Una chica es geolocalizada durante un año por un desconocido y avisa de este peligro a sus seguidores
Tecnología
Sevilla/Revisad bien vuestros móviles. Esta advertencia, lanzada por la usuaria de TikTok @lu.jimenezu, cobra especial relevancia al conocer su inquietante experiencia. Tras prestar su teléfono a un conocido por un breve momento, comenzó a notar su presencia constante en lugares que frecuentaba: su casa, restaurantes, centros comerciales. La razón detrás de este seguimiento no era otra que la geolocalización. Durante casi un año, este individuo pudo rastrear todos sus movimientos gracias a que dejó abierta su cuenta de Gmail en el dispositivo de @lu.jimenezu.
Este caso no es aislado desgraciadamente. La geolocalización es una función que permite determinar la ubicación geográfica de un dispositivo móvil, se ha convertido en una herramienta de doble filo. Por un lado, es fundamental en investigaciones policiales y en la resolución de crímenes. Pero, por otro, puede convertirse en un vehículo para invadir la privacidad y comprometer la seguridad personal.
Los datos de geolocalización son recolectados a través de aplicaciones móviles que acceden a sensores de posición como el GPS o por compañías de telefonía que asocian nuestros móviles a estaciones base o puntos de acceso WiFi. Estos datos, que pueden precisar la ubicación de un usuario hasta con 50 metros de exactitud, son especialmente valiosos cuando se cruzan con otros datos personales, permitiendo crear perfiles detallados de los usuarios, sus hábitos e incluso sus relaciones personales.
Un caso ilustrativo es el del monseñor Jeffrey Burrill, cuya orientación sexual fue expuesta públicamente tras el análisis de los datos de geolocalización recogidos por una aplicación en su móvil. Asimismo, en España, la empresa Graphext realizó un análisis de los datos de geolocalización públicos en Twitter de políticos, revelando información detallada sobre sus movimientos y ubicaciones.
Estos ejemplos evidencian la capacidad de la geolocalización para revelar información íntima y sensible. La normativa europea de protección de datos, como el GDPR, establece regulaciones específicas para el tratamiento de estos datos, especialmente cuando revelan información sobre visitas a hospitales, centros religiosos o manifestaciones políticas.
Por tanto, es crucial ser conscientes de los riesgos asociados a la geolocalización. Revisar los dispositivos móviles para asegurarse de que no hay cuentas de terceros abiertas y entender la configuración de privacidad de las aplicaciones son pasos fundamentales para proteger nuestra información personal. La historia de @lu.jimenezu nos recuerda la importancia de mantener un control sobre nuestra información digital y los posibles peligros de descuidarla.
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