Los riesgos para los bebés del exceso de televisión y vídeos

Ciencia

Un estudio desvela que bebés y niños pequeños más expuestos a la televisión o a ver vídeos pueden tener más probabilidades de exhibir conductas sensoriales atípicas

Seis de cada diez familias quieren que se regule el uso de pantallas en los menores

Bebé ante una televisión.
Bebé ante una televisión.

En pleno debate sobre el uso de móviles en menores en los colegios, un estudio analiza qué les ocurre a bebés y niños pequeños expuestos en exceso a la televisión o a ver vídeos, un recurso empleado por muchos padres para entretener a sus hijos, no solo ahora, sino desde hace décadas.

Años antes de los móviles y los tablets y de YouTube, la televisión hacía las veces de niñera mientras los progenitores trabajaban en casa y se encargaban de los quehaceres domésticos.

Ahora un estudio analiza qué ocurre a niños de corta edad que se ven expuestos a televisiones y vídeos consumidos en otros soportes. Según esta investigación, pueden tener más probabilidades de exhibir conductas sensoriales atípicas, como sentirse abrumados por sonidos fuertes y luces brillantes o mostrarse desinteresados en algunas actividades.

Las habilidades de procesamiento sensorial reflejan la capacidad del cuerpo para responder de manera eficiente y adecuada a la información y los estímulos recibidos por sus sistemas sensoriales, como lo que el niño oye, ve, toca y saborea.

El estudio

El trabajo que publica JAMA PedriatricsJAMA Pedriatrics señala que los pequeños expuestos a un mayor número de horas de televisión antes de cumplir dos años tenían más probabilidades de desarrollar conductas atípicas de procesamiento sensorial a los 33 meses.

La investigación, que encabeza la Universidad de Drexel, se refiere a “búsqueda de sensaciones" y su "evitación”, así como "bajo registro": ser menos sensibles o más lentos a responder a estímulos, como que los llamen por su nombre.

El equipo extrajo datos de 2011 a 2014 sobre el consumo de televisión o DVD de 1.471 niños a los 12, 18 y 24 meses del Estudio Nacional de la Infancia en Estados Unidos.

Metodología

Los resultados del procesamiento sensorial se evaluaron a los 33 meses utilizando el perfil sensorial infantil/niño pequeño (ITSP), un cuestionario diseñado para brindar información sobre cómo los niños procesan lo que ven, oyen o huelen.

Los niños se clasifican en grupos "típicos", "altos" o "bajos" en función de la frecuencia con la que muestran diversos comportamientos relacionados con los sentidos.

Las mediciones de la exposición a la pantalla a los 12 meses se basaron en la pregunta de si el bebé miraba la televisión o el DVD. A los 18 y 24 meses se quería saber cuántas horas de media al día lo había hecho durante el último mes.

Efectos a los 12, 18 y 24 meses

El estudio sugiere que a los 12 meses, cualquier exposición a una pantalla en comparación con ninguna se asoció con una probabilidad un 105% mayor de exhibir comportamientos sensoriales "altos" en lugar de comportamientos sensoriales "típicos" relacionados con un registro bajo a los 33 meses, indicó la universidad.

A los 18 meses, cada hora adicional de tiempo diario frente a una pantalla se asoció con un 23 % más de probabilidades de exhibir comportamientos sensoriales "altos" relacionados con una posterior evitación de sensaciones y un bajo registro.

A los 24 meses, cada hora adicional de tiempo diario frente a una pantalla se asoció con un aumento del 20% en las probabilidades de búsqueda de sensaciones "altas", sensibilidad sensorial y evitación de sensaciones a los 33 meses.

Los hallazgos se suman a una lista cada vez mayor de resultados “preocupantes para la salud y el desarrollo relacionados con el tiempo frente a la pantalla en bebés y niños pequeños”, incluido el retraso en el lenguaje, problemas de conducta, de atención o dificultades para dormir, agregó el centro educativo.

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