La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Audio
Ámsterdam/Los periodistas estamos acostumbrados a asistir a presentaciones de productos, ya sea en formato presencial o, con más frecuencia, virtual (sobre todo quienes no vivimos en Madrid o en Barcelona). Lo que no es tan frecuente es que una marca nos abra las puertas de sus oficinas centrales, nos muestre una exposición con todos sus dispositivos (tanto los que aún permanecen en su catálogo como los que no) y nos ofrezca salas dedicadas en las que poder probarlo todo tranquilamente mientras portavoces de la compañía, expertos en cada una de sus áreas de negocio, desgranan las ideas, conceptos, propósitos e inspiración de los modelos que integran cada línea: cómo funcionan, cómo han ido evolucionando y qué es lo que propondrán en el futuro.
Y no sólo en un futuro lejano, sino también en uno más cercano, con productos ya presentados oficialmente en sociedad pero que aún no están a la venta.
Todo esto es lo que ofreció Harman Internacional a un reducido grupo de periodistas y youtubers de toda Europa a los que la subsidiaria de Samsung Electronics invitó a su sede de Ámsterdam para conocer de primera mano los productos de su principal marca, JBL, unas semanas después de su última presentación (online) de productosonline.
En sus oficinas, Harman programó sesiones con los expertos de la marca Irina Krupnova (barras de sonido), Evert-Jan Jurgens (audio portátil) y Eduard van der Linde (auriculares) en torno a las cuatro principales líneas de producto de JBL: barras de sonido, auriculares inalámbricos, altavoces y party boxes y auriculares especiales para gaming.
Las últimas propuestas de barras de sonido de JBL comprenden cuatro modelos, las Soundbar 300, 500, 800 y 1000, cuya nomenclatura responde a su tamaño, prestaciones y, claro, precio.
Todas ellas comparten facilidad de instalación y configuración y, por supuesto, la calidad de sonido y potencia características de la marca. Se conectan sin problemas a cualquier dispositivo y a los principales servicios de streaming y, con su app propia JBL One, se pueden configurar al detalle, por supuesto también el ecualizador. Son compatibles con los asistentes de voz de Google, Alexa y Siri y con AirPlay 2, Alexa MRM y Chromecast built-in, entre otras posibilidades.
Las cuatro barras, detalló Irina Krupnova, son especialistas en separar el audio del diálogo del de la música y otros efectos de lo que estemos reproduciendo (para que podamos escucharlo todo bien) gracias a su tecnología Pure Voice y, por lo que se refiere a los modelos más asequibles, el 300 tiene Multibeam (que expande el sonido por la sala de forma horizontal para crear un efecto envolvente) y Dolby Virtual 3D, mientras que el 500 añade a estas tecnologías un subwoofer de 10’’.
Las Soundbar 800 y 1000 suponen un salto de calidad, tanto por sus dos pequeños altavoces desmontables (que pueden situarse, por ejemplo, detrás del sofá o junto a sus extremos para complementar la barra principal y potenciar esa sensación de cine en casa) como por el True Dolby Atmos (que envía el sonido hacia el techo, donde rebota para expandirse de forma vertical sobre la habitación). La Soundbar 1000 cuenta, además, con Multibeam, un subwoofer de 10’’ y audio de 7.1.4 canales.
Instaladas en una especie de escalera en la sala de pruebas de las oficinas de Harman, la diferencia de una a otra era fácil de apreciar, por mucho que el usuario medio que solamente quiera potenciar el sonido del televisor y sin invertir demasiado en el proceso probablemente tenga suficiente con uno de los modelos más modestos.
El segmento de auriculares es, según indicaron los portavoces de Harman, uno de los más populares en ventas de JBL. Con dos líneas bien diferenciadas, la de auriculares de uso general, por así decirlo, y la diseñada para gaming, las propuestas que la marca tiene en el mercado se dividen a su vez en varias series en las que se aprecia (sobre todo cuando, como es el caso de las oficinas de Ámsterdam, se exponen todos juntos) cómo han ido mejorando con sus sucesivas versiones en algunos de los puntos clave de este tipo de dispositivos: la cancelación de ruido, la calidad del sonido, la comodidad o la capacidad de la batería.
