Hijos superdotados: las siete señales que delatan a los niños con altas capacidades

La inteligencia, como otros aspectos, se trata de un concepto complejo y abstracto. Es por ello que el término superdotado tiene sus limitaciones teóricas y ha despertado muchas discrepancias en la comunidad científica.

Es posible que los test de inteligencia sea la única forma, más o menos exacta, de poder calificar a un niño como superdotado, pero tampoco se trata de una prueba que tenga una exactitud del 100%. Se ha estipulado que aquellas personas que alcanzan o superan los 180 puntos en este tipo de test, pueden ser considerados superdotados. No obstante, aquellos que llegan o sobrepasan los 130 son personas con altas capacidades intelectuales.

Una de las cuestiones que más confunde a la sociedad a la hora de calificar a alguien como superdotado es que, por lo general, se atribuye este adjetivo a personas con un alto nivel de inteligencia, algo que no es del todo así, ya que existen muchos niveles de inteligencia que no están relacionados con esta clase de personas.

Por ejemplo, existen niños muy inteligentes (aquellos que alcanzan una puntuación de 130 en los test de inteligencia) o talentosos (que destacan en un área, por lo general artística, pero que no tienen por qué estar relacionados con altas capacidades intelectuales).

También están los conocidos como niños prodigio, que son aquellos que realizan una actividad extraordinaria para su edad, pero que solo destacan en esa materia, o los genios, que, por sus excepcionales capacidades en inteligencia o creatividad, realiza una obra reconocida por la sociedad.

Estos últimos están más cerca de ser superdotados, ya que lo que caracteriza a esta clase de personas es que destacan en muchas áreas del conocimiento, que poseen un coeficiente intelectual superior a los 130 puntos y que tienen una gran capacidad creativa y una motivación intrínseca por el aprendizaje. Sin embargo, estas cualidades pueden resultar un tanto ambiguas a la hora de detectar a una persona superdotada, por lo que, a continuación, exponemos algunas señales más comunes.

Desarrollo precoz

Esta clase de desarrollo tiene que ver con el sistema motor, y se identifica con acciones como sostener la cabeza y mirada fija a su alrededor durante los primeros días de vida, mantenerse de pie a los seis meses y comenzar a andar a los 9 meses o dibujar figuras humanas con cabeza, tronco y extremidades a los dos años y medio. También pueden montar puzles de en torno a 20 piezas a los dos años y medio.

Desarrollo del lenguaje

Se suele identificar en niños que sonríen de forma intencionada antes de las 6 semanas de vida o que pronuncian sus primeras palabras a los 8 meses para, a los 24 meses, haber desarrollado un vocabulario avanzado. También pueden mantener una conversación entre los 18 y 24 meses de edad formando frases complejas.

Desarrollo cognitivo

Los niños superdotados también suelen tener un desarrollo cognitivo significativo que se identifica en un interés supino por las letras y una capacidad de memorizarlas sorprendentes, tanto es así que suelen aprender el abecedario a los 2 años y medio, mientras que entre los 3 y lo 4 años ya pueden leer sin apenas ayuda. Esto desemboca en una escritura precoz que se produce antes de los 5 años de edad.

A los dos años ya tiene el sentido del tiempo (mañana, tarde y noche) y usan los tiempos verbales de pasado, presente y futuro, y tienen la capacidad de identificar parentescos.

También muestran interés por los números, y pueden resolver problemas de sumar y restar hasta 10 a los tres años.

Juegos creativos

A la hora de jugar, suelen ser niños que tienen una gran facilidad de concentración en algo que les interesa, y suelen desarrollar juegos muy creativos e imaginativos.

Le gustan los libros, puzles y el dibujo desde los 18 meses, y acostumbrar a jugar con niños mayores y a elegir la compañía de los adultos.

Independencia

Suelen ser niños con alto nivel de autonomía, que elige su propia ropa a los 2 años y medio y se visten y desvisten solos a los 4 años.

Conducta

Tienden a ser niños muy curiosos y activos que alcanzan la fase de las preguntas continuas a las 2 años de edad. Además, exigen mucha atención y necesitan muchos estímulos debido a su afán por aprender.

Son muy sensible a las tensiones familiares y al estado de humor de sus padres y se dan cuenta de pequeños detalles.

Fracaso escolar

Esto no tiene por qué ser necesariamente así, pero es una característica que acompaña a algunos niños superdotados. El problema en este caso no son los propios niños, sino el centro de educación en el que se encuentran, ya que los profesores deben ser conscientes del tipo de alumno que tienen y deben adaptar los bloques y habilidades educativas a ellos.