Por qué puede explotar un móvil y cómo prevenirlo siguiendo cinco consejos

Todos los dispositivos electrónicos precisan un buen mantenimiento para alargar su vida útil. En el caso de los teléfonos móviles, es común tener sumo cuidado con ellos cuando, por capricho o necesidad, los acabamos de comprar. Pero luego solemos relajar las precauciones y llegan las caídas, los golpes o se vicia la batería. Esta última es un elemento esencial en la salud y el rendimiento de nuestro móvil, por eso conviene aplicar una serie de buenas prácticas si queremos evitar consecuencias fatales.

Las sobrecargas es uno de los mayores riesgos que encaran las baterías, ya que pueden llegar a sobrecalentarse. El litio del que suelen estar hechas es un metal excelente conductor de la electricidad, pero igualmente conduce el calor. Por eso, cargar en exceso el teléfono puede provocar la explosión de la batería y, en el peor de los casos, su combustión y la propagación de un posible incendio.

Los tiempos de carga, las superficies donde apoyamos nuestro teléfono o el cargador que utilizamos son aspectos determinantes para prevenir este tipo de incidentes y que no pasen a mayores. A continuación, repasamos algunos de los consejos y buenas prácticas que te ayudarán a evitar que la batería de tu móvil explote:

Utiliza cargadores originales

Cada fabricante suele utilizar un estándar de carga diferente, con un voltaje e intensidad distintas. Por lo tanto, se recomienda que priorices un cargador oficial o recomendado por el fabricante, según tu modelo de móvil. Evita asimismo seguir utilizando el teléfono mientras lo uses.

Evita superficies inflamables

Nunca dejes el móvil enchufado sobre la cama, un cojín o un sofá, ni mucho menos bajo la almohada. La carga genera calor y, si la batería estuviera defectuosa, podría provocar más calor de lo normal y desencadenar un incendio.

Retira la funda

Algo que muchos no hacemos es quitarle la funda al móvil antes de ponerlo a cargar. Las fundas o cualquier elemento que sobrepongamos sobre el teléfono impide que su correcta ventilación y hace que el calor se disipe peor y más lentamente. Conviene evitar las fundas de silicona, pues transpiran peor el calor y, sobre todo, aquellas que no estén homologadas por el fabricante del terminal.

No lo expongas a temperaturas extremas

La temperatura ideal para cargar la batería es de entre 16º y 22º C. Nunca dejes el móvil cargando en bajo la incidencia directa de la luz solar, próximo a fuentes de calor o en cualquier otro lugar donde la temperatura sea demasiado elevada.

Por otro lado, conviene alejar los móviles de la humedad para prevenir daños en nuestro teléfono. Por tanto, ten cuidado si lo llevas a la piscina o lo dejas al lado mientras te duchas, pues el vapor generado por el agua caliente puede afectar a la batería y, por tanto, hacer que se recaliente más cuando lo cargues.

No lo cargues durante la noche

A pesar de que es una práctica muy extendida, dejar el móvil con el cargador enchufado durante largo periodos de tiempo puede provocar el sobrecalentamiento de la batería, más si se trata de la carga rápida. Además, hacerlo mientras dormimos, pues nuestra capacidad de respuesta se verá mermada en caso de incendio.