La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Propaganda
Mientras aumentan las cifras de fallecidos e infectados por el coronavirus de Wuhan y se añaden nombres a la lista de países con casos dentro de sus fronteras, China busca cómo contrarrestar las críticas a su gestión de la crisis. Su penúltima acción publicitaria (o propagandística) fue pregonar a los cuatro vientos que iba a construir en diez días dos grandes hospitales para atender a los enfermos del coronavirus.
La última ha sido rebajar el calendario de construcción a seis días y poner cámaras para que cualquiera pueda seguir en directo, 24 horas al día, cómo avanzan las obras. Si no se tratase de un tema tan grave, la cosa daría para hacer algún chiste de jubilados vigilando obras. La emisión de la televisión estatal CGTN no es la única disponible. Se puede seguir también con la señal de New China TV, de la agencia de noticias estatal Xinhua.
Además de sus obvios beneficios asistenciales, el régimen chino quiere con estas acciones reforzar el mito de la efectividad china y de su talento para construir bien y rápido estructuras de envergadura.
En las obras trabajan cientos de operarios, las 24 horas del día, y decenas de máquinas pesadas. La idea es que el hospital Huoshenshan esté operativo para el lunes 3 de febrero. Servirá de gigantesca cámara de aislamiento para un millar de pacientes, y tendrá todo el equipamiento necesario para diagnosticar y tratar la enfermedad. El segundo, Leishenshan, con 1.600 camas, abrirá sus puertas el día 5. Hay otros dos hospitales más previstos.
En paralelo, y justo en el día en el que se superaron los casos del SARS, la CGTN reveló que las autoridades de Pekín habían comenzado a rehabilitar el hospital de Xiaotangshan de la capital, construido en siete días en 2003 para hacer frente a aquella epidemia.
Más de un millar de operarios comenzaron a trabajar para reabrir sus puertas, ya que en 2012 había sido reconvertido en centro de rehabilitación después de que se pusiera en duda si era seguro seguir utilizándolo debido a la rapidez con la que había sido erigido. El de Xiaotangshan es el ejemplo que siguen en Wuhan para construir los dos nuevos hospitales. En sus 51 días activo desde abril de 2003, pasaron por él 680 casos confirmados de SARS, de los que solo ocho murieron.
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