Análisis: Probamos el monitor gaming Philips Evnia 34M2C8600

Cuando alguien pide consejo a la hora de renovar el televisor, la primera recomendación es que, una vez decididas dimensiones, marca y características, se busque el modelo inmediatamente anterior al que la firma en cuestión acabe de poner en el mercado.

Salvo excepciones, de una versión a la siguiente los cambios no suelen ser revolucionarios y se puede ahorrar bastante dinero apostando por un producto que será tan solo unos meses más antiguo.

Según nuestra experiencia, el mismo consejo podría aplicarse si hablamos de monitores, sean inteligentes, de oficina o, como el Philips Evnia 34M2C8600 que analizamos aquí, gaming.

No es el último modelo de la marca pero este monitor de gama alta (que lleva unos meses a la venta) es más que solvente no solo para un usuario medio, sino también para uno avanzado, que precise de un producto con el que pueda trabajar (ya sea con tareas de oficina, de diseño o edición de fotos y vídeos), disfrutar de contenidos audiovisuales o, ya que hablamos de una serie gaming, jugar a videojuegos durante largas sesiones.

La serie Philips Evnia

Philips es una marca más que consolidada, conocida tradicionalmente por sus televisores y electrodomésticos y, en los últimos años, también por su buen desempeño en el segmento de los monitores, tanto los más normales, los de oficina, como los diseñados específicamente para videojuegos.

Lanzada en 2022, la serie Evnia (un nombre derivado de un vocablo griego que podría traducirse como pensamiento positivo o inteligente) engloba las popuestas gaming más avanzadas de Philips, un interesante catálogo de monitores de diseño vanguardista y funcionalidades de primer nivel, como paneles QD-OLED, iluminación Ambiglow y altas frecuencias de actualización para proporcionar una excelente visualización y experiencias inmersivas.

El monitor Philips Evnia 34M2C8600

Fiel al espíritu de esta serie, el Philips Evnia 34M2C8600, parte de la serie 8000, es un monitor gaming curvo de 34 pulgadas con un diseño muy atractivo, elegante a la par que futurista, acabados de alta calidad y amplias posibilidades de personalización para que encaje en casi cualquier espacio, pese a su tamaño. Con todo, no es el de mayores dimensiones de la serie, que puede llegar a las 49 pulgadas.

La instalación es muy sencilla. Al sacarlo de la caja, basta insertarle el brazo con un sencillo sistema de anclaje a presión. A continuación se coloca la peana con un tornillo con anilla que garantiza la sujeción. Se monta en un momento y sin necesidad de herramientas. En la caja, por cierto, se incluye un soporte VESA, por si queremos ponerlo en una pared.

Una vez colocado, tenemos la posibilidad de ajustarle tanto la altura como la inclinación o el ángulo de visión, para encontrar la posición que nos resulte más cómoda. Lo de poder escoger la altura hace que quienes gustan de situar la pantalla elevada (como es nuestro caso) puedan prescindir de elementos para subir el monitor, con lo que se gana espacio en el escritorio. Eso lo facilita el diseño del pie, que permite colocar cosas debajo de la pantalla (accesorios o cualquier otro complemento).

La conectividad tampoco será un problema, gracias a sus múltiples conectores: dos puertos HDMI, un DisplayPort, USB, USB-C, salida de audio y puertos USB para cargar móviles u otros dispositivos usando la energía del monitor.

La pantalla

Como es lógico, el punto fuerte de cualquier monitor es la pantalla, y este Evnia aprueba el reto con nota. Dispone de un panel curvo QD-OLED de 34 pulgadas, con una relación de aspecto ultra ancha de 21:9, ángulo de visión de 178 grados, resolución de 3440 x 1440 Quad HD y tasa de refresco de 175 Hz.

El panel, que combina OLED con la tecnología Quantum Dot, ofrece en cualquier escenario de uso colores vivos y negros profundos, con un contraste magnífico. A eso se añade su amplia gama de colores, con tecnología Ultra Wide-Color, una cobertura del 99.3% DCI-P3 y 148.8% sRGB, que garantiza una reproducción cromática precisa, ideal para juegos y edición de vídeo.

