Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
Nadie en el mundo más afortunado que Víctor Orta
El Consejo de Ministros ha aprobado, en segunda vuelta, el Anteproyecto de Ley estatal por el derecho a la vivienda. Esta nueva normativa, que aún debe pasar por tramitación parlamentaria, busca hacer honor al artículo 47 de la Constitución, donde se recoge expresamente que "todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.
Esta nueva ley recoge un concepto que llevaba sonando desde hacía tiempo y que, de hecho, era una de las nociones que se establecieron desde el primer momento en el acuerdo alcanzado por el PSOE y Podemos para desarrollar la legislatura: intervenir para bajar los precios del alquiler en las zonas tensionadas.
Estas zonas hacen referencia a las regiones en las que el coste del alquiler (o de la hipoteca) en conjunto con los gastos de suministro, superan el 30% de los ingresos medios de las familias que habitan el lugar. Esta definición aún por perfilar haría referencia, en estos momentos, a una gran parte del territorio español, donde la especulación en el precio de la vivienda ha superado con creces los ingresos de sus habitantes.
Los lugares del mapa español declarados como zonas tensionadas a causa del alto precio del alquiler coinciden con la ubicación de los grandes caseros, es decir, personas jurídicas que poseen más de 10 viviendas. En este sentido, estos propietarios con decenas de propiedades se emplazan, especialmente, en Barcelona, Valencia, Madrid y Baleares, las ciudades en las que el alquiler se ha vuelto inasequible.
Para crear una idea lo más exacta posible, es importante mencionar que, ya en 2018, el precio de una vivienda mediana en Madrid alcanzaba los 850 euros mensuales, y el alquiler ha seguido subiendo hasta la actualidad. En Barcelona, por su parte, la media mensual en 2018 estaba cerca de los 810 euros.
Sin embargo, y aunque estos sean los ejemplos más desorbitados de subidas en el precio del alquiler, todo el mapa de España está manchado de especulación inmobiliaria, ejemplo de ello es Sevilla, donde el alquiler medio en 2018 ya ascendía a 600 euros mensuales. Si tenemos en cuenta que el SMI (sueldo mínimo interprofesional) está ahora mismo en 965 euros al mes, una persona que quiera compartir piso con otra se estaría gastando, solo en alquiler, el 31% de su sueldo, a lo que habría que añadir gastos de suministros. No hablamos ya de vivir solo, lo que supondría el 62% del sueldo.
En Andalucía, otras de las zonas más tensionadas serían Granada y Almería, donde el precio del alquiler ya alcanzaba en 2018 los 480 euros mensuales.
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