Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
Masterchef Celebrity
Nadie recibió más por menos. Nadie había llegado tan lejos en Masterchef por la cara y la chiripa sin saber freír un huevo. Su especialidad, por su desidia, fue tocarlos, y esa era la impresión que tenía el jurado cada noche en la que Carmen Lomana, la señorita Pepis, se escapaba al gallinero de los clasificados tras la prueba colectiva. Lomana caía en el grupo que vencía en el segundo reto, aunque la misión de ella en ese objetivo común solía ser la de marear los guisos. O directamente, se desmayaba.
Con Boris en tierra de nadie, el escritor dejó caer a la suertuda participante, arrojándola al conflicto vivo con su némesis, Antonia dell’Atte. Esa pelea de gatas, y con el menú por hacer, terminó siendo el principio del fin definitivo de la parrillera.
En esta ocasión no se libró por desmayo y su triste crep con frutos rojos la condujo al cadalso donde Jordi, Samantha y Pepe dictaron una sentencia que se había hecho esperar.
Con la eliminación de Lomana ya no quedan peritas en el programa de los domingos. Todos, por carisma, por esmero y por evolución, pueden hacerse con el trofeo final.
Ya no valen las estrategias y sólo prevalecerá el más capaz de los aspirantes, inclusive un Mario Vaquerizo que nadie le puede negar empeño y una inteligencia que guarda para los momentos difíciles.
Paz Vega y Ona Carbonell se posicionan como las rivales del hacendoso Santiago Segura. Y la repescada Antonia, sin el centro de sus iras, seguirá siendo la salsa farisea.
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