Los diez días de octubre de 1582 borrados de la historia
Del 5 de octubre al 14 de octubre de 1582 no ocurrió nada porque ese periodo fue eliminado del calendario por el paso del juliano al gregoriano.
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Si en alguna ocasión han tenido esa sensación de perder días sin saber qué han hecho con ellos (algo que suele pasar al volver de vacaciones, o simplemente tras un par de días libres), sepan que los habitantes de España, Portugal o Italia perdieron literalmente diez días de octubre de 1582. O al menos los perdieron de sus calendarios. En otros lugares como Inglaterra y sus colonias, esos diez días desaparecidos llegarían casi dos siglos más tarde, en 1752, y en septiembre, no en octubre.
En ambos casos el motivo fue el mismo, el paso del calendario juliano al gregoriano, el sistema de medición del tiempo que se utiliza actualmente en la gran mayoría de los países del mundo.
Quienes creen que con el cambio de hora de marzo, para pasar al horario de verano, nos roban una hora, imaginen lo que debieron pensar los afectados entonces, que de un plumazo se encontraron con un mes diez días más corto.
No hay datos sobre las repercusiones para sueldos, recibos o hipotecas (o sus equivalentes en la época), pero sí se sabe que en algunos países se produjeron disturbios y protestas contra esta modificación, con muchos ciudadanos confusos y desorientados por la pérdida de días.
Qué es el calendario gregoriano y por qué se diseñó
El cambio del calendario juliano al gregoriano es uno de los hitos más importantes en la historia de la cronología, y su adopción tuvo profundas repercusiones en la sociedad, la religión y la ciencia.
Fue introducido por el papa Gregorio XIII en octubre de 1582, mediante la bula Inter gravissimas, para corregir los errores que se habían acumulado en el calendario juliano, utilizado durante más de 1.500 años desde que Julio César lo implementara en el año 46 a.C.
Los errores del calendario juliano
El calendario juliano había sido diseñado para aproximarse al año solar (el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita alrededor del Sol), pero sobrestimaba la duración del año solar en aproximadamente once minutos. Esa pequeña diferencia acumulada llevó a que, con el paso de los siglos, el calendario juliano se alejase del año astronómico.
En el siglo XVI, la fecha del equinoccio de primavera se había adelantado hasta el 11 de marzo (se suponía que debería haber sido el 21 de marzo). Eso causó problemas en la celebración de la Pascua (primer domingo después de la luna llena que sigue al equinoccio de primavera). La Iglesia católica, la institución más influyente en Europa en ese momento, decidió tomar cartas en el asunto para enmendarlo.
Los cambios del calendario gregoriano
En 1572, el papa Gregorio XIII convocó a una comisión de expertos que incluía a astrónomos y matemáticos como Christopher Clavius y que propuso un nuevo calendario que se basaba en un año promedio de 365,2425 días. Este calendario, que se conoció como calendario gregoriano, eliminaba 10 días del mes de octubre de 1582 y establecía una nueva regla para determinar la fecha de la Pascua.
El cambio más significativo fue la introducción de un nuevo método para calcular la duración del año. En lugar de asumir que el año solar tenía exactamente 365,25 días, como se hacía en el juliano, el gregoriano estableció que el año solar duraba 365,2425 días. Esa pequeña diferencia se logró con un sistema de años bisiestos más sofisticado.
Este sistema mantenía el año de 365 días, pero establecía que los años bisiestos serían aquellos divisibles por 4, excepto los años divisibles por 100, que no serían bisiestos, a menos que también fueran divisibles por 400 (eso significaba que 2000 sería un año bisiesto, pero 1900, no).
El calendario gregoriano se ajustaba así mucho más al año solar real, reduciendo el desfase a tan solo tres días cada 400 años.
Los días 'desaparecidos'
Otro cambio importante del calendario gregoriano fue la corrección del desfase acumulado que se había producido en el juliano. Para ello, se decidió que el día siguiente al jueves 4 de octubre de 1582 sería el viernes 15 de octubre de 1582. Se eliminaban así diez días del calendario, lo que permitió sincronizarlo con el año solar real.
La adopción del calendario gregoriano no fue un proceso sencillo ni inmediato. En algunos países se produjo una fuerte contestación popular por parte de ciudadanos que sentían que les habían quitado parte de su vida.
El calendario gregoriano se introdujo en varios países católicos de Europa, como España, Portugal, Italia y Polonia, en octubre de 1582, pero los protestantes, como Alemania y Holanda, se resistieron a cambiar, ya que veían el calendario gregoriano como una imposición de la Iglesia católica.
Inglaterra y sus colonias no lo adoptarían hasta 1752, cuando se eliminaron 11 días del mes de septiembre, saltando directamente del 2 al 14 de septiembre.
Otros países, como Rusia y Grecia, continuaron utilizando el calendario juliano mucho después de la implementación del gregoriano. Rusia, por ejemplo, no cambió hasta 1918, después de la Revolución Rusa, lo que significó otro ajuste de 13 días para sincronizarse con el resto de Europa.
Uno de los principales motivos de su éxito fue su mayor precisión en la medición del año solar, lo que permitía una mejor sincronización de eventos astronómicos, como equinoccios y solsticios.
Además, también facilitaba la organización de la actividad social y económica, al establecer un sistema de fechas y plazos más estable y predecible que el calendario juliano.
Hoy en día, el calendario gregoriano es el sistema de medición del tiempo más utilizado en el mundo. A pesar de que existen otros calendarios, como el musulmán o el judío, el gregoriano es el que se utiliza de forma habitual en la vida cotidiana, en la administración, en la economía y en la ciencia.
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