cadena de televisión privada, una osadía y una petición imposible de la que nunca recibió respuesta en aquel régimen. Pocos años antes aquel descarado periodista había cuajado su vocación como becario en Diario de Cádiz. En la redacción del periódico gaditano unos años después instaló la que sería su segunda emisora de Antena 3 Radio, su cadena de radio privada a la espera de la ansiada televisión.

El gallego no cejó en el empeño de ampliar, en número y pluralidad, el espectro televisivo. A la espera, su espíritu emprendedor le llevó a fundar renovadores espacios de radio como el despertador Matinal Cadena SER y anteriormente Hora 25, en las noches de la SER y que iniciaba andadura hace exactamente medio siglo, rompiendo con sutilidad el monopolio informativo de Radio Nacional. De aquel espacio noctámbulo surgiría el fenómeno de José María García, pieza decisiva para la posterior Antena 3, y que gestó la medianoche deportiva en la radio española, un fenómeno único en los medios europeos. En la televisión un esfuerzo parecido al de Hora 25 fue el analítico 24 Horas donde debutó como presentadora de informativos un rostro histórico como Rosa María Mateo y que en tiempos recientes regresaría a RTVE como desafortunada administradora única.

Nosotros, el maratón Siempre en domingo, Sábado Cine (dando cuerpo a la película que se emitía en la entonces noche más estelar) fueron otros de los espacios con el sello de Martín Ferrand, que fundó cabeceras decapitadas por la censura el único día en que estuvieron en los quioscos (Diario Nivel, en 1969) y en su ímpetu llegó a dirigir varios periódicos (Diario de Barcelona, Nuevo Diario) que convertía en los más incómodos para la dictadura.

Todo este contexto da idea del espíritu transgresor con que nació Antena 3, Antena 3Radio, pese a ser una empresa nacida con línea editorial conservadora. La actitud combativa de Martín Ferrand iba en los genes de su cadena de televisión que a falta de licencia se resignó en principio a ser una cadena de radio. Antena 3, que es la cadena más vista en estos momentos en España, nacía hace 40 años en plena Feria de Sevilla. Las primeras palabras de Antena 3 fueron en la caseta de ABC, uno de los socios de Martín Ferrand junto a otras empresas editoriales como Diario de Cádiz, que se sumaron a este empeño de ‘colorear’ la FM a la espera de trasladar sus contenidos a la televisión. “Con una programación bien hecha”, prometía, y de ahí su lema: “La radio bien hecha”.

La Vanguardia sería la principal accionista de la empresa y su editor, Javier Godó, fue el que tuvo que ceder a la partición hace 30 años, entre una televisión muy deficitaria pero jugosa, que adquirió el Grupo Zeta por la mano de Mario Conde; y una radio que había desbancado en diez años a la SER y que adquirió el Grupo Prisa en una turbia operación, como reconocieron los tribunales, y que recibió el nombre popular de ‘antenicidio’.

Las voces de Antena 3

En la tarde del 29 de abril de 1982 Antena 3 iniciaba su emisión en el entorno festivo de la caseta sevillana donde se encontraban algunos de las voces que iban a cimentar el proyecto: José Antonio Plaza (ex corresponsal de TVE en Londres y creador de formatos como 625 Líneas o Sabadabadá), que se encargaría de las mañanas junto a Mayra Gómez Kemp, a punto de fichar por el Un, dos, tres. Yale y José María Amilibia (Bla, bla, bla) con un espacio de famosos para las tardes. Y José María García, despedido pocos meses atrás por Eugenio Fontán, el mismo directivo de la SER que había dado alas a los que forjarían el suelo de Antena 3.

En Antena 3 estuvieron Jesús Hermida (dejaría el matinal Viva la gente para hacer el pionero en TVE, Por la mañana), José Luis Garci (Asignatura pendiente, así se llamaba también su programa de radio), Ana Rosa Quintana, Alfonso Ussía y sus rimas, el doctor Bartolomé Beltrán (y el consultorio de La salud es lo que importa), José Luis Balbín (La hora cero, heredado de Hermida y su refugio tras la cancelación de La clave).

En Antena 3 crecerían Luis Herrero y Antonio Herrero, que revitalizó con acidez la franja despertador; el dúo Gomaespuma, nacidos de la clandestinidad de las madrugadas de los sábados, franja de la que a diario se hacía cargo Carlos Pumares, relevo de García, con el cine, sus críticas y sus gritos en Polvo de estrellas.

El periodista económico Miguel Ángel García-Juez más adelante se encargaría de las tardes, con la tertulia donde estaban Luis Ángel Delaviuda (inseparable de Martín Ferrand), Luis Carandell y donde había estado el malogrado Santiago Amón. Toda la cantera de José María García,Supergarcía, nutriría de voces radios y televisiones, y chicas Hermida como Consuelo Berlanga y Nieves Herrero comenzaron a su vera en Hora cero, el espacio nocturno del onubense cuando se marchó de TVE en 1983.

Había mucha radio en Antena 3. Nació innovadora y hasta su logo, rojo y blanco, era muy rompedor por entonces. Su autor era el mismo que el de la rosa del PSOE, las estrellas de la bandera madrileña y la cornamusa de Correos: Cruz Novillo.

Los empeños se cumplen

“Para defender el derecho a informar es necesario actuar”, apelando al Tribunal Constitucional para contar con licencia, fue una de las credenciales con la que nueva cadena llegaba en abril del 82 al dial de una entonces semivacía FM.

Un día después de Sevilla comenzaban a nivel local las emisiones desde la sede de Diario de Cádiz, escuchándose la esa sintonía de “Antena 3, Antena 3, mucha más radio”. El embrión fue andaluz: hace hoy 40 años comenzaba a funcionar la emisora de Almería y el 2 de mayo se iniciaba la labor en Córdoba. En Madrid comenzó el 4 de mayo, con la voz de Miguel Ángel Nieto dando paso al himno nacional. Sería también quien inaugurara las emisiones de Antena 3 Televisión en la Navidad de 1990. Sólo un año antes Martín Ferrand consiguió su ansiado propósito.

En 1989 el gobierno de Felipe González (y Alfonso Guerra, celoso en todo lo mediático) aceptaba por mediación europea la concesión de emisoras privadas (serían en principio tres, Canal +, Telecinco y, por veteranía, Antena 3). Tras las elecciones del 82 habían quedado paralizadas las negociaciones y proyectos ya que el PSOE de “Por el cambio” se negaba a compartir la influencia del televisor con nadie, aunque llegaran, en la alegalidad, las autonómicas y más adelante, las locales y el caótico negocio del cable. Mientras, en la radio, la voluntad del equipo pionero de Antena 3 levantaba una marca que, 40 años después, habrá que reconocer que fue todo un acierto.