¿Puedes sufrir un infarto de aquí a cinco años? Esto es lo que dicen tus ojos
Un nuevo estudio revolucionario relaciona la posibilidad de infarto de miocardio y los vasos sanguíneos de los ojos.
Según el INE, el Instituto Nacional de Estadística, las enfermedades cardiovasculares con la primera causa de muerte en España, por delante de los accidentes de tráfico o el suicido, con el 24,3% de los fallecimientos que tuvieron lugar en 2020. Pero esta causa de muerte tan común puede llegar a evitarse siguiendo un estilo de vida saludable y activo, dejando a un lado el sedentarismo y optando por el deporte y una dieta equilibrada. Por lo que actualmente uno de los mayores retos es detectar que pacientes tiene altas posibilidades de padecer algún tipo de inconveniente cardiovascular con el objetivo de reducir la mortalidad.
Respecto a la búsqueda de prevenir y calcular el riesgo de infarto en una persona determina se ha realizado una nueva investigación que podría ser clave. Este estudio se basa en una sencilla prueba como es observar los vasos sanguíneos de la retina. Esto se debe a que en los ojos, concretamente en esta parte, es en el único lugar del cuerpo donde los vasos sanguíneos son visibles.
Anteriormente a este estudio ya era conocido que su observación podía llegar aportar datos sobre el estado de la salud de alguien, aunque los investigadores, buscando dotar a su investigación de datos más preciosos observaron y tuvieron en cuenta la genética de sus pacientes en observación.
El estudio terminó dictando que los sujetos de estudios que tenían dimensiones fractales más bajas, tenían mayor riesgo de infarto de miocardio. Esto se debe a la clasificación que realizaron sobre los patrones que formaban los vasos sanguíneos, utilizando, como ya se ha dicho, las dimensiones fractales, un concepto geométrico.
Los investigadores, provenientes de los Institutos Usher y Roslin de la Universidad de Edimburgo en Reino Unido, obtuvieron los datos mediante el Biobanco del Reino Unido, conocido como UKB. Esta institución recoge datos demográficos, epidemiológicos, clínicos, de imágenes y de genotipado de más de 500.000 pacientes de todo el país.
Según comentó Ana Villaplana- Velasco, estudiante de doctorado en la Universidad de Edimburgo, "Sorprendentemente, descubrimos que nuestro modelo clasifica mejor a los participantes con riesgo de infarto de miocardio bajo o alto en el UKB en comparación con los modelos establecidos que solo incluyen datos demográficos. La mejora de nuestro modelo fue aún mayor si añadimos una puntuación relacionada con la propensión genética a desarrollar un infarto de miocardio"
Esto se debe a que además de las dimensiones fractales de los vasos sanguíneos de la retina, un proceso revolucionario en la detención, se han incluido en el modelo factores clínicos tradicionales, como el consumo de tabaco, el sexo, la presión arterial, el índice de masa corporal, o la edad.
El estudio concluyó que el infarto de miocardio y las dimensiones fractales estaban relacionados por una biología compartida, organizando nueve regiones genéticas que organizan los patrones de ramificación vascular en la retina, "Se sabe que cuatro de estas regiones están implicadas en la genética de las enfermedades cardiovasculares. En particular, en procesos relacionados con la gravedad y la recuperación del infarto de miocardio", según Villaplana-Velasco.
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