Aceituna de mesa sevillana: el fin de los aranceles ayuda, pero la climatología desasosiega
En torno a 400.000 toneladas de producción, por debajo de la media de las cinco últimas campañas
Los precios en origen estarán esta campaña por encima de los costes de producción, porque hay mercado, afirman las organizaciones agrarias
El sector de la aceituna de mesa, cuya principal potencia productora es la provincia de Sevilla, ha tenido una de cal y otra de arena en los últimos meses, después de que todo apuntara bien en una campaña que se presentaba manifiestamente mejor que la anterior, y con el plus insuflado por el nuevo gobierno estadounidense, que al poco de tomar posesión eliminó los aranceles para la aceituna verde e inició el camino para hacer lo propio con la negra. La climatología, en cambio, rebajó las expectativas de productores y comercializadores para la campaña 2021/22, iniciada este mes de septiembre. El desasosiego a los olivares sevillanos llegó por culpa no solo de la tan nombrada sequía, sino sobre todo por aquella ola de calor de mediados de agosto, que arrojó ‘fuego’ a los árboles durante varios días y contribuyó a rebajar las expectativas sobre las toneladas cosechadas.
A finales de agosto los olivareros comenzaron a corregir a la baja sus previsiones de producción en un año que prometía ser bueno. El vicepresidente de la Organización Interprofesional de la Aceituna de Mesa (Interaceituna), Antonio Rodríguez, explica que el sector tenía grandes esperanzas en esta campaña, ante la inminente resolución del procedimiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre los aranceles de Estados Unidos para la aceituna negra, a lo que se debe sumar la vigencia de la Ley de la Cadena de Valor, “el buen precio” del aceite y “el menor aforo” de aceitunas, que incide positivamente en el precio. “Se han quitado los aranceles de EE.UU. para la aceituna verde y para la negra están a punto de desaparecer, según nuestras informaciones”, indica antes de añadir que ahora se enfrentan a un “problema gravísimo” como consecuencia de aquella ola de calor, “bien llamada Lucifer y que ha sido como un horno para los olivos”.
Este anticiclón subtropical agravó el estrés hídrico de los olivos de aceituna de mesa, de los que el 85 % se encuentra en Andalucía, sobre todo en la provincia de Sevilla, donde la falta de precipitaciones y la vecería ya hacía pronosticar una “cosecha media-baja” para esta campaña. Según Rodríguez, que también es el responsable estatal de aceituna de mesa de la organización agraria COAG, los primeros aforos de la campaña 2021 se situaban en 500.000 toneladas, por debajo de la media de los últimos cinco años (540.000 t), pero, ahora, “si no se remedia la situación meteorológica, podría bajar a unas 400.000 toneladas”. Con este panorama, esta voz autorizada del sector de la aceituna de mesa explica que “el único remedio es el agua, que llueva”, porque la pluviometría en las zonas productoras ha bajado un 30% este año respecto a los niveles considerados normales y los pozos auxiliares con los que se riega el 20% de las hectáreas de aceituna de mesa están en niveles mínimos. La situación de sequía, añade, se ha agravado por este “verano atípico”, ya que “la blandura o relente (rocío) suele caer en agosto y ayuda a madurar la aceituna, pero este año ha sido al revés, en julio”. La nota positiva es que la mayoría de la producción se encontraba “en buen estado” a finales de agosto.
El representante del sector, no obstante, se muestra convencido de que “los precios en origen estarán esta campaña por encima de los costes de producción, porque hay mercado”. Los comercializadores españoles no cejan en su empeño de que en el etiquetado de los envases de aceitunas sea obligatorio precisar el origen del fruto, ante la creciente competencia de otros países productores como Egipto, “donde el coste de un jornal es de dos euros, frente a los 60 euros de la peonada en el olivar”, apunta Antonio Rodríguez.
Variedades de aceituna de mesa
En cuanto a las variedades de aceituna, la gordal y la hojiblanca “están muy por debajo de la media de los últimos años”, y en el caso de la manzanilla, la previsión de cosecha “es mejor que la de las otras variedades, pero cada vez se ven más aceitunas agostadas tanto en secano como en riegos deficitarios”, indica. Por su parte, la cacereña y la carrasqueña tienen “una carga superior” a la del año pasado “por la vecería que tuvieron, pero si no llueve pronto, no se podrán recoger por falta de calibre comercial”. Estas dos últimas variedades sólo representan un 8% del total nacional.
Desde Interaceituna recomiendan a los productores que “las aceitunas que no tengan calibre o no tengan contrato, deben destinarse a molino, pues el aceite temprano está muy demandado y este año, según nuestros datos, cotizados”. En un contexto de alza de los precios del aceite de oliva, con alta demanda y más valor que en las últimas campañas, la aceituna que finalmente se destine al verdeo puede también verse algo reducida por esta cuestión.
Un 70% del verdeo en Andalucía procede de la provincia de Sevilla
Todo lo que venga en la campaña 2021/22 será mejor que el deficiente ejercicio anterior, cuando se obtuvo una baja producción y además había que lidiar con los ‘famosos’ aranceles de la administración Trump en Estados Unidos. Según los datos oficiales del cierre de campaña 2020/21, la provincia de Sevilla obtuvo 321.116 tonaledas de aceituna de verdeo. Esto significa una cifra menor de lo inicialmente aforado por la Junta de Andalucía, que estimaba para la provincia de Sevilla 376.992 toneladas. El total que se recogió en la comunidad autónoma andaluza ascendió a 462.870 t., lo que indica que los olivareros sevillanos aportaron el pasado ejercicio el 69,3% de toda la producción andaluza. Le siguió Córdoba (71.460 t.) y muy cerca, Málaga (65.459), mientras que obtienen cantidades de aceituna poco significativas el resto de provincias andaluzas, incluida Jaén, que destina prácticamente el 100% de su producción a la almazara para convertirse en aceite. Según el mismo informe final de la campaña y en relación a la comercialización del producto, los productores sevillanos y andaluces verdearon seleccionando los frutos de calidad que cumplían los requisitos comerciales, lográndose al final una cosecha con volúmenes similares a los valores medios y unos precios que fueron ligeramente superiores a los precios medios en las variedades Gordal y Hojiblanca y significativamente más altos en Manzanilla.
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