La quema de estiércol en el Neolítico afectó a la fosilización de retos óseos

Ciencia

Son los resultados de un estudio publicado en 'Journal of Archaelogical Science' y llevado a cabo en la Cueva del Mirador de Atapuerca

Estiércol de ganado
Estiércol de ganado
R.D.

25 de marzo 2022 - 11:56

La quema de estiércol durante el Neolítico en las cuevas redil produjo un importante impacto en la composición y fosilización de los restos óseos arqueológicos encontrados en el yacimiento de El Mirador (Atapuerca, Burgos), según un estudio liderado por Héctor Del Valle, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).

El trabajo, que publica la revista Journal of Archaeological Science, es el primero sobre diagénesis del hueso en 'fumiers' en el yacimiento de la Cueva de El Mirador de Atapuerca y aporta importantes conclusiones sobre la formación de este tipo de secuencias, resultado de las actividades ganaderas en cuevas utilizadas como rediles desde el Neolítico.

El estudio ha contado con la colaboración de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Leiden (Países Bajos).

Según Del Valle, "del estudio se desprende que el contexto sedimentario de cada estercolero desencadena características propias en la composición de los restos óseos, pudiendo conocer la procedencia de los huesos en base a dichas características".

La Cueva de El Mirador, situada en la Sierra de Atapuerca, se excava desde el año 1999 y ha proporcionado una secuencia con niveles pleistocenos y holocenos imprescindible para comprender especialmente los inicios de la incorporación de las prácticas agrícolas y ganaderas en la Meseta.

Durante más de 4.000 años la cueva fue utilizada como lugar de hábitat, como lugar funerario y como cueva redil para el ganado.

Esta última actividad generó un depósito sedimentario compuesto por estiércol, restos de plantas y residuos de las ocupaciones humanas.

Para desparasitar y limpiar los espacios, estos depósitos se quemaban, dando como resultado una serie de capas (facies) quemadas y no quemadas que conforman un 'fumier', siendo el de El Mirador uno de los más amplios y mejor conservados.

Estos depósitos constituyen una fuente de información de alta calidad y elevada resolución temporal para conocer los detalles de la expansión y del desarrollo de las economías productoras prehistóricas, agrícolas y ganaderas, a través del Mediterráneo, desde su zona de origen en Oriente Próximo hasta la península ibérica.

El estudio liderado por Del Valle demuestra que, a través de la técnica ATR-FTIR, y a pesar de la buena apariencia externa, los restos óseos deben ser evaluados para conocer su preservación a nivel molecular.

De este modo, se pueden elegir las muestras con la mejor preservación de sus componentes para otros análisis.

Otro aporte del trabajo es el uso de nuevos métodos estadísticos como la Inteligencia Artificial que ha permitido clasificar la procedencia de los restos óseos de las distintas facies, destacando que los huesos adquieren propiedades diferentes en relación al contenido de carbonatos.

"Esto es especialmente interesante en el caso de las facies no quemadas y reelaboradas al permitir diferenciar huesos no quemados que se asemejan en su aspecto", según Del Valle.

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