Más características de la pantalla:

• Tiempo de respuesta: 0.03 ms GtG, por lo que asegura una experiencia de juego fluida y sin interrupciones.
• Sincronización adaptativa: Compatible con AMD FreeSync Premium Pro, sincroniza la tasa de refresco con la tarjeta gráfica, eliminando problemas como el tearing y proporcionando una experiencia de juego más suave.
• Certificación VESA ClearMR: garantiza una evaluación precisa de la calidad de la borrosidad, para reducirla.
• Certificación VESA DisplayHDR True Black 400: Más detalle en las sombras, negros más profundos y varios modos HDR, cada uno optimizado para tus situaciones de uso (juego, cine o foto).
• Profundidad de color real de 10 bits de Philips: produce una transición más natural entre los tonos para crear degradados más suaves.
• Imágenes CrystalClear ultrapanorámicas con 3440 x 1440 píxeles QHD.

Iluminación Ambiglow

Otro de los puntos destacados de este monitor es su iluminación Ambiglow, que parte del mismo principio que la conocida Ambilight habitual en los televisores Philips pero va un paso más allá.

No solo crea ambiente, sino que contribuye de forma esencial a lograr una experiencia inmersiva cuando jugamos o vemos una película. Eso lo consigue con una serie de luces LED en la parte trasera que crean un halo de luz alrededor de la pantalla que se adapta y sincroniza con el contenido que muestra.

Esta iluminación es uno de los muchos parámetros que se pueden controlar desde el menú de ajustes, con distintas opciones de sincronización (con el vídeo, el audio o estático), colores (más de una docena), intensidad, rapidez y estilo (en ondas, por ejemplo). O dejarlo apagado si queremos, claro.

Personalización en el menú de ajustes

Las opciones de personalización de la imagen son tan abundantes que merece la pena dedicarles un rato y probarlas hasta encontrar la más idónea para nuestro gusto y nuestra comodidad visual, que no es un asunto menor.

Tenemos dos formas de acceder a ese menú:

• Desde la propia pantalla, pulsando el botón de inicio y apagado de la parte trasera (abajo a la derecha), para que aparezca en pantalla un desplegable.
• Instalando desde la web de Philips un software llamado Precision Center cuyo manejo resulta más sencillo (explica mejor qué significa cada cosa) y por el que es además más cómodo navegar, en nuestra opinión.

En el menú podemos calibrar al detalle los ajustes y acceder por ejemplo al menú SmartImage, con opciones como modo consola, estándar, FPS, carreras, RTS, película, luz azul baja, lectura fácil, ahorro o juego.

En el apartado HDR podemos escoger juego, película, vívido, negro verdadero o personalizarlo. Ahí también tenemos el contraste inteligente (Smart Contrast) y la sección para activar la función Multiview, que permite conectar varios dispositivos (un ordenador de sobremesa y un portátil, por ejemplo) para ver las diferentes señales en la misma pantalla.

Y, por último, el capítulo del mantenimiento de la pantalla, con funcionalidades como protector de pantalla, órbita de píxel o actualización de píxeles, que ayudan a proteger el panel tras largas sesiones de uso.

Sonido

Por lo que respecta al sonido, el monitor instala dos altavoces de 5 W y es compatible con tecnología DTS Sound, que optimiza la reproducción de audio en cualquier formato y permite crear una experiencia de sonido Virtual Surround envolvente, con graves enriquecidos y mejora de diálogos.

Aunque el sonido es ciertamente bueno y se obtiene esa experiencia inmersiva, para apreciarlo de verdad recomendamos enchufarle unos auriculares. Algo que por otra parte suelen hacer los gamers, sin importar la potencia de los altavoces de que se dispongan.

¿Merece la pena?

Por su diseño, versatilidad, prestaciones y comodidad de uso, el Philips Evnia 34M2C8600 es un monitor sobresaliente. Adecuado (y muy cómodo) tanto para trabajar durante varias (muchas) horas seguidas como para ver películas o jugar a videojuegos (hemos probado títulos de distintos géneros, tanto de acción como FPS o carreras y la respuesta ha sido excelente en todos los casos).

Además de sus 34 pulgadas (algo mayor que nuestro monitor doméstico habitual; mucho mayor del que tenemos en nuestro puesto de trabajo en la redacción), tanto la curvatura de la pantalla como la relación de aspecto 21:9 parecen raras al principio.

Sin embargo, una vez acostumbrados (la adaptación es cuestión de un par de días), esa disposición ultra-ancha permite, por ejemplo a la hora de trabajar, tener abiertas multitud de ventanas en paralelo, lo que resulta muy cómodo, facilita las tareas y ahorra tiempo.

Suponemos que la mejor recomendación que se puede hacer de este Philips Evnia 34M2C8600 es que, tras haberlo probado durante unas semanas, regresar a nuestro monitor habitual resulta duro. Y volver al de la redacción, toda una tragedia.

• (*El monitor fue cedido por la marca para su análisis)