El Gobierno aprueba la Carta de Derechos Digitales para abordar los retos de la transformación digital
Tecnología
El documento señala los retos que supone adaptar los derechos de las personas al entorno digital
Busca aprovechar las nuevas oportunidades pero también evitar sesgos y riesgos, entre ellos el aumento de las desigualdades de género, generacionales o territoriales
El texto, que no tiene carácter normativo, establece seis categorías de derechos
Madrid/El Gobierno ha lanzado la Carta de Derechos Digitales con el fin de acelerar la transformación digital y aprovechar las nuevas oportunidades económicas y sociales, pero también de evitar todos los sesgos y riesgos que conlleva, entre ellos el aumento de las desigualdades de género, generacionales o territoriales.
Con ese objetivo, el Ejecutivo ha presentado esa Carta, que el presidente, Pedro Sánchez, ha defendido como la guía que deberá orientar todas las leyes y las políticas públicas y ha incidido en que el texto, sin ser una regulación sofisticada de derechos y de libertades, sí contribuirá a proteger y a ensanchar muchos de ellos.
"España quiere abrir camino en la conquista de derechos también en el mundo digital", ha subrayado Pedro Sánchez durante un acto que se ha celebrado en el Palacio de La Moncloa y al que han asistido, entre otros, la vicepresidenta primera y ministra de Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño, y las titulares de Justicia, Pilar Llop; y de Ciencia e Innovación, Diana Morant.
Sánchez ha valorado que la Carta se haya lanzado solo un día después de que la UE diera el visto bueno a la ejecución de los fondos europeos y ha destacado que precisamente el 28 por ciento de éstos se van a dirigir en España a la transformación digital en múltiples ámbitos y sectores; "esto nos imprime mayor obligación y compromiso" con el entorno digital.
Seis categorías de derechos
La Carta incluye seis categorías principales de derechos:
- Derechos de libertad
- Derechos de igualdad
- Derechos de participación y de conformación del espacio público
- Derechos del entorno laboral y empresarial
- Derechos digitales en entornos específicos
- Derechos de garantías y eficacias
Sánchez resaltó el "carácter pionero" de esta Carta en algunos de esos derechos, como aquellos relacionados con la inteligencia artificial, con la no discriminación algorítmica o con el derecho de la persona a solicitar una supervisión o intervención humana, por ejemplo.
Dotar al país de normas "justas" para convivir en esta nueva realidad digital; ser capaces de poner límites a aquello que ponga en riesgo los derechos fundamentales; y dotar de ética y de un carácter más humano a las nuevas tecnologías son, ha apuntado el jefe del Ejecutivo, parte del espíritu de esta Carta.
"El documento es uno de los compromisos más importantes del Gobierno", ha manifestado Pedro Sánchez, quien ha alertado sin embargo de la "fragilidad" de las fronteras en la "geografía de internet" y de la importancia por ello de coordinar estas acciones con empresas y gobiernos.
El presidente ha subrayado que "necesitamos una sociedad con más derechos y proteger los ya conquistados" y ha aseverado que la Carta de los Derechos Digitales es "un paso rotundo y definitivo" en esa dirección.
Las claves del texto
La Carta, en cuya elaboración ha participado un equipo multidisciplinar de expertos durante más de un año, no tiene carácter normativo, pero sí radiografía y traslada al ámbito digital todos los derechos fundamentales de una sociedad cada vez más dependiente de los entornos, de los dispositivos y de los servicios digitales.
Sus claves se sustentan en muchas de las leyes que conforman el ordenamiento jurídico y en los derechos ya regulados, como el derecho a la igualdad, a la no discriminación, al acceso a internet, a la protección de los datos personales, a la protección de los menores, el derecho al honor y a la intimidad o la libertad de expresión y de información.
Muchos de esos derechos y libertades están muy consolidados en España, pero otros están todavía en una fase muy incipiente, como los derechos en el ámbito laboral en situaciones de teletrabajo para asegurar la desconexión digital, el descanso y la conciliación de la vida personal, u otros como la "herencia digital" o el derecho al "pseudonimato".
El documento, sometido a dos procesos de consulta pública en el último año, señala cuáles son los "novísimos" retos que supone adaptar todos los derechos de las personas al entorno digital, y en ese sentido trata de anticiparse a los futuros escenarios. Pretende además garantizar que el proceso de digitalización sea "humanista" y que las personas se sitúen "en el centro" del mismo.
Nadia Calviño se ha referido a la Carta como "la brújula" que debe orientar las leyes y las políticas públicas y situar en el mismo plano los derechos online y offline. "Es el fin del proceso de elaboración, pero el comienzo de un camino", ha señalado.
Para la ministra de Justicia, Pilar Llop, el texto "no sólo es un marco innovador, sino una mirada clara sobre los derechos del entorno digital", un entorno que necesita ser analizado y gestionado desde el marco de los derechos humanos para evitar todo tipo de brechas, entre ellas las de género.
La titular de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha valorado que muchos de los avances científicos (como la secuenciación y publicación en abierto del genoma del SARS-CoV-2 que hizo posible después las vacunas) se han logrado gracias a herramientas digitales, y se ha mostrado convencida de que la nueva guía dotará de seguridad también a la ciencia y a la innovación.
En el acto han intervenido tres de los expertos que han participado en la elaboración de la Carta, que han valorado el proceso participativo y la "valentía" del Gobierno, han alertado de los numerosos riesgos que se ciernen en los nuevos entornos digitales, entre ellos los algoritmos que "automatizan la desigualdad", y han coincidido en el objetivo de que nadie se quede atrás.
El abogado y experto en derecho tecnológico Borja Adsuara ha añadido, a las felicitaciones y agradecimientos, un ruego al Gobierno: que se esmere en defender la libertad de expresión en un momento en el que "demasiada gente" la está poniendo en riesgo.
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