La importancia de la seguridad y la salud en el trabajo
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Este 28 de abril se celebra su día internacional, que en esta ocasión estará dedicado a explorar las repercusiones del cambio climático
Según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), alrededor de 2,9 millones de trabajadores mueren cada año debido a accidentes y enfermedades profesionales y, al menos, 402 millones de personas sufren lesiones profesionales.
El factor de riesgo profesional al que se atribuye un mayor número de muertes es la exposición a largas jornadas de trabajo (que provocaron 745 000 muertes), seguido de la exposición a partículas, gases y humos, que provocó 450 000 muertes.
La ONU considera que “Priorizar e invertir en la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales dentro de los programas en seguridad y salud en el trabajo (SST) ayuda a la sostenibilidad de las economías, garantizando así una mano de obra sana y productiva”.
Ante estas altas cifras que afecta a todos y cada uno de los ciudadanos, cada 28 de abril, la Organización Internacional del Trabajo conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, centrándose en un tema oportuno relacionado con este asunto.
Este año, esta efeméride girará en explorar las repercusiones del cambio climático en la seguridad y la salud en el trabajo.
En este sentido, esta organización advierte que “los patrones climáticos cambiantes tienen notables repercusiones en el mundo del trabajo, afectando en particular a la seguridad y la salud de los trabajadores”. Y señalan algunos ejemplos de riesgos laborales exacerbados por este asunto, como son “el estrés térmico, la radiación UV, la contaminación atmosférica, los accidentes industriales graves, los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento de las enfermedades transmitidas por vectores y la mayor exposición a los productos agroquímicos”.
Es necesario recordar que este Día Internacional nació 2003, auspiciado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el objeto de promover la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo. De tal forma que se configura como una campaña de sensibilización dentro de la estrategia global de esta entidad, destinada a centrar la atención internacional sobre la magnitud del problema y sobre cómo la creación y la promoción de una cultura de la seguridad y la salud puede ayudar a reducir el número de muertes y lesiones relacionadas con el trabajo.
Tarea de todos
Por otro lado, para abordar este asunto, la ONU asegura que “cada uno de nosotros es responsable de frenar muertes y lesiones en el trabajo. Como gobiernos, debemos proporcionar la infraestructura (leyes y servicios) necesaria para garantizar que los trabajadores sigan siendo empleados y que las empresas prosperen. Esto incluye el desarrollo de una política y un programa nacional y un sistema de inspección para hacer cumplir la legislación y política de seguridad y salud en el trabajo. Como empleadores, somos responsables de garantizar que el entorno de trabajo sea seguro y saludable. Como trabajadores, tenemos la responsabilidad de trabajar de manera segura y protegernos y no poner en peligro a otros, conocer nuestros derechos y participar en la implementación de medidas preventivas”.
Asimismo, advierte sobre los riesgos nuevos emergentes en el trabajo, una reivindicación que también está presente en este día y que según esta organización pueden estar provocados por la innovación técnica o por el cambio social u organizativo, por ejemplo: las nuevas tecnologías y los procesos de producción, como el caso de campos como la nanotecnología o la biotecnología.
También señala las nuevas condiciones de trabajo, por ejemplo, mayores cargas, intensificación de este a raíz de los recortes de plantilla, malas condiciones asociadas con la migración por motivos de trabajo y los que se realizan en la economía informal. A la vez que apunta a nuevas formas de empleo, como el de carácter independiente, la subcontratación o los contratos temporales.
Al respecto, la ONU manifiesta que estos riesgos “pueden gozar de un reconocimiento más amplio, a través de una mejor comprensión científica, por ejemplo, los efectos de los riesgos ergonómicos en los trastornos del sistema osteomuscular. Pero también pueden tener una mayor o menor influencia en función de las percepciones sobre la importancia que revisten en cada sociedad, como puede ser los efectos de factores psicosociales en el estrés relacionado con el trabajo”.
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