La viruela del mono: sin alarmas pero con precaución
Salud pública
Los médicos informan de que el virus que se propaga por Europa y América es menos transmisible, menos letal y puede tratase con vacunas y fármacos
El patógeno vírico que provoca la viruela del mono apenas tiene capacidad de mutar y crear nuevas cepas
La inmunidad cruzada de la vacuna de la viruela humana
La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha tenido conocimiento de un posible caso de infección por viruela del mono, el primero en Andalucía después del goteo de positivos y sospechosos registrados en otras comunidades autónomas. Se trata de un paciente de Málaga que "evoluciona favorablemente", según ha informado la Consejería de Salud en una nota, que señala que será el Centro Nacional de Microbiología el que confirme o descarte este primer diagnóstico andaluz.
El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad asume que se detectarán más casos de viruela del mono y no descarta que se transmita a más grupos poblacionales, por lo que ha recomendado "minimizar los comportamientos de riesgo asociados" a este virus, señala el Ministerio de Sanidad en una nota recogida por Efe.
España ha confirmado hasta el momento una treintena de casos de viruela no humana, siete de ellos del mono, mientras que los otros 23 aún deben terminar de secuenciarse para establecer si también lo son. España no es el único país con casos ya confirmados. El primero fue Reino Unido, que desde el 18 de mayo ha comunicado nueve positivos, seguido de Portugal, que de 20 casos sospechosos ha confirmado cinco, la mayoría en "hombres jóvenes". También Italia y Suecia han informado de casos. Canadá o Estados Unidos son otros países que han detectado infecciones de la viruela del mono.
Las autoridades sanitarias de los diferentes países permanecen vigilantes antes del lento avance de la propagación del virus porque es la primera vez que estar propagándose entre personas que no han viajado a las regiones de África donde la viruela del mono es endémica. Sin embargo, los médicos especialistas en salud pública, epidemiología, inmunología o virología subrayan que el riesgo es bajo.
La catedrática de Epidemiología de la Universidad Europea de Valencia, Patricia Guillem, ha descartado que el brote de la viruela del mono tenga una relevante transmisión comunitaria. El contagio de este virus precisa de un contacto estrecho, pues debe propagarse por líquidos, desde la sangre a los fluidos sexuales o incluso los fluidos exudados de las erupciones en la piel de las personas infectadas. Así lo asegurado a Europa Press Guillem, que considera que el actual brote se podría llegar a controlar "perfectamente" con las herramientas de vigilancia epidemiológica disponibles sin llegar a "generar una alarma social pero manteniendo la precaución".
"La principal vía de transmisión es a través de los líquidos, aunque también se está estudiando la transmisión a través de pequeñas gotículas, como ocurría con el coronavirus, pero con la diferencia de que el SARS-CoV-2 es mucho más transmisible. El virus de la viruela del mono requiere un mayor tiempo de exposición y un mayor volumen de las gotículas que el coronavirus que ha causado la pandemia del Covid-19.
Sobre esta cuestión abunda Matilde Cañelles, inmunóloga del CSIC, que destaca que la viruela del mono está causada por un patógeno "menos transmisible" y que es "menos mortífera" que la viruela humana, oficialmente erradicada del planeta desde 1979. Cañelles añade que la viruela del mono "se puede tratar con vacuna o antivirales en los primeros días".
Los virus de ADN, menos variantes que el coronavirus (ARN)
En la comparación entre el Covid-19 y la viruela del mono, el virólogo Miguel Ángel Jiménez Clavero afirma que "no tienen nada que ver". De entrada, el virus de la viruela del mono contiene una molécula de ADN, no de ARN, por lo que su capacidad de mutación es menor y, por tanto, la aparición de nuevas variantes o cepas.
El virus de la viruela del mono es muy estable, como son todos los de la familia de los "poxvirus". "Son virus de ADN muy grandes, cuya tasa de mutación es baja. Eso y la existencia de vacunas eficaces los hacen mas controlables". Además, concluye Jiménez Clavero, tampoco es una enfermedad que provoque "síntomas graves", por lo que pide tranquilidad a la población: "No se van a restringir nuestras vidas por esto".
Respecto a la posible compra de vacunas para la viruela del mono por parte de las autoridades sanitarias, la especialista en Epidemiología Patricia Guillem ha explicado que podría ser una "garantía añadida de protección" pero que las vacunas estarían reservadas "a las personas que conviven con los casos de personas que tengan la enfermedad" y que no serían para administrarse sistemáticamente a la población "sino sólo a los contacto estrechos".
Las personas que fueron vacunadas de la viruela, la gran mayoría de los nacidos antes de 1980, pueden conservar un cierto grado de protección, aunque ha resaltado que la inmunidad "no dura exactamente igual en todas las personas".
Más patógenos en un mundo global
En cuanto a las posibles causas del surgimiento de patógenos emergentes en los últimos años (SARS-CoV2, hepatitis infantil aguda, virus del Nilo Occidental o de Crimea-Congo, aparte del virus de la viruela del mono), los especialistas admiten que hay más sensibilidad que nunca hacia este tipo de fenómenos infecciosos, pero subrayan la existencia de "un proceso global de cambio provocado por la acción humana sobre el planeta".
"Vivimos en una sociedad global donde viajamos a países donde tienen sus propias enfermedades endémicas que pueden llegar a saltar la barrera de la cadena de transmisión", explica Guillem, quien ha recordado que en este caso se podría tratar de una enfermedad que probablemente haya sido "importada" de países africanos y que ahora esté transmitiéndose de personas a personas.
La relación entre el contagio y el sexo
Los investigadores aún no tienen la suficiente evidencia para relacionar la diseminación del patógeno vírico que causa la viruela del mono con las prácticas sexuales. No había registros anteriores sobre este tipo de transmisión, pero, teniendo en cuenta que el virus se contagia a través del contacto estrecho y los fluidos corporales, es justo lo que sucede en las relaciones sexuales.
Michael Skinner, virólogo del Imperial College de Londres, opina que aún es pronto para determinar cómo se han producido los contagios en los grupos de homosexuales notificados en Reino Unido y la Comunidad de Madrid, aunque matiza con un argumento elemental. "La actividad sexual implica contactos íntimos por naturaleza, de ahí que podría esperarse una mayor probabilidad de transmisión, sea cual sea la orientación sexual de las personas", dice Skinner.
Los síntomas de la viruela del mono incluyen fiebre, dolor muscular, de cabeza o de espalda, inflamación de los ganglios, escalofríos y cansancio. Las erupciones son también habituales, que suelen comenzar en la cara y pueden extenderse a otras partes del cuerpo, incluyendo los genitales. Es lo que ha pasado en los casos recientes de contagios entre homosexuales, que han comunicado una aparición de este tipo de erupciones en los órganos sexuales y que pueden parecerse a las de la sífilis.
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