Coronavirus: Polémica en Argentina por un 'pasaporte sanitario digital' obligatorio

Aplicaciones

El Gobierno argentino obliga a los ciudadanos a instalar una aplicación con datos sanitarios para poder circular por el país

Incluye un sistema de credenciales y geolocalización que comprueba cada 15 minutos si se cumple con las restricciones

El rastreo de móviles como arma en la lucha del coronavirus

Una enfermera toma la temperatura.
Una enfermera toma la temperatura. / Juan Ignacio Roncoroni, Efe
Javier Castro Bugarín (Efe)

15 de mayo 2020 - 20:19

Buenos Aires/Una suerte de pasaporte sanitario digital, encargado de aunar tanto el permiso de circulación como el autodiagnóstico sanitario en un único espacio: así es Cuidar, un software para tiempos de pandemia que ha causado polémica en Argentina por el uso masivo de datos personales.

Aunque la aplicación se lanzó como tal a finales de marzo, las dudas en torno a su uso cobraron fuerza el pasado fin de semana, cuando el presidente argentino, Alberto Fernández, anunció que sería obligatoria su instalación para circular en la nueva etapa de la cuarentena.

"A medida que nosotros vayamos autorizando actividades, todo el que vuelva a trabajar tiene la obligación de bajar una aplicación del Gobierno nacional que se llama Cuidar. En esa aplicación uno se somete a un autocontrol y eso nos permite hacer un seguimiento de la persona en lo que hace a su calidad sanitaria", aseveró el mandatario en rueda de prensa.

Con todo, pocos días después el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, aclaró que el Gobierno tan solo "promueve" el uso de la aplicación, de manera que no sería obligatoria, aunque constituye la "mejor herramienta para llevar el certificado de circulación obligatorio".

Permiso de circulación y autoevaluación sanitaria

Desarrollada por el Gobierno argentino en colaboración con la Cámara de la Industria Argentina del Software, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y otras entidades privadas, Cuidar funciona como una especie de pasaporte sanitario digital. "Tienes que cumplir dos requisitos: tener el permiso del Gobierno, porque es una actividad esencial o permitida, y estar sano o, al menos, aparentemente sano. Si te sientes mal o el sistema de salud ya sabe que te sientes mal, automáticamente te inhabilita", comenta Diego Garbervetsky, uno de los investigadores del Conicet implicados en el desarrollo de la aplicación.

De esta forma, este software, que ya cuenta con más de dos millones de descargas, ofrece tres tipos de credenciales, como las apps similares usadas por el Gobierno chino: verde, para quienes tengan tanto el permiso de circulación como la salud intacta; azul, si no se está en posesión del permiso pero sí que se está sano, y rosa, para personas que, tengan o no el permiso, sí presentan síntomas compatibles con Covid-19.

En caso de que uno de esos autodiagnósticos indique que la persona puede estar enferma, la aplicación ofrece información sobre el centro de salud más cercano en función de la ubicación, al tiempo que pone en contacto al sistema sanitario con la persona en cuestión. "Pensamos esta aplicación como algo más bien colaborativo: yo me cuido, tú me cuidas. Por ejemplo, si yo voy a visitarte, te muestro el certificado de salud y tú me lo muestras a mí, de forma que nosotros podamos estar seguros de que estamos aparentemente bien", explica Garbervetsky.

Una aplicación que "no dice qué hace, cuándo ni cómo"

Con todo, a raíz del anuncio del presidente comenzaron a surgir dudas respecto a las funcionalidades de una aplicación que, según el programador y director de la ITMaster Academy, Maximiliano Firtman, "no dice qué hace, cuándo ni cómo", por lo que "genera mucha suspicacia". "Uno de los fallos más importantes, a mi entender, tiene que ver con la identificación de las personas, de suplantación de identidad. Veo muy endeble esa parte y que podría derivar en problemas para mucha gente", afirma Firtman.

Otro de los principales puntos de conflicto es la geolocalización: además de registrar cada 48 horas la ubicación a la hora de realizar las autoevaluaciones, la app también incluye la posibilidad de rastrear el móvil de una persona cada 15 minutos para asegurar que cumple con la cuarentena. "Eso no está en los términos y condiciones, eso apareció mágicamente y no había quedado claro en ningún momento. La ubicación cada 15 minutos es algo que no hace cualquier aplicación, es un seguimiento 24 horas", indica Firtman.

A este respecto, Garbervetsky confirma que, efectivamente, existe esa línea de código, pero que debido al escaso número de personas infectadas por coronavirus en Argentina se dieron cuenta de que "realmente no hacía falta". "Eso nunca estuvo activo y nunca se utilizó, pero tiene el código, entonces la idea es limpiarlo. Eso generó sospechas, aunque la verdad nunca se usó ni se pensaba usar", subraya el investigador.

Asimismo, Firtman considera que a la aplicación todavía "le faltan unas vueltas de revisión en varias cosas", ya que se han reportado problemas de funcionamiento en los móviles más antiguos y fallos en autodiagnósticos que acaban por derivar en la inhabilitación para circular.

Temor por el uso de los datos personales

Por todo esto, la aplicación ha levantado fuertes críticas en el seno de la oposición, al tratarse de un software que recopila datos personales, sanitarios y el propio permiso de circulación. De hecho, la mesa nacional de Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora en Argentina, emitió un comunicado en que pedía "más transparencia" en el uso de Cuidar, proponiendo que un comité de expertos la analice "desde su código fuente".

Para Javier Pallero, analista de políticas públicas de la ONG Access Now, liberar el código ayudaría a mejorar la confianza en torno a la aplicación, así como "minimizar el uso de la información de ubicación solamente para los casos que sea estrictamente necesario". También pide que haya "una política de eliminación de la información después de la pandemia", en aras de cumplir con una política de protección de datos "más descriptiva" y "adecuada al objetivo que se quiere cumplir".

"Hay que hacer siempre un análisis de cuál es la herramienta menos invasiva y menos limitante de los derechos humanos, y elegir esa (...). Creo que el Gobierno ha respondido bastante bien a las inquietudes, (puesto que) al menos, informalmente, se ha sabido que hay voluntad de ir haciendo correcciones", destaca.

En ese sentido, Garbervetsky señala que son "muy comprensibles" las preocupaciones en torno a una aplicación que se "desarrolló rapídisimo", en apenas tres semanas, y que su intención y la del resto del equipo es "liberar el código" y que "cuando finalice la pandemia, todos (los datos) desaparezcan". "Ha habido un deseo del Gobierno de sacarla lo antes posible, pero la idea es ir mejorándola, tomando en cuenta las nuevas funcionalidades que tienen que ver con la cuarentena, pero también algunas observaciones que nos hicieron y que están muy bien", concluye el investigador del Conicet.

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