¿Estamos solos en el Universo?
El proyecto 'Curiosity' tendrá como misión intentar descubrir si alguna vez hubo vida en Marte · La ciencia española participa con la estación metereológica que va incorporada al ingenio de la NASA.
El vehículo de exploración estadounidense Curiosity se aprestaba a aterrizar en las primeras horas de hoy en Marte, en una histórica misión para buscar respuestas a las legendarias preguntas sobre la existencia de vida en otro planeta.
Los científicos han descubierto signos de agua en el planeta más cercano a la Tierra, lo que indicaría que alguna forma de vida podría haberse desarrollado en el pasado del planeta rojo, que actualmente dispone de una delgada atmósfera, con inviernos extremos y tormentas de polvo.
Lanzado el 26 de noviembre de 2011 desde Cabo Cañaveral, Florida, el vehículo robótico no tripulado Mars Science Laboratory (MSL) de la NASA, conocido como Curiosity, ha viajado 570 millones de kilómetros hasta llegar a la superficie de Marte.
Durante la exploración, que debe llevar dos años terrestres de duración con un coste total de 2.500 millones de dólares, Curiosity tratará de descubrir si el ambiente marciano pudo haber sido favorable al desarrollo de vida microbiana y buscará recabar datos para preparar una futura misión tripulada.
"Curiosity permanece en buen estado con todos sus sistemas operando según lo esperado", afirmó la agencia espacial estadounidense en un comunicado.
El vehículo robótico o rover, de seis ruedas y del tamaño de un automóvil pequeño, es el más grande construido para realizar una exploración planetaria y está equipado con diez instrumentos científicos, elementos para destruir rocas, perforar el suelo, hacer pruebas de radiación, un generador nuclear y un mástil con cámaras de alta definición.
"Éste es el descenso más desafiante que jamás hayamos intentado", manifestó Doug McCuistion, director del Programa de la Nasa para Exploración de Marte.
Tras una complicada maniobra, el Curiosity debía posarse en el Cráter Gale, cerca del Monte de Sharp (5.000 metros). El sitio, uno de los más bajos de Marte y punto de convergencia de varios ríos que se cree fluían provenientes de zonas altas, podría contener valiosa información en sus capas sedimentarias. Los científicos creen que el cráter se formó hace alrededor de entre 3.500 y 3.800 millones de años cuando Marte, la Tierra y el resto de los planetas del sistema solar fueron bombardeados de manera frecuente por meteoritos.
El rasgo más asombroso de Gale no es su fosa que mide 154 kilómetros de ancho en el suelo, sino las más de 5 kilómetros de escombros acumulados en el piso del cráter, que van en aumento. Los científicos creen que la montaña, situada en el centro de la cuenca, está formada por restos de capas de sedimentos que alguna vez llenaron el cráter.
Con el tiempo, los sedimentos fueron arrastrados, dejando lo que hoy se conoce como Monte Sharp, que los científicos esperan revele la historia geológica de Marte. Además de los datos recopilados, la misión recogerá otros muchos que ayudarán a preparar una futura misión tripulada por hombres al Planeta Rojo.
Curiosity cuenta con diez instrumentos especiales con distintos fines de investigación, como una gran cámara en un mástil, un rayo láser capaz de destruir rocas y herramientas para analizarlas. Muchos de estos instrumentos escrutarán el entorno marciano para detectar, sobre todo, la existencia de moléculas de metano, un gas a menudo asociado a la presencia de vida en la Tierra y ya detectado en Marte por anteriores sondas.
La ciencia española participa en el proyecto con el instrumento REMS (Rover Environmental Monitoring Station en inglés), una estación ambiental cuya construcción ha sido coordinada por el Centro de Astrobiología y que será el encargado de evaluar las condiciones ambientales de la zona de exploración del rover.
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