Y, gracias a las también progresivamente incrementadas funcionalidades que brinda la app propia de JBL, también se han ido añadiendo, puliendo y en definitiva mejorando las posibilidades de personalización para que la experiencia sea única para cada usuario (con detalles como, gracias a la prueba de audición y ajuste, detectar si oímos mejor con un oído que con otro para reproducir el sonido a un volumen diferente).
Aunque el catálogo de JBL es muy amplio, entre las series que tienen en el mercado podríamos destacar la gama deportiva con los Reflect o Endurance, además de familias como los Tune, Live, Club o Tour.
Precisamente en esta última se inscriben dos de los últimos productos lanzados por la compañía en este segmento, de los que hablamos en su momento, los Tour One M2 y los Tour Pro 2, cuya gran novedad es su estuche de carga inteligente con pantalla táctil.
Sin entrar a desglosar en detalle las bondades de cada gama (que además comparten varias características básicas), digamos que el punto fuerte de los Tune es la cancelación de ruido y el de los Live el sonido de calidad profesional y su diseño, mientras que los Club, como su propio nombre indica, están diseñados específicamente para DJ (ni que decir tiene que cualquiera puede disfrutar de ellos).
Los nuevos Tour One M2, como explicó Eduard van der Linde mientras los probábamos, retoman un diseño ya asentado, añadiendo comodidad, audio de alta resolución, audio espacial 360, cancelación activa de ruido y Bluetooth 5.3, entre otras bazas.
Los interesados deberán esperar a enero de 2023 para hacerse con ellos, que estarán disponibles en dos acabados, negro y un champán que en directo es mucho más atractivo de lo que reflejan las fotografías (ambos se sienten, además, sólidos y robustos, pero cómodos y ligeros).
Aunque esta prueba preliminar con los Tour One M2 fue muy satisfactoria, debemos confesar que los Tour Pro 2 nos sedujeron al instante, sin necesidad siquiera de sacarlos de la funda. Porque su gancho reside precisamente ahí, en la funda, con su pantalla táctil en la que, de forma similar a lo que hace un smartwatch, el usuario puede navegar por sus distintas pantallas, con un menú tan completo que proporciona una independencia casi total del teléfono.
Por ponerle una pega a esta funda, esas tarjetas de información son por ahora fijas, aunque Van der Linde no descartó que en una futura actualización se pueda escoger qué pantallas queremos que aparezcan, para prescindir de las opciones que no se quieran o necesiten.
Estos Tour Pro 2 tienen un bastón más pequeño, como también lo es la parte que se introduce en el oído, lo que se traduce en una mayor comodidad y mejor ajuste; son compatibles con la mayoría de funcionalidades y servicios que podemos encontrar en otros modelos de la marca, así como con Find my Earbuds, y, en una próxima actualización de software, lo serán con Share Me para compartir música con otros dispositivos.
Según Van der Linde, estos dos nuevos auriculares no suponen una revolución (por mucho que esta pantalla sí lo sea, al menos a nuestro juicio), sino una evolución, un capítulo más en la línea seguida por la marca estos últimos años, en los que han trabajado para mejorar cada elemento de sus auriculares y, sobre todo, para hacer de la cancelación de ruido, activa y adaptativa, no una funcionalidad premium sino algo asequible para un mayor número de consumidores.
Como otros productos de la compañía, algunos de los cuales hemos tenido la ocasión de analizar, esa adaptabilidad hace que los auriculares pasen, de forma automática, de la cancelación al modo ambiente (que hace que seamos conscientes del entorno) si detecta que empezamos a hablar o que alguien se dirige a nosotros.
