Andalucía un sello único en el mundo

Andalucía puede presumir de ser una tierra rica en productos que reclama el mundo entero. Desde sus costas hasta la profundidad de sus tierras los manjares que nacen en ella son demandados diariamente más allá de sus fronteras, lo que la hace ser un referente gastronómico y turístico. El aceite de oliva es sinónimo de excelencia y de chacinas, mariscos y pescados, carnes, aceitunas y dulces, todos productos que, bañados en aceite de oliva, hacen las delicias de los gastrónomos más sibaritas. Por tanto, Andalucía no solo es destino veraniego, sino culinario. Las personas llegan de todas las partes de la geografía para deleitarse con un sentido de la vida que solo se encuentra aquí. Aunque nos dejaremos a buen seguro muchos en el tintero, estos son algunos de los productos que llevan las raíces y sello andaluz, un distintivo que nos hace sacar pecho y sentirnos orgullosos de nuestro lugar de procedencia:

El aceite de oliva y sus aceitunas

En la Sierra se mezclan variedades de olivos en muy poco espacio, y así se refleja en sus aceites, que describen como de una olor y sabor “irreprochable” y aroma afrutado, entre otras características. La relación que la región andaluza mantiene con el mundo de la aceituna es centenaria, tanto es así que este producto se ha convertido en un elemento decisivo en la conformación del entramado social, cultural y ambiental de un gran número de municipios.

El jamón, el rey de la sierra andaluza

Jamón ibérico no es más que el resultado de la combinación de una materia prima inmejorable, el cerdo 100% ibérico, un entorno natural privilegiado delimitado por las dehesas que habitan la Sierra y una curación lenta determinada por la sabiduría del maestro jamonero. Su aroma evoca un sinfín de matices, es exquisito en boca y tiene una gran persistencia en el paladar. Un ejemplo claro es el 959 Real Ibérico Consorcio de Jabugo, un manjar que ha conseguido la excelencia.

Una Navidad no sin los mantecados de Estepa

Con la llegada de la Navidad, la ciudad del mantecado, Estepa, se convierte en la capital de los mantecados y polvorones. La comercialización de los mantecados surgió en el siglo XIX, cuando una mujer estepeña llamada Micaela Ruiz, que se dedicaba a realizar matanzas de cerdo, tuvo una brillante idea: aprovechar la manteca del despiece para elaborar dulces, consiguiendo perfeccionar su técnica y quitarle la humedad a la harina para evitar el endurecimiento. La gran mayoría de los mantecados que se producen en este lugar cuentan con la Indicación Geográfica Protegida Mantecados y Polvorones de Estepa.

Hablar de Sanlúcar de Barrameda es hacerlo de su manzanilla

Decir Sanlúcar de Barrameda es hablar de su Manzanilla, el vino único y extraordinario que se cría y elabora exclusivamente en esta tierra costera gaditana. La Manzanilla de Sanlúcar está elaborada con uva Palomino, también llamada Listán blanco , tal y como la conocen los sanluqueños. Enogastronómicamente hablando, la Manzanilla de Sanlúcar marida prácticamente con todo y en la ciudad se apuesta fuerte por este producto que relanza a Sanlúcar por todo el mundo.