Las cooperativas agroalimentarias hacen frente a un futuro incierto
Opinión
Nuestras cooperativas necesitan que los poderes económicos y políticos sumen su trabajo a nuestro esfuerzo para mantener vivo este modelo
Vivimos tiempos convulsos. El frenazo económico generado por el cierre generalizado de todos los sectores productivos durante la pandemia de covid, la incertidumbre en Europa por la escasez de materias básicas como el gas a consecuencia de la guerra desatada por la invasión de Ucrania por Rusia y la crisis medioambiental por el cambio climático ha hecho que, en un corto periodo de tiempo, se instale en Europa un escenario inflacionista y de gran incertidumbre económica. Los analistas económicos hablan de un “otoño caliente” en el que se vislumbra que continue subiendo los precios de la energía y alimentos básicos.
Las cooperativas han demostrado siempre ser más resistentes en tiempos de crisis que otras empresas. Pero, nuestras cooperativas, necesitan que los poderes económicos y políticos sumen su trabajo a nuestro esfuerzo para mantener vivo este modelo. Nuestras empresas tienen que luchar por aumentar su competitividad para mantener la rentabilidad y al mismo tiempo defender la competitividad frente a la competencia desleal de países terceros como Marruecos.
Desde Coexphal y Cooperativas Agro-alimentarias hemos denunciado durante años la pérdida de competitividad de los productores comunitarios en el mercado de la UE, al tener que competir en desigualdad de condiciones con los productos procedentes de países terceros, mucho menos exigentes en sostenibilidad, en requisitos sociales o sanitarios, y muy favorecidos por la política comercial de la UE. Por ello pedimos que se pongan en marcha las “cláusulas espejo” para que todos los orígenes compitamos en las mismas condiciones.
El cooperativismo se enfrenta a los mismos retos que el sector productor y agroalimentario en general, pero sabiendo que las cooperativas son empresas con una responsabilidad mayor por su compromiso ineludible con sus propietarios, agricultores y ganaderos, y con el entorno donde están emplazados. Para las cooperativas no todo vale.
Compromiso con la sostenibilidad
En esta situación, estamos comprometidos con la sostenibilidad. La sostenibilidad es una palabra que hoy está en boca de todos, y que debemos incorporarla en la estrategia de nuestras empresas. La sostenibilidad bien entendida reposa en tres pilares: el medioambiental, el económico y el social. El pilar medioambiental no sólo se va a reforzar mediante la legislación, que será cada vez más exigente en este ámbito, sino que también nos lo exigen nuestros clientes. El social, nadie mejor que las cooperativas para defenderlo. El modelo cooperativo es más equitativo y la capacidad de resistencia ante coyunturas desfavorables hace que el cooperativismo no sólo haya resistido, sino que muchas veces, haya crecido ante la adversidad. En todo caso, el papel social de las cooperativas hay que comunicárselo a la sociedad y ponerlo en valor, cosa que no se hace suficientemente.
En cuanto al pilar económico, la rentabilidad, nos exige no solo ser más eficientes, sino diferenciarnos en productos y procesos de tal forma que no sea el precio el único factor que nos distinga de la competencia, sobre todo en un mundo global, donde siempre habrá alguien dispuesto a vender por menos.
Es precisamente aquí donde interviene el I+D+i, el conocimiento de las empresas y de los empresarios, la gestión eficiente y profesionalizada y una correcta gestión con visión a medio y largo plazo. Tampoco podemos olvidar el mundo en el que vivimos, cada vez más digital. Por eso debemos trabajar para que nuestras cooperativas estén a la vanguardia en los cambios que se avecinan y en los procesos y formas de trabajar. Si queremos pensar en el futuro, debemos tener muy presentes a quienes han de tomar el relevo: nuestros jóvenes. Hay que apostar por ellos, para que continúen en este sector apasionante, pero que requiere de esfuerzo y tesón para sacar cada día nuestros excelentes productos hortofrutícolas. Ellos son nuestro futuro.
Sin duda, para el futuro del sector y de las cooperativas agroalimentarias es necesario contar con las políticas adecuadas pero más importante todavía es contar con las estrategias y decisiones adecuadas que dependen de nosotros.
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