53.152, el trébol de la suerte

Segundo premio

El segundo premio fue repartido íntegramente por una administración de Getafe, que ayer fue noticia por partida doble, pues vendió también uno de los quintos.

M. Martín / Agencias

22 de diciembre 2009 - 11:45

Madrid/Bañado en sidra, “emocionadísimo y sin palabras”, de esta guisa estaba ayer Antonio Platero, el dueño de la administración número 10 de Getafe, al sur de Madrid, que ha vendido íntegramente el segundo premio del sorteo navideño y uno de los quintos. “Repartir tanto dinero es poco habitual. Estoy superemocionado y no puedo expresar con palabras lo que siento”, explicaba este administrador de loterías.

Poco después, Conchi Jiménez, su mujer, detallaba el motivo de tanta emoción: El Trébol, que así se llama la administración que regentan desde hace 23 años, acababa de repartir, íntegramente, unos doscientos millones. Y es que El Trébol ha vendido todos los boletos del segundo premio y del tercer quinto premio (51.972).

Eran las 11:41 cuando, tan sólo tres minutos después de cantar El Gordo, las niñas del colegio de San Ildefonso Alicia Rodríguez y Yahaira Gonzaga volvían a elevar la voz para anunciar que el número 53.152 había obtenido el segundo premio del sorteo de la Navidad, tan madrileño como el primero, dotado con un millón de euros por serie. Al igual que El Gordo, que se hizo esperar, el premio llegaba en la tabla séptima, tan sólo dos antes del final del sorteo.

Una lluvia de millones para esta ciudad dormitorio y trabajadora que, como casi toda España, amanecía ayer, el gran día de la lotería, con frío y bajo un cielo gris.

Los boletos de ambos números se han vendido sobre todo entre el personal del servicio de limpieza del Hospital de Getafe y los trabajadores el Híper Getafe, explicaba Conchi, para quien, ayer “es el día más feliz” de su vida pese a no haberse quedado con ninguno de los números premiados.

Hasta la administración de El Trébol, situada en la calle Doña Romera del barrio de San Isidro de Getafe, se han acercado numerosos agraciados que han brindado con sidra y que, a voz en grito, agradecían su suerte al santo que ha dado nombre a este vecindario.

A Gema, empleada en el salón de belleza Mary, le han tocado “varios millones” porque llevaba “varios décimos” que había comprado en una mensajería cercana. Nerviosa y sobre todo feliz, Gema explicaba que lo va a celebrar “de vacaciones con su marido y su hijo”. Además, esta autoproclamada “especialista en moños y recogidos” confía en recibir muchas clientas después de este sorteo, tal vez, porque ya ha decidido que quiere seguir trabajando o, más bien, porque todavía no es consciente de la suerte que le tocado.

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