A eso se añade, para quienes no estén familiarizados con este tipo de tecnología, el Voice aware, que capta nuestra voz mientras hablamos por teléfono y la reproduce junto a la de nuestro interlocutor, para que nos escuchemos mientras conversamos y no emitamos, sin darnos cuenta, a un volumen demasiado alto.
Para JBL, la entrada en un sector tan en auge como el del gaming “era un paso lógico para nosotros, porque ya entonces éramos líderes en sonido”, apuntó Van der Linde desde la sala de pruebas de los productos de JBL para videojugadores, “y por eso decidimos introducirnos en ese mundo hace unos años con la serie Quantum”.
Esta serie, añadió, nació con un primer modelo de entrada, el Quantum 100, tras el que se sucederían el 200, 300 o 400, con los que irían aumentando y mejorando prestaciones, calidad de sonido, de construcción y comodidad.
La cumbre de esa progresión fueron los Quantum One, que seguían apostando por la conexión con cable porque en el momento de su estreno no contaban aún con las herramientas para ofrecer una solución a un factor crítico para los gamers, especialmente para los que se dedican a los videojuegos de forma profesional, la latencia.
Ese elemento ha centrado los esfuerzos del equipo de JBL dedicado a los Quantum que, ahora sí, han puesto en el mercado unos auriculares sin cables, los Quantum 910. Son compatibles con una conexión inalámbrica de 2,4 GHz de baja latencia con PC, Playstation y Nintendo Switch; a través de Bluetooth 5.2 con otros dispositivos compatibles y a través de un enchufe de audio de 3,5 milímetros con PC, Mac, PlayStation, Xbox, Nintendo Switch, móviles y dispositivos de realidad virtual.
Entre otras características, cuentan con audio espacial dual con seguimiento de cabeza y sonido envolvente, batería que roza las 40 horas (y que se puede cargar, vía USB, mientras se está jugando), cancelación de ruido activa optimizada para juegos, micrófono flip-up con supresión de eco y ruido (para poder conversar por ejemplo con compañeros de juego y silenciarlo en un momento), tarjetas de sonido separadas (el dial compatible con Discord permite personalizar el equilibrio de audio y chat sin interrumpir el juego) y, al ofrecer dos fuentes de comunicación simultáneas, el dongle mantiene conectado al juego y el Bluetooth permite hablar con el equipo.
El tour por la sede de Harman en Ámsterdam y su showroom de productos terminó con una parada en la sala dedicada a sus altavoces inalámbricos y a las siempre llamativas (y potentes) party boxes. En esta sala, Evert-Jan Jurgens incidió en la popularidad de la serie Flip, cuya última incorporación es el JBL Flip 6, y repasó las últimas novedades de la marca en audio portátil, con las ediciones eco-responsables de los también muy populares JBL Go 3 y Clip 4.
En el apartado de las party boxes, fuimos testigos de la potencia (y la variedad cromática de las luces que acompañan al contenido reproducido) que pueden alcanzar las propuestas de la marca y pudimos probar el último modelo, la JBL Partybox Encore (hemos de admitir que ninguno de los allí presentes se lanzó a tomar el micrófono que incluye).
De tamaño bastante compacto para un artilugio de este tipo y con múltiples opciones de conexión con otros dispositivos (también otras party boxes), es compatible con las principales plataformas y altamente configurable y personalizable (también sus juegos de luces) gracias a su aplicación dedicada.
¿Qué planean Harman y JBL para el futuro cercano? Según los responsables de la marca con los que conversamos, la idea es continuar perfeccionando las claves del éxito de sus productos, en sus distintas líneas de negocio.
Aunque temas como la calidad del sonido, la cancelación de ruido, la duración de la batería (y la rapidez de carga) o, en el caso de los auriculares gaming, la latencia, están más que afinados, siempre hay margen de mejora, coincidieron Krupnova, Jurgens y Van der Linde. No desvelaron si hay en estos momentos alguna revolución en el horno, pero quizás veamos en un próximo lanzamiento alguna funcionalidad tan innovadora y llamativa como ese estuche de carga inteligente.
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