La sostenibilidad es el camino a seguir
Francisco Jesús Montoya Sánchez / Fundador y gerente de Bio Campojoyma
La crisis provocada por la pandemia del Covid ha reflejado la relevancia del sector agrícola español, que desde el primer momento se ha enfocado en lo que mejor sabemos hacer, abastecer a los mercados con hortalizas y frutas, básicas para la alimentación de las personas. En todo este proceso el sector ha extremado las medidas higiénico-sanitarias y la verdad es que los clientes de toda Europa han respondido positivamente, continuando en todo momento el suministro.
La crisis sanitaria también ha visualizado la excelente estructura del sector agrícola, que ha sido capaz de dar respuesta a todas las necesidades del mercado, garantizando la salud de los trabajadores y de los clientes. En ningún momento la cadena de producción se ha paralizado, lo que refleja lo bien que se trabaja en este sector.
La crisis sanitaria además ha puesto sobre la mesa una realidad con la que todos coinciden, pero que ahora se ha acelerado: La sociedad debe avanzar hacia una sostenibilidad que garantice el futuro del planeta, y en el caso del sector agrícola, el reto es la extensión de la producción ecológica. No hay marcha atrás.
Reserva de biodiversidad
En Bio Campojoyma, vamos más allá, y entendemos la sostenibilidad no sólo como el cultivo de frutas y hortalizas ecológicas, sino también como la creación en nuestras fincas de un ecosistema que permita convivir a la flora y a la fauna, siguiendo los ciclos naturales de la tierra y haciendo que el entorno respire salud después de cada cultivo. Ese es el compromiso con el que fundé esta empresa ecológica en 2004 y, 17 años después, lo que era un sueño se ha hecho realidad, convirtiendo 700 hectáreas de hortícolas y cítricos, repartidas entre Almería, Granada, Murcia, Albacete, Sevilla y Alicante, en reservas de biodiversidad.
Cada día más empresas se han dado cuenta de los beneficios ambientales, sociales y también económicos de transformar sus cultivos para que puedan ser certificados como ecológicos. Pero en mi caso no fue un propósito económico el que me llevó a crear Bio Campojoyma, sino la conciencia de que la agricultura, que es un sector que vive de la tierra, debe estar en primera fila en el cuidado del planeta. Por eso, cada año implantamos nuevas iniciativas que favorecen al medio ambiente.
En esta línea, en nuestros cultivos aportamos los medios necesarios para el descanso, alimentación y reproducción de numerosas especies animales; respetamos las zonas de vegetación autóctona, que actúan como setos y contribuyen a la diversidad vegetal; trabajamos para el acondicionamiento de los embalses de riego, facilitando la entrada y salida de animales para hidratarse y cediéndoles zonas de refugio; realizamos el laboreo agrícola tradicional que favorece el equilibrio natural del entorno; cultivamos todo el año en diferentes zonas buscando las condiciones climáticas más naturales y dejando períodos para el descanso de la tierra; hemos creado una Planta de Compostaje Biodinámica que nos proporciona materia orgánica de calidad y fácilmente asimilable para el suelo, rica en minerales y oligoelementos esenciales para restaurar sus reservas tras la cosecha; y hemos iniciado el proceso hacia el plastic-free en toda la cadena, sustituyendo el plástico por envases biodegradables.
Además, hemos firmado un convenio con el Centro de Investigación en Colecciones Científicas de la Universidad de Almería (Cecoual) para la categorización de la biodiversidad presente en nuestros cultivos de cítricos, así como la puesta en marcha de un proyecto piloto para la incorporación a nuestro sistema de cultivo de una planta herbácea endémica amenazada en Almería: Linaria nigricans.
Sostenibilidad laboral y social
La sostenibilidad en el sector agrícola debe englobar también otras perspectivas fuera del campo. Desde el plano de igualdad entre hombres y mujeres (en Bio Campojoyma tenemos implantado un Plan de Igualdad desde el año 2016, que hemos renovado hasta 2024) y desde un compromiso social (en nuestro caso colaboramos con Cáritas durante toda la pandemia, y también contribuimos a evitar la despoblación de municipios pequeños del interior generando trabajo en nuestros cultivos).
El consumidor europeo valora el producto ecológico y el relato sostenible que existe detrás de las empresas agrícolas. Los estudios demuestran que es posible y viable conservar y obtener un beneficio económico. En nuestro caso, sin abandonar el propósito de la sostenibilidad, hemos facturado 70 millones de euros en 2020, con una producción de 60 millones de kilos de hortalizas y cítricos, y más de 30 referencias bio que exportamos a toda Europa.
Nos sentimos orgullosos de ser el mayor productor de hortalizas ecológicas de España, pero aún más de contribuir desde nuestro sector a la sostenibilidad del planeta.
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