El truco para potenciar el sabor de tu cerveza

La cerveza es una de las bebidas más famosas del mundo, y por tanto una de las más consumidas. Este tipo de bebida alcohólica está producida a partir de azúcares que se obtienen de cereales y otros granos, es aromatizada con lúpulo y fermentada en agua con levadura. La cerveza tradicional debe llevar cuatro ingredientes clave: agua, malta, lúpulo y levadura.

La cerveza normalmente es una bebida amarga, esto se debe al lúpulo, que es una planta trepadora que puede llegar hasta los 8 metros de altura. Solo se utilizan las flores femeninas para la producción de cerveza, ya que estas son ricas en lupulina, que es lo que hace que las cervezas tengan aromas y amargor. Aparte de todo esto, el lúpulo ayuda a la conservación de la cerveza.

Este tipo de bebida es perfecta para beberla fría y más ahora con la llegada del calor y las altas temperaturas. Hay personas a las que le encanta disfrutar al máximo el sabor de una buena cerveza, por eso os traemos un truco que ayudará a potenciar el sabor de tu cerveza favorita.

¿Cómo potenciar el sabor de la cerveza?

Este truco se utilizaba en siglos atrás ya que es bastante eficaz y lo que se buscaba era beber una cerveza con un sabor más intenso. Este truco es bastante sencillo, solo tenemos que coger un poco de sal y echarlo en nuestra cerveza. El resultado de esta acción será una cerveza con más sabor, pero también conseguiremos que la cerveza nos de menos gases.

Al añadir sal a tu cerveza, el sabor será más intenso pero también será menos amargo. Esto se descubrió tras que varios expertos realizaran un estudio en Harvard en 1997, en dicho estudio se pudo comprobar que la sal amplificaba la dulzura de la malta. Por otra parte, al verter un poco de sal en la cerveza conseguiremos una espuma más densa.

¿Añadir a la cerveza sal emborracha más?

Se le puede echar sal a la cerveza y probar si este truco es cierto, pero también debemos tener cuidado, ya que la sal tiene más propiedades a parte de potenciar e intensificar el sabor. La sal hace que se ensanche nuestro esfínter duodenal, por lo que el alcohol se dispersa más rápido en el torrente sanguíneo, haciendo que el alcohol nos suba de una forma más rápida.