La ventana
Luis Carlos Peris
La Magna y su enfebrecida cuenta atrás
Las vacaciones de verano son un periodo que todo el mundo espera, y si es con un viaje mejor. Sin embargo, la ansiada espera puede pasar de un momento a otro a una pesadilla, debido a los frecuentes retrasos que se producen en los vuelos españoles.
Según el análisis realizado por AirHelp, organización especializada en los derechos de los pasajeros aéreos, los vuelos retrasados o cancelados que parten desde España han provocado la perdida de más de 33.000 horas a más de 7,5 millones de personas.
El periodo de observación ha sido entre el 15 de junio y el 15 de septiembre de 2018, y revela que 63.000 vuelos salieron con 15 minutos o más de retraso o fueron cancelados.
Ante esta revelación, España se ha convertido en el tercer país europeo con más retrasos o cancelaciones, por detrás de Alemania, que sufrió 48.000 horas de retrasos durante el mismo periodo, y Reino Unido con 45.000. Sin embargo, los viajeros finlandeses son los que menos horas pierden, ya que han acumulado 2.500 horas.
Según el estudio de la organización, este año será un año de récord. Durante el mes de julio se estima que aproximadamente unos 22.000 vuelos se vean interrumpidos y que la cifra de pasajeros afectados roce los 2.7 millones.
"Nos enfrentamos a un segundo verano de caos si la industria aeronáutica no toma medidas", afirma Paloma Salmerón, directora de comunicación global de AirHelp.
Los pasajeros que han sufrido retrasos en sus vuelos durante las vacaciones de verano de 2018 aún se pueden reclamar. Según el Reglamento 261 de la Unión Europea, las compañías aéreas deben de indemnizar a cada persona por grandes retrasos o en caso de denegación de embarque.
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