La razón por la que los bolis BIC tienen un agujero en el capuchón

Historia

El boli BIC estuvo sin agujero hasta el año 1993 pese a ser inventado en el año 1943

La historia del bolígrafo

El increíble dibujo simultáneo a boli de Cristiano Ronaldo y Messi con solo una mano

Así se hace el boli BIC

Los bolígrafos BIC de cristal, o algunas de sus variantes, son unos clásicos insustituibles en el mundo de los productos de oficina. Estos utensilios de escritura, que todos tenemos por casa o hemos usado en el colegio, el instituto, la universidad o el trabajo, cuentan con un diseño icónico y reconocible en todo el mundo. El clásico boli de BIC posee varias partes características: el tubo de cristal con agujeritos pequeños, el plástico fino relleno de tinta, la punta de plástico y metal con una microbola que permite escribir, el pequeño tapón de cristal que cierra por arriba el utensilio, y por último el no menos importante capuchón del mismo.

Una curiosidad que muchos usuarios han notado es la presencia de un pequeño agujero en el capuchón de los bolígrafos BIC, el cual permite el paso del aire. Sin embargo, los más veteranos recordarán que en el pasado este agujero no existía. De hecho, el boli BIC estuvo sin agujero hasta el año 1993, a pesar de haber sido inventado en 1943. Fue en ese año cuando se decidió incorporar este detalle en el diseño, con dos funciones básicas en mente.

En primer lugar, el agujero en el capuchón tiene como objetivo salvar la vida del que pudiera tragárselo accidentalmente. Al tener una apertura que permite el paso del aire, se evita el riesgo de asfixia en caso de que alguien, especialmente niños, se introduzcan el capuchón en la boca y llegue a obstruir las vías respiratorias. De esta forma, BIC añadió un elemento de seguridad crucial a sus populares bolígrafos.

La segunda función del agujero es impedir que la tinta haga presión por la diferencia entre el interior y el exterior del bolígrafo, lo cual podría provocar que se estalle. Al contar con esa pequeña entrada de aire, se equilibra la presión y se evita que la tinta se derrame o que el bolígrafo quede inutilizable debido a la acumulación de presión interna.

El origen de BIC

La historia de los bolígrafos BIC se remonta a la década de 1940, cuando Ladislao José Biró, un inventor húngaro nacionalizado argentino, patentó el "bolígrafo" en Buenos Aires el 10 de junio de 1943. Este nuevo producto fue lanzado al mercado bajo el nombre comercial de Birome, un acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne, su socio.

En un principio, los libreros consideraron que estos "lapicitos a tinta" eran demasiado baratos como para venderlos como herramientas de trabajo, por lo que los comercializaban como juguetes para niños. Sin embargo, el invento de Biró rápidamente ganó popularidad y llamó la atención de empresas internacionales.

En 1943, Biró licenció su invento a Eversharp Faber, una compañía estadounidense, por la entonces extraordinaria suma de 2 millones de dólares. Posteriormente, en 1951, también otorgó una licencia a Marcel Bich, fundador de la empresa BIC de Francia.

La expansión de BIC

La historia de BIC como empresa se remonta a 1944, cuando Marcel Bich y Édouard Buffard fundaron la compañía con el objetivo de fabricar instrumentos de escritura en Francia. Durante la década de 1950, los diseños de BIC se fueron perfeccionando y la empresa comenzó su expansión por Europa, estableciéndose en países como Bélgica, Italia, Holanda y España, entre otros.

Más adelante, BIC continuó su crecimiento internacional, llegando a mercados como Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y varios países de África y Latinoamérica. La calidad, practicidad y accesibilidad de sus productos, especialmente los bolígrafos, hicieron que la marca se convirtiera en un referente mundial en el sector de la papelería y los artículos de oficina.

Hoy en día, los bolígrafos BIC siguen siendo ampliamente utilizados y apreciados en todo el mundo, tanto por su funcionalidad como por su diseño icónico. El pequeño agujero en el capuchón, incorporado en 1993, es una muestra del compromiso de la empresa por la seguridad y la mejora continua de sus productos, garantizando una experiencia de escritura óptima para millones de usuarios en todo el planeta.

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