Almudena, una vizcaína de 87 años, gana 'MaterChef Abuelos'

Almudena es más formal que el prospecto del Frenadol y esa severidad le llevó adelante en la gala de MasterChef Abuelos tras las tres pruebas en las que fue la mejor. Ya se había quedado en puertas del anterior casting con unos crepes de langostinos que volvió a elaborar. Lo que le dio la victoria definitiva fue la presa con cigala y consomé de ave y foie que debía replicar del chef extremeño Toño Pérez. Almudena tiene nombre madrileño pero debe de tener sus ocho apellidos vizcaínos comenzando por el primero, Gandarias, y a sus 87 años la de Guecho toma el relevo de la onubense Guadalupe Fiñana. Un reconocimiento a la sabiduría de las madres y a su quehacer cuidadoso.

En MasterChef Abuelos suelen llegar participantes con recorrido vital pero pocos podrán igualar a Andrés, el gallego nonagenario, diplomático y ahora modelo de moda en París, de quien hasta el mismísimo Julio Iglesias aún tendría que aprender de él. También está el motero José, que regenta un hotel por Cádiz y que rompió con una novia en Brasil cuando se fue con otra y con la que espera reconciliarse algún día. Son aspirantes con las ideas claras y la vida en su punto. Filomeno, con su arroz, conquistó el corazón por su naturalidad.

Las mujeres de estas generaciones tienen ventaja por herencia y predestinación forzosa a la casa y están a distancia de los mayores varones, pero en el caso de Andrés su desparpajo y mundo (y su pelo frondoso) le ponen como rival. En la primera prueba estuvo acompañado de su nieto, con quien convive y que es su heredero directo. El siempre está en línea...

En la prueba final los comensales eran parte de la selección nacional de chefs, todo un reto, con Ricard Camarena, Ramón Freixa, Pepe Solla, Juanjo López o Martin Berasategui, de quienes se debían recrear sus elaboraciones. Y también anduvo por allí Castaño y su madre. Las que se quedaron tan cerca de la ganadora fueron Rocío y a Rosario, componentes del equipo azul que venció en la prueba de exteriores en Benidorm, ciudad donde a los concursantes fuera de carta le tiraban los tejos.

En el caso de Rocío, limpiadora durante tantos años, de Cáceres, ha sido la muestra de la fuerza de voluntad y de apurar la oportunidad de seguir aprendiendo.

En MasterChef Abuelos no hay la tensión ni el conflicto de otras versiones, pero sí el ejemplo y la motivación colectiva, como el Junior. Sueños posibles y necesarios.