Kinética Salud
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Gambas, mejillones, berberechos, caracoles o sepias. Da igual el marisco que consumamos porque todos contienen nutrientes de alta calidad, por lo que su ingesta es recomendable para cuidar de nuestra salud. Entre un 75-80% del peso del marisco es agua. Por otra parte, gracias a su bajo aporte calórico, es un alimento que puede incluirse en dietas indicadas para reducir el peso corporal.
Gracias a su contenido en grasas poliinsaturadas que disminuyen el riesgo de formación de coágulos, nos protegen ante la aparición de enfermedades cardiovasculares, reduciendo también, en sangre, grasas malas para el organismo como el colesterol malo. Además, aportan proteínas de alto valor biológico, necesarias para el correcto crecimiento y desarrollo.
Su aporte de calcio, es beneficioso para la correcta salud ósea y para prevenir la osteoporosis y su contenido en yodo evita enfermedades como el bocio. Para que su consumo sea saludable, es ideal combinar y alternar al marisco con otras carnes y pescados e incluir pescados y mariscos al menos
tres veces a la semana. En cuanto a su ingesta, se recomienda acompañarlos de verduras, ensaladas o arroz, para así obtener un plato variado y equilibrado que nos aporte los diferentes nutrientes.
Por último, para no elevar su aporte calórico, es importante saber seleccionar los métodos de cocción, siendo los más adecuados, al vapor, plancha, hervidos u al horno.
Se debe limitar el consumo de marisco en los siguientes casos: alergia al marisco, ácido úrico elevado, embarazo, niños de corta edad y mujeres en edad fértil (los tres últimos por su alto contenido en metales pesados como cadmio, plomo o mercurio).
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