Alberto Chicote visita en 'Pesadilla' una taberna sevillana y lo resume en una frase

Nueva entrega

Alberto Chicote en plena bronca en la cocina de El Palomo
Alberto Chicote en plena bronca en la cocina de El Palomo / Atresmedia

Pesadilla en la cocina tratará de hacer remontar la trayectoria a una taberna típica sevillana, El Palomo. Sus dueños llevan años siguiendo los mismos métodos, servicios y recetas y el negocio ya no iba tan boyante en los últimos años. El Palomo no remonta el vuelo y es Alberto Chicote el que ha de ponerse manos a la obra.

Son décadas de rutina que ha de cambiar. En El Palomo, ubicado en la calle Playa de la Jara, en el Polígono Norte, se sirven tapas y raciones de toda la vida, menudo, chocos fritos, pinchitos, croquetas, montaditos. En proporciones generosas que hace inviable el negocio. Para beber, y ahora que está en su época, mosto. Mosto del Aljarafe. Sevilla en esencia ante un examen hostelero. El establecimiento sigue abierto.

Chicote observando en el servicio de tapas
Chicote observando en el servicio de tapas

Chicote grabó el programa en este mismo año. La octava temporada se ha producido tras la pandemia. Había ganas por volver a trabajar en este formato pero la limitaciones de seguridad por el covid, sobre todo por las mascarillas, perjudicaba el sonido y el propio aspecto de un espacio donde la comunicación entre sus participantes lo es todo.

El conductor y 'coach' de las Pesadillas entiende que causa sorpresa cuando aparece en un negocio. "Cuando voy yo es porque ya no va nadie", resume Chicote sobre su labor en cada programa. Parte desde salones desangelados donde se topa con los problemas. A veces no es porque la comida esté mal, sino porque hay otro tipo de conflictos.

En El Palomo el principal escollo es la avanzada edad de sus propietarios. La entrega se estrena este jueves en La Sexta y por primera vez Alberto Chicote intentará salvar una taberna andaluza de las de toda la vida.

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