El aceite de oliva vive una campaña de recuperación y con los precios al alza en Jaén
La Junta preveía hasta un 70% de incremento en la cosecha, pero se redujo por la adversa climatología
El ritmo de venta ha sido excelente, con algunos meses históricos por las salidas de producto al mercado
Los precios tenían que subir... y subieron. Seguramente sea la mejor de las noticias referentes a una buena campaña de aceite de oliva, especialmente buena si se compara con la desastrosa anterior, tanto en Jaén como en la mayor parte del olivar andaluz. Y para dar la razón a productores y comercializadores, la recuperación de los precios ha llegado además sin que se resientan las ventas, sino todo lo contrario. Las exportaciones han registrado un incremento considerable, se ha mantenido el mercado interior y se ha experimentado un año récord en cuanto a salidas de aceite, el mejor de las últimos 25 ejercicios.
Las previsiones de la Junta de Andalucía, expresadas a través de su aforo oficial como cada mes de octubre, eran si cabe mejores, pero avanzado el curso hubieron de reducir algo el optimismo y bajar las expectativas, tras la escasez de lluvias de otoño y las altas temperaturas, a lo que se sumaron los daños provocados por las borrascas atlánticas del invierno.
En octubre del 2020 la Junta estimaba una producción de 1.348.000 toneladas en Andalucía, de las que 670.000, prácticamente la mitad, procederían del olivar jienense. Pero los datos mensuales y una bajada récord del rendimiento graso en esta campaña apuntan a una horquilla de en torno al 20% de reducción, que sitúa la producción final en algo más de 1.100.000 toneladas para el conjunto de la comunidad autónoma y alrededor de 550.000 para la provincia de Jaén. Las previsiones del aforo consideraban que el incremento con respecto al curso anterior será de casi el 70%.Pese a matizarse la cifra real, ha seguido significando una buena noticia, ubicándose por encima de la media anual de las cinco últimas campañas.
En cuanto a la previsión de aceituna de almazara, la cifra inicial se situaba en 6.565.200 toneladas, de los cuales 3.095.000 correspondían a Jaén. Con los datos de producción de aceite de oliva a fecha 31 de enero de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), que indicaban una producción de 858.000 toneladas de aceite de oliva, se ajusta la cantidad estimada a finales de la campaña. En efecto, en el final del mes de julio el ajuste realizado se correspondía con la realidad, sumando Andalucía la cantidad de 1.111.760 toneladas de aceite producidas.
El menor rendimiento graso en 25 años
La meteorología tan anormal de este otoño provocó que la cantidad de aceite producida por kilogramo de aceituna –el rendimiento graso– haya sido la menor en los últimos 25 años. En Andalucía, hasta enero incluido, el rendimiento fue de un 17,7%, cuando la media de la serie histórica disponible es de un 21%, mientras que el aforo de la campaña lo estimaba en un 21,6%. Además, la borrasca Filomena provocó en enero que parte de la aceituna cayera al suelo y en algunas zonas, debido al frío intenso, se heló la aceituna, con la consiguiente pérdida en cantidad y calidad.
Lo que no se han perdido, todo lo contrario, han sido las ventas, y con el ansiado incremento de los precios. El buen ritmo se ha mantenido durante todos los meses de comercialización, siendo especialmente bueno en primavera. Los datos facilitados por la Agencia de Información y Control Alimentario, (AICA), permitieron en abril hablar de un nuevo récord en las salidas al mercado de aceite de oliva, con 135.000 toneladas, lo que confirma el excelente comportamiento de las ventas durante la campaña 2020-21. A pesar de la parada que suponen las fechas festivas de Semana Santa, los datos de abril son los registros más altos de la serie histórica, que se suman a los obtenidos en noviembre, diciembre y febrero. En junio, más de lo mismo. Los volúmenes medios mensuales puestos en el mercado de esta campaña alcanzan las 144.000 toneladas. Las exportaciones durante el mes de abril alcanzaron 88.000 toneladas manteniendo el buen ritmo de los meses anteriores, y confirmando la tendencia al alza, acompañado de un repunte de los precios.
Además, las importaciones continúan una tendencia a la baja en este 2021, debido a la baja disponibilidad de aceite en países terceros y a la supresión de aranceles por parte de EEUU. Estas cifras hacen prever a la AICA que España podría finalizar la campaña con unos stocks a 30 de septiembre inferiores a los valores medios, en torno a las 300.000 o 320.000 toneladas, cantidad bastante ajustada para el enlace de campaña. El secretario general de COAG Jaén y responsable de Olivar de COAG Andalucía entiende que estos números muestran que es posible mantener un buen ritmo de ventas de aceite con precios por encima de los 3 euros, cubriendo de esa manera los costes de producción de los olivareros. Lo que debería parecer algo normal se había convertido casi en una utopía en los cursos precedentes.
Se mantendrá el valor y habrá menos producción
La organización agraria COAG Andalucía ha considerado que los precios del aceite de oliva “deben permanecer estables con tendencia alcista” en la próxima campaña, teniendo en cuenta los datos de consumo y exportaciones de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) y las estimaciones de cosecha a nivel mundial, a la baja por las condiciones climáticas del Mediterráneo. Así lo trasladó Juan Luis Ávila, responsable de Olivar de COAG-A y secretario general de la organización en la provincia de Jaén, principal zona productora de aceite de oliva en el mundo. Con respecto a las estimaciones de cosecha, tras un “análisis profundo” por parte de los técnicos, se pone de manifiesto que la producción de aceituna será menor a la del año pasado, debido a la sequía y al estrés hídrico que sufre el árbol. Según el último informe del SAIH, las precipitaciones en la cuenca del Guadalquivir han sido desde que comenzó el año hidrológico un 19 por ciento menor a la media de los últimos 25 años y los embalses se encuentran al 31 por ciento de su capacidad. La esperanza es que, al menos, los precios continúen estables o al alza, siguiendo la tendencia iniciada en el último ejercicio.
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