Aixa Villagrán: "la sociedad estaría menos enferma yendo más al psicólogo"

Serie de estreno

La actriz sevillana, de ascendencia gaditana, es Esther en la serie de Leticia Dolera que hoy estrena segunda temporada en Movistar +

Vídeo en primicia para el Grupo Joly del perfil del personaje de Esther en la segunda temporada de 'Vida perfecta'

Vida perfecta es un relato en voz femenina sobre asuntos personales en la realidad actual. Leticia Dolera es creadora y protagonista como María. A su lado, sus amigas Cris, a cargo de Celia Freijeiro y Esther, a cargo de Aixa Villagrán (Sevilla, 1978). Movistar + estrena este viernes los tres primeros episodios de la tercera temporada.

–¿Vida perfecta, la suya?

–No me puedo quejar. He participado en la película de Juan Diego Botto, En los márgenes, tengo otra película en marcha y un proyecto en enero que se va a rodar en Málaga de la que estoy muy contenta. Y por supuesto, esta Vida perfecta.

"Cuando eres una mujer que no te callas como Leticia Dolera siempre vas a tener 'haters', que te van a señalar con el dedo"

–Usted es la que reclama que todos los acentos aparezcan, siempre que se pueda.

–Se está abriendo la mente en cuestión de acentos, menos mal. Entiendo que si el guion dice que eres hermana de una chica de Barcelona es necesario recurrir a un castellano neutro, pero reclamo que todos podamos expresarnos en el acento en que hemos sido criados. La cultura, el cine, la series son un puente de empatía con el público con el que también se educa al público. Yo me expreso en el andaluz de mi familia, de mis raíces.

–Y en Andalucía se trata con bastante respeto al castellano. Lo construimos con propiedad.

–Sólo nos comemos sílabas. Es bonito que en las series vayamos incluyendo todos los acentos, las razas, los géneros, las realidades. No todo tiene que ser edulcorado. Yque el andaluz, o el cubano por ejemplo, no tengan que hacer siempre el mismo papel.

–Anime a verla en Vida perfecta.

–Leticia Dolera necesita contar historias desde el compromiso y así es su serie. Es una mujer que habla de la discapacidad, de la salud mental, de la depresión postparto. En la calle la gente habla de que le duelen las lumbares pero pocos se atreven a decir que tienen una depresión.

–¿Es una serie “de mujeres”?

–Pero con temas universales y más allá de una generación. Habla del miedo al compromiso, de la infidelidad. La segunda temporada es más oscura, más cruda. Es menos comedia, pero mantiene su tono.

–¿Conocía a Dolera antes?

–No, nos hicimos amigas en la serie Hemos compartido muchas cosas. Los ensayos son un laboratorio. Hay investigación, improvisación.

–¿Cómo le sacan partido a las situaciones del guion?

–Es un proceso de trabajo del texto. Improvisamos tras las lecturas. Leticia deja libertad creativa No se siente cuestionada si no lo ves. Para eso tiene humildad, va por otros derroteros. Entre todos creamos los personajes. En las improvisaciones surgen cosas muy ricas. Es una directora que te ayuda a llegar al estado de ánimo del personaje cuando hay escenas difíciles. A mí la música y los olores me llevan a un estado de ánimo.

–¿Cómo encontramos a Esther en estos episodios?

–Sufre tanta burla sobre ella. La tratan como una looser, una eterna adolescente y se lo ha tomado como un acto de rebeldía. Esther sufre ante las convenciones sociales: cumples 40 años, no tienes nada y el entorno te dice que eso no está bien. Para seguir, busca la estabilidad, quiere ser madura con una realación con una mujer que es mayor que ella.

–¿Y quién es ella?

–Miriam Iscla es una actriz buenísima. Hacíamos una pareja brutal.

–María hace reflexionar sobre las enfermedades mentales...

–María acude a terapia y es un ejemplo: la sociedad estaría menos enferma yendo más al psicólogo. Esta segunda temporada se centra más en las relaciones sexoafectivas. Leticia quería contar el vínculo amistoso, sexoafectivo de sus personajes.

"Dentro de unos años, igual me equivoco, esta serie se merece tercera parte"

–¿Cómo se define usted?

–Me siento muy orgullosa de mis padres, que me han inculcado tantos valores. Me han enseñado a escuchar, a tener empatía, respeto. La sociedad nos enseña a ser individualistas y a mí me indignan muchos las injusticias.

–¿Está será la segunda y última temporada?

Vida perfecta se presenta como temporada final, pero me niego a pensar que no haya tercera. A no ser que tenga una historia contundentes no va a volver en ella. Dentro de unos años, igual me equivoco, esta serie se merece tercera parte.

–Dolera ha vivido el azote de los ‘haters’...

–Cuando eres una mujer que no te callas siempre vas a tener haters, que te van a señalar con el dedo. Yo tengo debates interiores, me gusta decir lo que pienso. A ella se le señala por decir lo que piensa y lucha por los derechos de las mujeres y eso aún da miedo.

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