La economía circular y el desarrollo sostenible en la agricultura almeriense
Artículo de opinión
Luis J. Belmonte Ureña
Francisco Camacho Ferre
Mónica Duque Acevedo
Fernando Toresano Sánchez
CIAIMBITAL – Universidad de Almería
En las dos últimas décadas, el interés por el desarrollo sostenible ha marcado la evolución de la investigación, a la vez que una mayor concienciación social demanda otra forma de producir, más respetuosa con el medioambiente y de largo plazo. En nuestro sector más importante, la agricultura, la economía circular es uno de los instrumentos que nos puede ayudar a lograrlo.
Desde la publicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el año 2015, el enfoque es muy claro en lo que nos afecta: conjugar el crecimiento económico y la sostenibilidad. Así, cada vez es más habitual que los procesos productivos presten atención al impacto medioambiental y a la oportunidad que surge de aprovechar los residuos generados en un proceso de fabricación lineal. Cada vez es más habitual encontrar artículos científicos que describen la problemática medioambiental cuando se tiene en cuenta un modelo económico lineal que, afortunadamente, está quedando en el pasado.
En este nuevo escenario, los procesos productivos son cada vez más innovadores y se fomenta el ecodiseño, la reducción de gases con efecto invernadero, la utilización de materiales biodegradables, la creación de nutrientes tecnológicos a partir de residuos, etc. Ya no se trata de producir-consumir-desechar. Necesitábamos una solución más creativa y viene de la mano de la economía circular y sus paradigmas: reducción, reutilización, recuperación y reciclaje, haciendo que el proceso productivo en el que participan los materiales no tenga fin o, al menos, no el que hemos estado acostumbrados a observar de manera convencional.
El sector de la agricultura no ha sido ajeno a las ventajas que ofrece un modelo de producción más responsable, a pesar de que la presión mundial sobre este sector es clara, ya que tiene que contribuir a satisfacer la demanda de una población de 10.000 millones de personas en el año 2050, por lo que será necesario aumentar la producción agrícola un 50% para satisfacer el incremento en las necesidades alimenticias. Es lo que dice el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible: “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.
En nuestro ámbito local, la agricultura almeriense ya está haciendo frente a este reto, aunque aún queda mucho camino por recorrer. Nuestra experiencia innovadora es el mejor aval para lograr el objetivo de producir de manera sostenible, en el marco de la economía circular. No en vano, nuestros pequeños agricultores han sido reconocidos por su racionalidad y capacidad de respuesta a los cambios, más si cabe, cuando son conscientes de que su futuro como productores está vinculado a la sostenibilidad de los recursos naturales que administran.
Desde la Universidad de Almería y, más concretamente, desde el Centro de Investigación en Agrosistemas Intensivos Mediterráneos y Biotecnología Agroalimentaria, se llevan años realizando estudios en pro de lograr una agricultura más sostenible. Somos conscientes de que la economía circular aplicada a la agricultura es un elemento esencial que garantizará su superviviencia futura, pero no el único. Otros aspectos, como la concentración de la oferta en muy pocos productos hortícolas, el incremento de los costes de producción y la competencia de terceros países, hacen que la viabilidad del sector no sea cuestión de una sola carta. Tras un análisis del entorno, hay que todas las preguntas básicas de la economía: ¿Qué y cuánto producir? ¿Cómo producir? Y ¿Para quién producir?
Algunas de nuestras propuestas de “cómo producir” ya se han publicado en revistas internacionales de alto impacto científico y tenían la misión de demostrar que la producción sostenible no está reñida con la rentabilidad. Es el caso del estudio sobre rafias biodebradables, como alternativa al hilo convencional de polipropileno (no biodegradable).
Ejemplo de uso de rafia en el entutorado y fajilla del cultivo de pimiento en la provincia de Almería.
En nuestro trabajo se hace un repaso de los principales medios de sujeción para la agricultura, elaborados con materiales biodegradables. El objetivo era evaluar si sus propiedades mecánicas eran satisfactorias para el productor y, lo más importante, si su utilización no impediría una correcta degradación y transformación en compost.
Los resultados demostraron que, para cualquiera de los principales cultivos del campo almeriense que utilizan rafia, el sobrecoste de la rafia/hijo biodegradable (+49% en media) se compensa si se tiene en cuenta el sobre coste que supone el tratamiento de los residuos agrícolas que incorporan rafia no biodegradable. Asimismo, si se contempla la subvención que ofrece la Junta de Andalucía por el uso de rafias biodegradables, el balance mejora aún más para aquellos productores que apuestan por una alternativa sostenible.
Este ha sido un ejemplo de los muchos trabajos que se realizan en la Universidad de Almería y que se orientan hacia la completa transformación del sector, más sostenible y responsable.
Estudio completo sobre el uso de rafia biodegradable en el campo almeriense: https://www.mdpi.com/2073-4395/10/9/1261
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