La vía africana gana enteros
Un ghanés, un nigeriano y un guineano optan al relevo de Ratzinger
Tras la sorprendente renuncia de Benedicto XVI, la Iglesia católica podría encontrar a su sucesor en Africa, donde hasta tres cardenales -un ghanés, un nigeriano y un guineano- tienen opciones de convertirse en el próximo Papa.
Mientras se espera para marzo el cónclave que debe elegir al nuevo Santo Padre, arrecian las especulaciones sobre el futuro líder de los más de 1.200 millones de católicos en el mundo. "¿Tiene un africano posibilidades reales de ser Papa?", se preguntaba el teólogo Guiseppe Liguori en un artículo publicado en el diario keniano Daily Nation el pasado martes. "En mi opinión, sólo dos tienen opciones de ser elegidos", respondió Liguori, en alusión a los cardenales Peter Turkson (Ghana) y Francis Arinze (Nigeria), dos purpurados que también se han colado entre los favoritos de las casas de apuestas británicas para sentarse en la Silla de San Pedro.
África, donde viven más de 150 millones de católicos, ya ha aportado tres papas a lo largo de la historia: San Víctor I (189-199), San Melquíades (311-314) y San Gelasio I (492-496), que procedían del norte del continente. Con todo, "si el cardenal Francis Arinze o el cardenal Peter Turkson son elegidos, esa persona pasará a la historia como el primer Papa negro", asegura el periódico ghanés Daily Guide.
"Si Dios quisiera ver a un hombre negro como Papa, daría las gracias a Dios", ha llegado a declarar el propio Turkson, de 64 años y encargado del "ministerio" vaticano para la Justicia y Paz. El purpurado ghanés, quizás el más vitoreado de los "papables" africanos, fue designado arzobispo de Cape Coast en 1992 por Juan Pablo II, quien le ordenó cardenal en 2003.
Turkson es un experto en la Biblia, ya que estudió las Sagradas Escrituras en el Instituto Pontificio Bíblico de Roma, donde se licenció en 1980 y se doctoró en 1992. Aparte del inglés y la lengua nativa fante, habla francés, alemán, hebreo e italiano, aparte de escribir en latín y griego. Turkson tiene fama de avezado diplomático, como demuestra el hecho de que Benedicto XVI le enviase en marzo de 2011 como mediador del Vaticano a intentar buscar una solución pacífica al conflicto de Costa de Marfil.
Otro papable es el cardenal nigeriano Francis Arinze, de 80 años y prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Visto también como un conservador en asuntos como la homosexualidad, Arinze, ya entró en las quinielas en el cónclave de 2005. El clérigo nigeriano, que se convirtió a los nueve años de la religión tradicional africana al catolicismo, se doctoró en Teología en Roma, fue ordenado sacerdote en 1958 y obispo en 1965, y en 1985 Juan Pablo II le designó cardenal.
Entre los candidatos africanos a reemplazar al Papa Ratzinger figura asimismo Robert Sarah, cardenal guineano de 67 años y presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, que se ocupa de distribuir la caridad del papa.
Sarah, menos mencionado entre los papables africanos que Turkson y Arinze, llamó la atención en 2010 al acusar al entonces líder libio, Muamar al Gadafi, de faltar el respeto al papa por pedir que el Islam se convirtiera en la religión de Europa. Sea como fuere, la última palabra la tienen los 120 purpurados que participarán en el cónclave para elegir al nuevo pontífice, aunque, como avisa el teólogo Liguori, "la elección de un papa africano no debería ser una sorpresa".
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