De nada sirve la fama cuando un volcán interrumpe los planes de viaje
Cientos de miles de personas se han visto afectados por la nube de cenizas que ha paralizado el tráfico aéreo en Europa, incluidos políticos de alto rango y hasta John Cleese, que no dudó en tomar un taxi de Oslo a Bruselas.
Las celebridades y los políticos de alto rango han aprendido esta semana que la ceniza volcánica muestra poco respeto hacia los nombres reconocidos, después de que una erupción bloqueara el tráfico aéreo en prácticamente toda Europa. Todo tipo de personas, desde un pensionista que planeaba unas vacaciones hasta un monarca que intentaba asistir a una fiesta de cumpleaños, se han visto obligadas a replantearse o cancelar sus planes de viaje, mientras un volcán en Islandia continuaba expulsando una densa columna de humo y ceniza.
Algunos viajeros atrapados en los aeropuertos trataban de acomodarse ahí o tuvieron la suerte de que las aerolíneas y operadores de viaje les ofrecieran una habitación de hotel. Otros recurrían a formas de viaje alternativas. El resultado fueron trenes y autobuses abarrotados, y coches de alquiler agotados.
Y entre todos ellos, se encontraban también los grandes nombres que hallaron formas extravagantes de esquivar el problema. El comediante británico John Cleese, que estaba de visita en Oslo, Noruega, para participar en un programa televisivo de entrevistas, optó por tomar un taxi que le llevara a Bruselas a tiempo para subirse al tren Eurostar con destino a Londres este sábado.
Se estima que el viaje en taxi desde Noruega a Bélgica le costaría a Cleese unas 30.000 coronas (unos 3.800 euros). "Islandia no puede controlar ni sus volcanes ni sus bancos", bromeó Cleese. La suya es sólo una de las muchas historias que podrían llevar a Hollywood a considerar producir una continuación del clásico de la comedia de 1987 en la que los protagonistas encarnados por John Candy y Steve Martin intentan regresar a casa pese a una acumulación de problemas de transporte.
Para las demás personas, el Dagbladet y otros diarios como el VG, ofrecían consejos a los lectores para hacer autostop, y les recomendaba utilizar la red social de Internet Twitter para conectarse con la gente que necesitaba que la lleven. Sin embargo, esa información resultó ser poco útil para un montón de nombres de reconocimiento internacional que quedaron atrapados lejos de sus casas, algunos de ellos literalmente en el aire.
Algunos altos políticos también se vieron afectados, como la canciller alemana, Angela Merkel, que ha estado toda la semana en Estados Unidos. Ministros de siete países de los 27 miembros de la Unión Europea no lograron acudir a tiempo a la cumbre de ministros de Economía de la UE en Madrid debido a las interrupciones en el transporte aéreo.
En Reino Unido, Camilla, la duquesa de Gales, se vio obligada a abandonar sus planes para rendir tributo a las víctimas del accidente de avión polaco. La esposa del príncipe Charles no pudo volar de Escocia a Londres, donde tenía previsto firmar un libro de condolencias en el centro cultural polaco, informó el Palacio Real.
En España el rey Juan Carlos y la reina Sofía se vieron obligados a cancelar un viaje a Copenhague donde tenían intención de asistir a una cena para celebrar el 70º cumpleaños de la reina danesa Margarita, señalaron fuentes de palacio. Los reyes suecos, por su parte, optaron por viajar a Dinamarca en tren para la celebración con la monarca.
Mientras, el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, quien, al igual que Merkel, asistió también a una cumbre nuclear en Estados Unidos, se vio atrapado un día en Nueva York. El ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, voló de Estados Unidos a Londres, y tomó el Eurostar a Bruselas el jueves, pero llegó para encontrarse con que los vuelos desde Bruselas habían sido cancelados, según escribió en su blog. Bildt continuó en coche y pasó una noche en Lübeck, en el norte de Alemania, antes de continuar pasando por Dinamarca, hasta el oeste de Suecia, escribió. Entretanto, el presidente portugués, Anibal Cavaco Silva, se quedó atrapado en Praga con una delegación, informó la agencia de noticias portuguesa Lusa.
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