Coprohníjar alcanzará esta campaña el 50% de producción ecológica
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"Es un esfuerzo grande que está dando sus frutos y seguimos posicionándonos", explica Miguel Pérez, director comercial de Coprohníjar
Coprohníjar es una firma con solera en el campo almeriense. Cumple 35 años en buena forma y con una apuesta en firme con el cultivo de productos ecológicos. "Coprohnijar empezó hace siete años a desarrollar la línea ecológica y hemos tenido un crecimiento vertiginoso, hemos pasado de cero a 180 hectáreas y cuando acabe la campaña estaremos en 240 prácticamente con las que están en reconversión. Ahora mismo estaremos en unos porcentajes de 40-60 y nos pondremos en 50-50 cuando acabe la campaña entre el convencional, que es todo producción integrada, y el bio", explica Miguel Pérez, director comercial de Coprohníjar.
Pérez explica que el desarrollo en el ámbito del bio es verdaderamente muy importante y, además, en muy pocos años. "Aunque son los mismos productos, son líneas diferentes, son compradores diferentes y la forma de trabajar es distinta. Es un esfuerzo grande que está dando sus frutos y seguimos posicionándonos", explica el director general de Coprohníjar.
La situación actual, corrompida por la inflación o la escasez energética afecta, como es lógico, a todos los sectores. "La subida de los costes de producción ya nos afectó bastante el año pasado, es algo muy doloroso para todos los productores", manifiesta Pérez. "El incremento de costes a nivel mundial es de todos los productos. Y el año pasado, sin la inflación que hay hoy, ya subió el papel, el plástico, el transporte... todo. Entonces, para nosotros los costes ya se incrementaron. Desde el campo al agricultor ya se incrementó entre un 10 y un 30%. El almacén nos sube la mano de obra, el coste de todos los materiales, el transporte... al final necesitamos incrementar el precio de venta al cliente. Debemos compensar el incremento de costes con el precio de venta. Y estamos en ello. Y no es fácil", manifiesta Miguel Pérez, director comercial de Coprohníjar.
Es inevitable que todos tengan que pagar más por los mismos productos, incluido el último peldaño de la escalera. "Hay muchos programas de trabajo, de líneas cerradas, donde sí hemos tenido que incrementar el precio de venta al cliente y como tenemos competencias de otros países en determinados productos como es el caso del cherry, pues hay clientes que han aceptado el incremento de precios y otros que no, pero, en general, bastante están aceptando que tienen que subir el precio. Pero tenemos que seguir intentando que esto sea rentable para todas las partes", explica.
Si bien es cierto que la crisis energética trae algo positivo al campo de la provincia, y es el cierre de producción prematura de países como Holanda. "Para ellos es una desgracia pero para nosotros es positivo. El tema del gas es muy importante para nosotros. Hay que pensar que Almería cuenta con tres secretos: el plástico, el viento y el sol. Y nosotros hemos calefactado nuestros invernaderos con el sol. Cuando los holandeses y otros países introdujeron el tema del gas y el cultivo en invierno con luz, atrasaban su producción de noviembre y diciembre y cuando llegaba la primavera ya estaban empezando en marzo. Acortaban su ciclo de no producción. Eso era negativo para nosotros, se disminuyeron las hectáreas plantadas en Almería en productos como el tomate rama. Era un mercado que estaban copando cada vez más los productores del norte de Europa en esas épocas. Dejó de ser interesante para el agricultor almeriense y comenzaron a ser más relevantes otros productos como el pimiento, el pepino o calabazín", argumenta Miguel Pérez.
El haber apostado por ciertos productos cuando algunos los abandonaron, les está permitiendo volver a afianzarse en ciertos mercados del norte de Europa: "Nosotros nunca hemos abandonado los tomates, hemos seguido trabajándolos en menos cantidad y este año nos encontramos con situaciones en las cuales, ese esfuerzo que hemos hecho anteriormente, por ejemplo con el rama, ha dado sus frutos y hemos crecido este año. Los holandeses tienen menos producción de en la época de invierno y terminan antes y empiezan después. Nos han dado amplitud para vender nuestros productos, por lo que tendremos una rentabilidad superior que años anteriores en este tipo de productos".
Miguel entiende que arriesgar puede ser sano. "Nos gusta siempre arriesgar, cuando en Almería prácticamente no ponía nadie cherry, nosotros nos hicimos los número uno en volumen, cuando dijimos de hacer bio, pasamos de cero a 200 hectáreas en pocos años. Vamos con todas las consecuencias para sacarle un correcto rendimiento para los agricultores, que al final es nuestro objetivo"
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