Descúbrete feliz en Adra
Este municipio, ubicado a solo treinta minutos de la Alcazaba de Almería, tiene mucho que ofrecer con más de 3.000 años de historia y una naturaleza sorprendente
Adra es una ciudad para adentrarte en ella y descubrirse feliz por sus rincones. En los últimos años, Adra ha experimentado una espectacular transformación gracias a la fuerte apuesta en inversiones que han permitido dar un nuevo impulso al dinamismo comercial, social y cultural. Esta ciudad cuenta con nuevas infraestructuras, servicios y mejores comunicaciones que nos acercan a otras provincias andaluzas, así como espacios pensados para el desarrollo futuro.
Adra se ha convertido en una ciudad preparada para invertir. Así, Adra se encuentra en un lugar privilegiado a treinta minutos de la Alcazaba de Almería, a menos de hora y media del aeropuerto internacional de Málaga y a una hora de monumentos tan emblemáticos como la Alhambra de Granada o Sierra Nevada.
Además, el respeto por la naturaleza, el mundo animal y el medio ambiente está intrínseco dentro de la ciudad, creando recientemente un tramo de playa en exclusiva para disfrutar de la experiencia del baño junto a las mascotas.
El municipio cuenta con playas urbanas, perfectamente equipadas, dotadas de puntos accesibles para personas con diversidad funcional, y distinguidas con cuatro Q de Calidad Turística y cuatro Banderas Azules, lo que asegura a los turistas que buscan en sus vacaciones la combinación de sol y playa.
Además, las Albuferas de Adra son uno de los pocos humedales que aún sobreviven en el sudeste español. Estas formaban parte de una factoría más amplia y eran utilizadas para la elaboración de salazones y salsas de pescado, durante todo el imperio romano.
La ciudad milenaria
Adra es historia. Pasear por sus calles es disfrutar y palpar un pasado de más de 3.000 años de historia que, gracias a un arduo trabajo de puesta en valor de sus vestigios, se ha integrado plenamente en la fisionomía actual del municipio. Centro de rutas comerciales, contó con una Ceca romana con la creación de salazones y el garum la llevó a acuñar moneda propia, que hoy se ha convertido en uno de los símbolos emblemáticos de la ciudad. Este ingente legado cultural se encuentra al alcance de todos en los distintos centros museísticos convirtiéndola en parada obligatoria para amantes de la historia.
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